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Una imagen de la multitudinaria manifestación del pasado domingo en Madrid. / EFE

Opinión, Política, Salud

La politización de la sanidad pública

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España ocupa el undécimo lugar en porcentaje del PIB que destina a sanidad entre los veintiocho países de la Unión Europea, incluido el ahora desgajado Reino Unido

No es de extrañar, por tanto, que junto a sus fortalezas, nuestro Sistema Nacional de Salud haya mostrado también ciertas debilidades, entre las cuales la más significativa es una insuficiencia asistencial crónica, manifestada por sus ya legendarias listas de espera, presentes desde hace 50 años, por otra parte seña de identidad de los sistemas de salud que, como el nuestro, responde al modelo Beveridge, como también lo es el National Health Service de Reino Unido, ambos, por cierto, sumidos en sendas e importantes crisis.

Los ciudadanos, con mayor o menor disgusto, hemos venido soportándolas y casi admitiéndolas como algo inevitable propio del sistema. Desde hace algo más de una década esta situación se ha ido agravando, coincidiendo con la reducción de la inversión en sanidad ocurrida en todo el mundo tras la crisis de 2008. Sin embargo, en España, este deterioro ha sido progresivamente creciente en los últimos años hasta mostrarse tras la pandemia como un serio problema que pone en peligro la subsistencia de la sanidad pública. ¿Cuál ha sido la razón de ello?

En la actualidad, España ocupa el séptimo lugar de la UE en número de médicos por 100.000 habitantes. Este número, siendo ligeramente superior a la media de estos países, se mantiene estable y sin crecimiento desde 2011.

Condiciones laborales precarias

De siempre, las condiciones laborales de los médicos españoles en el Sistema Nacional de Salud han sido muy precarias, tanto en salarios como en estabilidad laboral, si las comparamos con los países de nuestro entorno. Los políticos españoles de todo signo nunca han atendido las reivindicaciones realizadas por ellos, ni en salarios ni en condiciones laborales, llegando incluso a incumplir, desafiándolas, algunas directivas de la Unión Europea.

La insatisfacción y frustración profesional de los mismos han ido creciendo paralelamente a estos hechos. De esta forma, el descontento laboral durante los últimos años ha sido muy acusado, especialmente en la Atención Primaria, que ha sufrido de forma especialmente exagerada. Tan es así la realidad, que se calcula en 20.000 los médicos, tanto de Primaria como de Especializada, que han abandonado España en los últimos 10 años, la mayoría de ellos hacia países europeos donde son muy bien acogidos al gozar su formación de gran prestigio.

Se estima que el déficit actual del SNS es de 5.000 médicos. Este problema, lejos de mejorar en los próximos años, va a acentuarse, pues, de los 240.000 con los que cuenta, algo más de un tercio tiene más de 55 años, por lo que en la próxima década se van a producir 80.000 bajas por jubilación, cantidad que no podrá ser compensada con las generaciones MIR que se formarán en dicho periodo.

Durante la pandemia se fomentó desde las filas de la política una especie de homenaje diario en forma de aplausos desde las ventanas, todos los días a la misma hora. Todos los médicos tenemos la sospecha de que aquello se hizo de forma interesada para que, con el halago, los médicos aguantáramos mejor y más dócilmente todas las vejaciones a las que nos veríamos sometidos durante la misma, muchas de las cuales estuvieron producidas por la incompetencia de los gobernantes. Una vez pasada, la situación no ha cambiado. La fuga de médicos se sigue produciendo y las condiciones laborales no han mejorado sino todo lo contrario.

Este importante problema es responsabilidad del gobierno central, que es quien decide, desde su fundación en 1977, el número de especialistas a formar anualmente, en conjunto con las comisiones nacionales de las distintas especialidades, órganos también estatales. De modo que sería injusto e inmoral que se responsabilizara ahora de ello a las comunidades autónomas.

Lo que sí gestiona cada comunidad y, por tanto, son responsables de la misma, es la asistencia sanitaria, articulada en los respectivos servicios de salud autonómicos. Este hecho motiva, de facto, la existencia de 17 sistemas de salud distintos que, por cierto, suponen una heterogeneidad de las carteras de servicios que son ofrecidos a los ciudadanos, ahondando aún más en la diferencia entre españoles, característica del caos del sistema autonómico.

Los números de Madrid, mejor que otras comunidades autónomas

En esta gestión no todas ellas tienen los mismos criterios ni obtienen los mismos resultados. Hay muchas críticas de asociaciones ciudadanas, sindicales y políticas en contra de estas políticas, pero esto es especialmente virulento en el caso de la Comunidad de Madrid.

Tanto manifestante suelto a tal fin se topa, para su desgracia, con la cantidad ingente de cifras que existen al respecto. En un somero repaso, podemos ver que, a pesar de que así se pregone desde el oficialismo del PSOE, la sanidad madrileña no es la peor, sino más bien todo lo contrario.

Madrid es la segunda autonomía que menos destina a sanidad per cápita de todo el país, a pesar de lo cual es la segunda con menor espera, tanto para consulta de Atención Primaria como de Especializada como para intervenciones quirúrgicas. Siete comunidades gobernadas por el PSOE (Baleares, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla La Mancha, La Rioja, Extremadura y Asturias) la superan, la mayoría ampliamente y dos cogobernadas por el PSOE (Navarra y Cantabria) también.

Madrid está presente cada año, desde que existe tal ranking, en el top ten de los mejores hospitales, con seis de ellos (La Paz, Fundación Jiménez Díaz, Gregorio Marañón, Doce de Octubre, Clínico de San Carlos y Ramón y Cajal).

