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La nueva Ley de Función Pública se aprobó recientemente en el Parlamento de Andalucía.

Opinión, Política, Salud

Las luces y las sombras de la nueva Ley de Función Pública de Andalucía

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Esta ley afecta a más de 400.000 empleados públicos (entre ellos, a los del Servicio Andaluz de Salud) y viene a sustituir a la que hasta ahora estaba en vigor. De una a otra han transcurrido nada más y nada menos que 37 años, tiempo más que suficiente para haber podido desarrollar una ley con la que tanto sus empleados públicos como la ciudadanía se sintieran protegidos

Según dicen, esta nueva ley va a regular la actividad laboral de los funcionarios de la Administración de Andalucía, fomenta la formación, agiliza los procesos selectivos, profesionaliza la figura del personal directivo y mejora la carrera profesional de los empleados públicos.

Solamente esto bastaría para hacernos pensar que, con ella, se garantizará la protección a los empleados públicos y la mejor atención a la ciudadanía. Pero esta ley también premia la productividad, la incentiva y la hace extensiva a todos los empleados públicos de la Administración, a los que se les recompensará con complementos retributivos por desempeño o por el contrario podrán ser sancionados, no cobrarán ese complemento de productividad e incluso podrán ser trasladados a otro puesto de trabajo con funciones y tareas distintas a las del original en el que estuvieran asignados. Esa productividad tantas veces discutida por todos y que pone en tela de juicio a cuantos profesionales sanitarios se atengan a cumplir unos objetivos que, como viene siendo habitual, son acordados y pactados entre sus jefes.

Muchos de los objetivos marcados para este año podrían considerarse favorables tanto para los pacientes como para los diferentes hospitales y distritos sanitarios, pero hay otros que siembran dudas por cuanto, con su logro, hay dinero de por medio.

En la presentación de esta nueva ley ante los medios, intervino también Arturo Domínguez Fernández, nombrado por el PP secretario general para la Administración Pública. Entre otras lindezas, dijo que hay que dar incentivos y recompensar al que lo hace bien y que esta ley «era para atraer y retener talento«. Yo tenía entendido que hacer bien tu trabajo era un deber y no un mérito añadido, pero al parecer esto no es así. Necesitan de empleados sumisos y obedientes sujetos al libre albedrío de sus jefes y no habrá quien ose a contrariarlos si no quieren verse desterrados.

Arturo Domínguez me acosó laboralmente

En lo que al ámbito sanitario se refiere, lo de primar la productividad en esta nueva ley me parece descabellado y perverso, tanto para esos profesionales sanitarios como para los pacientes. Profesionales que tenderán a cumplir esos objetivos no ya por el hecho de conseguir añadir algún dinerillo extra a su nómina, que a veces es ridículo, sino por no convertirse en la mosca cojonera del servicio al que pertenecen y al que perjudica en su conjunto si no logra cumplir esos objetivos y por parte de esos pacientes, que dudarán de si su atención sanitaria ha sido la adecuada y no ha estado supeditada a la consecución de unos determinados objetivos que limitan la actuación de esos profesionales.

Llegados a este punto, conviene recordar la trayectoria profesional de este individuo, Arturo Domínguez Fernández, y que, visto lo visto, parece ser merecedora de ocupar tan alto cargo.

Domínguez Fernández fue aquel gerente del Hospital Virgen de las Nieves de Granada que me acosó laboralmente durante años al denunciar yo las manipulaciones que se realizaron en la lista de espera quirúrgica del Servicio de Traumatología de ese hospital y el que me ofreció una subdirección si retiraba mi denuncia. Un acoso al que me sometió de forma implacable y que costó a los contribuyentes andaluces 120.000 euros, pero a él en particular solo el cambio de domicilio, una operación cosmética de cara a la galería tras el escándalo suscitado. En cuestión de una semana, pasó de ser gerente del Virgen de las Nieves a gerente del Área Norte de Córdoba.

Antes de ser gerente del Virgen de las Nieves, intentó conseguir una plaza de médico de Admisión y Documentación Clínica, pero fue excluido en la primera fase de ese concurso oposición al no acreditar suficientemente, por muchos certificados que aportase que así lo aseguraban, el haber realizado funciones de tal categoría.

