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Los soldados recogen el cadáver de Peter Fechter en 1962. / AP

Opinión, Política

Un canto a la libertad

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Pienso que uno de los valores más bonitos es la libertad. Admiramos a quienes tienen ese ideal, quien es capaz de morir por ser libre

Estos años vemos una triste realidad: miles de personas cada día cruzan el mar en pateras, huyendo de todo tipo de guerras y conflictos. Algunas películas reflejan que no son números, sino que cada vida cuenta: Mediterráneo (2021), Las Nadadoras (2022), etcétera. Son del Este de Europa y Asia, del Sur en el continente africano. Son personas que buscan libertad, que de una manera u otra hacen frente a la muerte para cumplir sus sueños, para salir de una situación que no aceptan…

Mi adolescencia estuvo influida por las canciones de Nino Bravo, como Un beso y una flor y Libre. Por eso me ha impactado que la canción Libre de Nino Bravo registre curiosas coincidencias con la historia de Peter Fechter (la teoría sobre las referencias de la canción a la tragedia de Fechter fueron desmentidas por Pablo Herrero, uno de los compositores, que confesó, en una entrevista en el año 2021 en Radio Nacional de España, que la canción «no se inspiró en esa historia», sino en la represión que todavía se vivía en España «bajo la dictadura de Franco en 1972«, año de lanzamiento de la canción), un jovencito de poco más de 18 años, «casi veinte», que fue el primer alemán que intentó saltar en 1962 el recién estrenado muro de Berlín.

Llegó al muro acompañado de un amigo, Helmut Kubelik, que por suerte sí llegó a rebasarlo, pero Peter, una vez que «extendió sus alas» y se encaramó al mismo, recibió el alto de los soldados alemanes. Pero, como dice la canción, «marchaba tan feliz que no escuchó la voz que le llamó» y, de esta manera, al no ser atendido el alto, dispararon sobre el joven, que fue alcanzado por varios disparos y cayó del muro en lo que se denominaba zona de nadie.

Allí quedó tendido, a la vista de todo el mundo, ciudadanos, periodistas y militares, pidiendo auxilio mientras se desangraba a borbotones, sin poder moverse por la seriedad de las heridas y sin nadie que se atreviera a recogerlo. Los occidentales tenían miedo de recibir disparos en aquella nueva situación y tan solo se atrevieron a lanzarle un botiquín, que de nada sirvió a un Peter Fechter casi moribundo y, a cada minuto, con menos vida.

Los rusos, a los que pertenecía la zona muerta, aguardaron unos interminables 50 minutos de agonía del joven hasta que procedieron a recogerlo, momento que queda recogido en la foto que acompaña el texto.

El pueblo berlinés que presenciaba la escena gritaba a ambos bandos que remediaran la muerte de aquel jovencito, pero nadie hizo nada. Incluso las fuerzas occidentales impidieron que ningún civil acudiera a ayudarlo. Al final, en el lugar del suceso solo quedaron flores que fueron lanzadas por los indignados berlineses.

No sería el último en morir en el muro, aun vendrían 260 más. El último fallecido de esta larga lista fue Chris Gueffroy, en 1989, que curiosamente tenía también veinte años… Hoy en día hay un monumento en el lugar en el que cayó Peter.

Los compositores José Luis Armenteros y Pablo Herrero escribieron esta canción bajo la represión de la dictadura franquista:

Tiene casi veinte años y ya está / cansado de soñar;

pero tras la frontera está su hogar, / su mundo y su ciudad.

Piensa que la alambrada sólo / es un trozo de metal

algo que nunca puede detener / sus ansias de volar.

Libre, / como el sol cuando amanece yo soy libre, / como el mar.

Libre, / como el ave que escapó de su prisión / y puede al fin volar.

Libre, / como el viento que recoge mi lamento y mi pesar, / camino sin cesar, / detrás de la verdad, / y sabré lo que es al fin la libertad.

Con su amor por bandera se marchó / cantando una canción;

marchaba tan feliz que no escuchó / la voz que le llamó

y tendido en el suelo se quedó, / sonriendo y sin hablar;

sobre su pecho, flores carmesí / brotaban sin cesar.

Sueño con que la política (intereses de países en conflicto) pueda un día ir de la mano de la ética, donde no haya fronteras sino que la sociedad pueda organizarse para que todos seamos libres. Está claro que para ello hay que salir del egoísmo y fomentar no un colonialismo en esos países, sino ayudarles a que ellos se desarrollen y tengan en sus sitios de origen unas condiciones de libertad y nivel de vida parecidos a los nuestros.


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Un comentario

  1. Pues para no estar inspirada la canción en la historia de este chico, son tremendas las coincidencias. Muy ameno y curioso tu artículo.

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