Madrid es la comunidad donde, con diferencia, se realizan más trasplantes de órganos al año, a pesar de no ser, ni mucho menos, la comunidad más poblada de España. Madrid es la primera comunidad que cada año agota la adjudicación de plazas MIR, cuando además es la que mayor cantidad oferta. Madrid es la única comunidad autónoma que tiene implantada, y funcionando desde hace años, el Área Sanitaria Única que permite elegir especialista y hospital con la realización de un sencillo trámite administrativo.

Cualquiera que analizara estos datos con buena intención, no pensaría que su gestión es mala, sino más bien todo lo contrario, que su gestión es magnífica. Y recordemos, todo ello con el segundo menor gasto per cápita en sanidad, lo que hace de esta comunidad la más eficiente de todas, sin posible discusión.

¿A qué viene entonces la bronca que han organizado y siguen organizando tantas organizaciones encabezadas por la Marea Blanca, alentadas, además, por el propio gobierno del PSOE? ¿No debería el Gobierno ocuparse antes de las comunidades gobernadas por ellos mismos, que presentan resultados mucho peores, o es que los ciudadanos de esas nueve comunidades no les importan? ¿O quizás es que tales manifestaciones orquestadas responden a otros motivos que no tienen tanto que ver con el interés de los ciudadanos?

Muy malas formas

Todo esto no debe ser óbice para reconocer que el Gobierno de Madrid ha gestionado con muy poco acierto, y con muy malas formas, la llamada e importante crisis de las urgencias extrahospitalarias, pero también debemos reconocer que la raíz del problema se encuentra precisamente en la falta absoluta de médicos que puedan ser contratados. Espero y deseo que el gobierno de Díaz Ayuso rectifique y busque otras formas más dialogantes e imaginativas de las que ha usado para resolver el problema de una vez por todas. ¿Quizás por la vía de ofrecer más incentivos laborales y salariales para encontrar a los médicos que hoy no tiene?

Ahora bien, hay que distinguir de quién es la responsabilidad de cada aspecto que no funciona bien en la sanidad. Y si la distribución del presupuesto y las labores de organización asistencial son de las comunidades, la política de personal es competencia de la Administración central.

Si todo este éxodo y la insuficiencia de las convocatorias MIR de los últimos años han pasado delante de sus ojos sin enterarse, o sin preocuparse, ¿a qué esperan los políticos para aportar soluciones? Dentro de unos pocos años se producirá la catástrofe, pues no habrá médicos -se les quiera pagar lo que se les quiera pagar- y el SNS habrá muerto definitivamente.

No cabe tener, sin embargo, mucha esperanza en ello. No contentos con su nefasta gestión de la pandemia, donde cosecharon para España los peores resultados mundiales y batieron todos los récords negativos posibles, ahora se dedican a olvidarse una vez más del objetivo de la sanidad pública para ocuparse en utilizarla solamente como arma a emplear en batallas políticas para su propia conveniencia y, además, como en este caso, basándose en falsedades, mintiendo como es su costumbre. En este caso se trata del enésimo asedio a la Presidencia de la Comunidad, que se les resiste desde hace 30 años y les tiene totalmente obsesionados. ¿Para qué ocuparse de los ciudadanos pudiendo ocuparse de sus propios intereses, verdad?

Pido al gobierno, y a los gobiernos posteriores también, que se centren en solucionar problemas de los ciudadanos y no en creárselos. Es su obligación y es lo que todos los españoles esperamos de ustedes y se lo demandamos. En este caso, cuiden a sus profesionales, que han demostrado excelencia y capacidad, además de haber sido formados con presupuesto español. Y que serán insustituibles en los mismos términos. De otra manera, dentro de pocos años, la buena sanidad pública que alguna vez tuvimos habrá desaparecido definitivamente.


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6 comentarios

  1. José Ramón Talero Islán

    Magnífico escrito, la pura realidad… Sabias palabras de un gran cirujano y mejor persona. Ojalá se le escuche y verdaderamente tengamos la sanidad que deseamos todos… Menos hipocresías y más actuaciones efectivas para que nuestros sanitarios no se nos marchen y vivan dignamente aquí. Enhorabuena, D. Manuel.

    • Manuel Calleja

      Muchas gracias.

    • Lucía Ramos

      Una cosa es la salud,
      y muy otra es el dinero.
      Mucho personal médico
      se ha ido de lo público a lo privado, y
      nunca ha sido para trabajar mejor,
      sino para ganar más, ¿Verdad?
      ¿De qué política, estan hablando?
      Del juramento hipocrático!!!…??
      Al artículo le falta un buen diagnóstico.

      • Susana Rus

        Hasta hace cuatro años en Andalucía ganábamos 17 € la hora de guardia, con nocturnidad incluida. ¿Trabajar gratis o a precio de empleada del hogar quieres decir?

  2. Mercedes Rodriguez del Castillo

    Extraordinario artículo del prestigioso cirujano y también magnífico escritor que, desde su amplia experiencia y conocimiento de los asuntos que trata, nos ofrece un análisis fidedigno y certero

  3. Fernando Mesquida Garrido

    Esclarecedor artículo de un gran cirujano cardiovascular y excelente escritor. Profundo conocedor de nuestro sistema sanitario acreditado con más de 40 años de trabajo en el mismo. Establece un certero y exhaustivo diagnóstico y apunta medidas de tratamiento. Que sus palabras lleguen a quien corresponda para que se adopten con eficacia las medidas oportunas para la mejora de nuestro sistema sanitario.

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