educarrrrrrrr

La educación, pilar básico de la sociedad.

Educación, Opinión

Saber educar (I): llevar la barca a la orilla

Comparte este artículo:

De la educación que reciben y de la actitud y valores con que vivan, depende la felicidad de las personas. Educar es el principal cometido de madres y padres en el hogar. Los tres primeros años de la vida de sus hijos son de vital importancia. De ahí en adelante, a esos educadores naturales se sumarán los de la etapa escolar

Comienzo por presentar frases de personas famosas que hablan de educación:

  • Bertrand Russell: «No hay más que un camino para el progreso en educación y es el de la ciencia guiada por el amor. Sin ciencia, el amor es imposible; sin amor, la ciencia es destructiva».
  • Glenn Doman: «El trabajo fundamental en educación debe hacerse con los padres y tienen que hacerlo los padres».
  • Masaru Ibuka: «Las experiencias vividas desde los primeros meses a través de la educación que imparte en casa la madre desempeñan un papel capital en la construcción del carácter, de la personalidad y de la inteligencia del niño».
  • Víctor García Hoz: «Solo lo bien hecho educa; ese es el gran resorte de la educación. Pretendo también incitar hacia la reflexión, pensando que, en estos tiempos de prisas y superficialidad, es esencial pararse a pensar«.

Añadiría muchos más ejemplos. Convengamos en que esas frases o ideas pueden ser el concepto o verdadera definición de lo que es educar. Presentaremos, algo después, varias definiciones.

Ya vamos entrando en lo que propone el título. Cuestión tan fundamental se ha merecido la dedicación del ingente número de personas que, desde la antigüedad y en el presente, han dedicado su vida a una profesión que, en la mayoría de los casos, es mejor llamar vocación. La vocación es una llamada al corazón.

Lo saben muy bien los que dedican su actividad, su vida, a la enseñanza, siendo así que ellos conjugan los verbos educar y enseñar, pero se destacan por el primero. Estas personas, sean llamadas maestros o profesores, son los que constatan a diario que «no se puede educar o enseñar sin poner amor en la tarea». Lo han dicho y demostrado con su hacer y aconsejar maestros, profesores y pedagogos que, por ello, han dejado huella.

Y esto es lo que les diferenció de los demás. Pero, por suerte, también los sigue habiendo. Se detectan si escuchamos a padres (o a los alumnos ) hablar de ese maestro/a , ese profesor/a , con respeto y admiración. Lo asegura la rotundidad de la frase demostrada en su trabajo y vida por un gran pedagogo andaluz de nuestro tiempo, fallecido en esta época, quien, siguiendo esa teoría y realidad, consiguió la creación del colegio Europa, en Almería, en el que el trabajo de profesores y alumnos se desarrollaba aplicando la didáctica adecuada a las normas que propone la pedagogía.

Actitud y rendimiento

La experiencia anterior evidenció la gran preparación de sus alumnos, distinguiéndose por sus brillantes calificaciones en la universidad y también por su actitud y rendimiento en las profesiones que luego ejercían. Todo ello produjo un informe tan positivo de la Inspección Central que el Ministerio de Educación cursó el decreto (publicado en el BOE; en Andalucía se publicó en el BOJA) por el que ese colegio fue clasificado en 1978, Centro Piloto Nacional, distinción alcanzada gracias al eficiente equipo que constituían profesores, padres y alumnos.

Esta aventura científica que obtuvo tal éxito, y que continúa en la misma línea, fue un logro fruto de la unión de las normas pedagógicas de la educación personalizada (término que acuñó García Hoz) y las aportadas por el nuevo estilo educativo personal (método didáctico y organizativo, programado e introducido por J. Ramos Santander, que fue quien le dio esa denominación).

La explicación del método que consiguió algo tan especial ocuparía -al menos- un libro en el que tratar infinidad de cuestiones de ciencia y organización. Las resumiré brevemente, reproduciendo de su libro La Galaxia Educativa las palabras de la persona que hizo posible dicha aventura, expresión con la que nos referimos a la creación y funcionamiento del Colegio Europa: «Un colegio debe ser una comunidad de alumnos y maestros en la que todos los miembros tienen un objetivo común: conseguir para cada alumno el mayor nivel posible de educación, de acuerdo con sus capacidades personales».

Ante lo explicado (aunque sea bastante resumido), casi no cabe preguntarse: ¿cómo se ha llegado al éxito logrado por este colegio? «Fue, porque el director, los maestros y los padres, y también los alumnos, supieron descubrir, y se asombraron al descubrirlo, lo que era ese estilo de vida educativa, lo hicieron suyo llevándolo a todos los ámbitos de su vida. Todos ellos son los beneficiados».

Tema tan importante que es el de la Educación viene siendo tratado, por ser fundamental, desde hace más de 24 siglos por Platón, Aristóteles, y un lago etcétera. El prestigioso pedagogo Rufino Blanco, en 1930, hizo una selección de 185 definiciones. Más adelante, el profesor García Aretio, en su trabajo La educación. Teorías y concepto (1989) selecciona 52 definiciones y hace un recuento de lo que llamó «rasgos definitorios de la educación», comprobando que el más apreciado de ellos era el de perfeccionamiento.