Retahíla de cargos

Su nombre aparece por haber desempañado diversos puestos de responsabilidad en tiempos del PSOE y en determinados acontecimientos que dieron lugar a las denuncias presentadas por la Asociación Justicia por la Sanidad ante los juzgados: subdirector general de profesionales del SAS; subdirector económico administrativo y/o de Servicios Generales en el Hospital Reina Sofía de Córdoba; vocal del Foro de Servicios Hospitalarios, en el que además se encontraban empresas del Observatorio Ambiental y de Responsabilidad Social (Omars) como Eurocontrol y entre los directivos de esta, el hermano de un gerente del SAS de triste recuerdo por los millones de euros que supusieron los contratos que se realizaron con ella.

Además, fue miembro, en representación del SAS, del Consorcio Sanitario Público del Aljarafe de Sevilla al que pertenece el Hospital de Bormujos, hospital financiado por la Junta de Andalucía y con el que se pretendía firmar un concierto, aún y cuando el Tribunal Supremo ratificó, en su sentencia del 10 de febrero de 2020, que no era un hospital privado.

Arturo Domínguez, secretario general de Administración Pública de la Junta de Andalucía.

Arturo Domínguez fue el gerente que, en 2006, firmó contrato con la empresa de Juan Pérez Raya, cuyas sucesivas prórrogas siguen pendientes de resolver en el juzgado.

Y ya con el PP, fue director de la unidad de procesos selectivos en la Dirección Gral. de Personal del SAS; encargado de tramitar las ofertas de empleo público del SAS; profesor en la 11ª Edición del Master en Economía de la Salud y Dirección de Organizaciones Sanitarias; profesor en el Diploma de Especialización en Desarrollo Directivo en el sector salud para directivos de la salud; y presidente de tribunales en oposiciones del SAS para diferentes categorías.

Además de EL LIBRE, no pocos medios se han hecho eco de todo esto: El Demócrata Liberal, culturaandalucia.com, 20 minutos, Granada Hoy y Diario de Sevilla, entre otros.

No se levantaron las alfombras

Muchas designaciones, pero no por méritos propios sino que van añadidas o las ha conseguido gracias a los cargos que ha ido ocupando. Y estos se les ha otorgado a dedo, como tantos otros puestos de libre designación de la Administración Pública.

Y por último y por ahora, Domínguez Fernández es, nada más y nada menos, que secretario general para la Administración Pública de Andalucía. El PP no le hace ascos a nadie, nunca ha tenido ningún interés por levantar alfombras y poner al descubierto toda la basura que hay en las instituciones públicas, no vaya a ser que le salpique.

Y ahora viene este individuo a decir que de lo que trata esta nueva Ley de la Función Pública es de atrapar y retener el talento y que se actuará con total transparencia. Váyase usted a hacer puñetas y no venga ahora a dar ejemplo. Su trayectoria profesional evidencia que usted sí que sabe retener su talante, no su talento. Con su forma de actuar, va dejando tras de sí a profesionales a los que ha arruinado su carrera profesional; profesionales a los que nunca podrá sobornar y que solo pretenden hacer bien su trabajo sin que ello suponga recompensa alguna. Y de lo que se siente con eso, usted, por muy secretario general para la Administración Pública que sea, no tiene ni puñetera idea.


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2 comentarios

  1. Muchas gracias por exponer las razones por las que Arturo Domínguez es un ser despreciable y peor profesional. Así, cuando en algún contexto salga su nombre, podré tener argumentos para corroborar la corrupción y mezquina actitud de este mal nombrado secretario de salud andaluza.

    La hemeroteca nos muestra que los gerentes de la salud andaluza son un pozo de mal logrados políticos al servicio de la mafia sanitaria.

    Muchas gracias por su publicación, doctora Ricoy, y al doctor Escribano por ser eco de su noticia.

  2. Lucía Ramos

    El abuso de poder es una relación perversa,
    enferma a la sociedad y es un acto de
    violencia.
    La Salud es un derecho moral, tomar conciencia es necesario para ser mejores individu@s y especie.
    Es un compromiso social y político.
    Es un deber de Estado enseñar a protegerla,
    hagámosla realidad tod@s junt@s.
    Gracias doctora por su honrada profesionalidad.

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