Permítasenos recordar aquí cuatro o cinco de aquellas definiciones:

  • Aristóteles: «La educación consiste en dirigir los sentimientos de placer y dolor hacia el orden ético».
  • Platón: «Educar es dar al cuerpo y al alma toda la belleza y perfección de que son capaces».
  • Rufino Blanco: «Educación es evolución, racionalmente conducida, de las facultades específicas del hombre para su perfección y para la formación del carácter, preparándole para la vida individual y social, a fin de conseguir la mayor felicidad posible».
  • Kant: «La educación tiene por fin el desarrollo en el hombre de toda la perfección que su naturaleza lleva consigo». Tenía Kant tan elevado concepto de la educación, que dijo: «Por ella, la Humanidad podrá perfeccionarse«.
  • Locke: «La consecución de un alma sana en un cuerpo sano, tal es el fin de la educación».

Acudiendo a las 52 definiciones recopiladas por el profesor Aretio, se destacarían, tanto el rasgo de perfeccionamiento como la definición, de que las facultades específicas del hombre son el entendimiento y la voluntad. A partir de esta aseveración y con un estudio filosófico de la primera de las facultades, nos demuestra el pedagogo José Ramos que se llama así a la capacidad que posee la especie humana de conocer o formar conceptos, con lo cual podemos llamarla también conocimiento, inteligencia, comprensión y razón.

En cuanto a la segunda facultad, -también con sentido científico- toda persona, en su actividad y en sus vivencias, se encontrará ante situaciones, opciones que puede llevar a cabo o no: él/ella pueden decidir. En sus contactos sociales tratan con otras personas que pueden ser de su agrado por su bondad, altruísmo u otros valores; también con otras que no son de su gusto. Entonces se plantea cómo actuar; aquí decidirá -con voluntad propia- su postura, lo que mejor va con su modo de ser. Dado esto, voluntad supone ánimo, disposición, propósito, resolución, libre albedrío

Habiendo llegado a poder definir en qué consiste la educación, aún empleando diversas formas de expresarlo, pero coincidiendo en rasgos definitorios y en el conocimiento de las facultades humanas, solo falta la decisión y capacidad de poner los medios para conseguir los más deseados frutos. ¿De quién y de qué depende? Fácil respuesta: del Ministerio de Educación y de su acierto en la elección de prioridades.

Quedando probado que la pedagogía bien aplicada obtiene positivos y claros resultados, cabe preguntarse: ¿por qué cambiar planes de estudios con base científica con óptimos resultados por otros que no se sustentan en estudios con peso, sino solo en aparentar que lo nuevo es bueno sin otro mérito probado que la novedad?

Los que aducen esta última idea novedosa deberían poder probarla frente a la que tiene base científica. Esto nos hace pensar en por qué obtenemos tan pobres (casi vergonzosos) resultados en las pruebas del Informe PISA. Es sencillo, porque últimamente hemos desviado el punto de mira. En vez de fijarlo en la formación intelectual de nuestros jóvenes, se elige como motivo el cambio de siglas en la sucesión de gobiernos. Llevamos tiempo padeciendo este mal, así que no nos extrañe el vivir con la vergüenza de ser los colistas del PISA.

Muy distinto resultado conseguiremos desprendiéndonos del egocentrismo político para volcarnos hacia metas más elevadas, como van haciendo varios países: Canadá, Singapur, Finlandia… Sus claves son los sistemas educativos adoptados, que los han situado tan bien, como que, por ejemplo, Canadá se encuentre entre los diez mejores del mundo en varias materias. Son datos ofrecidos, en uno de sus libros, por el profesor e investigador L. Moya Albiol. Buscaremos ocasión para tratar tema tan decisivo.

¿Por qué escribo este artículo y no otro? ¿Por qué he elegido este título?

Lo explican muy bien las siguientes palabras que reproduzco del autor del libro La Galaxia Educativa: «La educación es mucho más que la enseñanza. Junto a la necesaria adquisición de conocimientos que permitan conseguir una sólida base cultural, es preciso cultivar todos los aspectos de la personalidad que contribuyen a la formación y educación integral y equilibrada del hombre».

También, añado, porque la educación es una de las tres cosas, ideas o necesidades que califiqué como imprescindibles en el escrito del 21 de julio pasado. Y porque hay países que así lo entienden en beneficio de sus ciudadanos e incluso para su propio prestigio.

Bibliografía de útil consulta:

  • Rufino Blanco: Teoría de la Educación y Teoría de la Enseñanza (1930).
  • M.F. Sciacca: El problema de la educación (1.962).
  • Víctor García Hoz: Principios de Pedagogía Sistemática (1960) varias ediciones posteriores. Educación personalizada (1970)
  • José Ramos Santander: La Galaxia Educativa. Pedagogía. Teoría de la educación (Obra que dejó escrita y que se publicó el 20 de abril de 2022)

Comparte este artículo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*