enrique viii

Un cuadro que representa a Enrique VIII de Inglaterra.

Historia, Opinión

La dinastía Tudor, Enrique VIII y su ruptura con Roma

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La instauración de los Tudor se produjo después de la guerra de las dos rosas, en la segunda mitad del siglo XV y el primer monarca de esta dinastía fue Enrique VII

Inglaterra antes del siglo XVI

La Inglaterra al inicio de los Tudor es un reino compacto y único poco afectado por regionalismos. No existían instituciones interpuestas entre el gobierno central y los condados, simplemente existía un parlamento en Londres.

Inglaterra a su vez, seguía teniendo una herencia de origen medieval con una clase noble reducida, sin grandes señores, por lo que la jerarquía eclesiástica no disfrutó de grandes señoríos territoriales. Tenían bienes y algo de tierras pero no eran considerados grandes propietarios.

La centralización administrativa era desarrollada: contaban con una asamblea unificada en un parlamento bicameral y con sede en la capital. El poder legislativo del rey estaba limitado, ya que estaba compartido con el Parlamento y existía una colaboración con la nobleza local (Gentry).

Enrique VII (1485-1509) se casará con Isabel de York (1466-1503). Después de este matrimonio, el símbolo de los Tudor sería la fusión de la rosa blanca de York con la rosa roja de Lancaster, ya que la paz de la guerra antes mencionada llegó por vía matrimonial.

El control de la Iglesia

Enrique VIII fue el segundo hijo de Enrique VII, pero reinó después de la muerte de su hermano, Arturo, que estaba casado con Catalina de Aragón. Enrique estaba obsesionado con tener un hijo varón. Se casó con Catalina, la viuda de su hermano, y tuvieron una hija, la futura María I. Al no obtener un varón, su preocupación por la usurpación de su trono le preocupaba.

Enrique era un hombre vinculado a la reforma de la Iglesia debido a su influencia humanista y atribuía la falta de descendencia a la propia iglesia. Así pues, Enrique VIII intentará establecer un control sobre la iglesia.

Intentó en un principio establecer buenas relaciones con Roma, ya que el Papa podía intervenir en caso de amenaza francesa como apaciguador. Se estableció un cardenal eclesiástico como canciller (Wolsey) para negociar entre ambos. Realiza críticas contra Lutero (reformista de origen alemán que se opone a la Iglesia tradicional y a sus riquezas) y defiende los siete sacramentos (Lutero solo defendía tres). Fue condecorado por el Papa como defensor de la fe.

Ante la falta de descendencia, Enrique decide buscar otras alternativas. Encargó a su primer ministro su divorcio con Catalina, pero el Papa Clemente VII se lo negó.

Al no conseguirlo, Wolsey, el encargado de llevar a cabo la negociación con Roma, es sustituido. Enrique cuenta con el apoyo del Parlamento, se pone como cabeza de la Iglesia anglicana ante la negativa de Clemente VII de concederle el divorcio. Este acto llevó a una ruptura con Roma.

En 1531 tratará de obtener el reconocimiento del clero inglés de su nueva posición como cabeza de la Iglesia de Inglaterra. Thomas Moro se negará y dimitirá de su cargo como canciller. Le propusieron aceptar al rey en varias ocasiones pero Moro siguió negándose hasta que fue ejecutado.

El rey nombra a Thomas Cranmer arzobispo de Canterbury y muestra todo su apoyo al rey. Anula el matrimonio con Catalina y acepta el matrimonio de Enrique con Ana Bolena. Por este motivo, el Papa, Paulo III (sucesor de Clemente VII tras su muerte) excomulga al monarca inglés. Con el matrimonio de Enrique con Ana, se instaura la Iglesia anglicana y tienen una hija, la futura Isabel I.

La base doctrinal de esta Iglesia estaba sobre 10 puntos en los que destacaban el equilibrio entre la Iglesia romana y luterana, la prohibición al culto de santos y el mantenimiento del sacerdocio y el celibato.

Enrique VIII siguió buscando un heredero varón, por lo que se divorcia de Ana Bolena (fue ejecutada por ser «infiel» al monarca) y se casa con Jane Seymour en 1536, pero muere rápidamente después del parto de su heredero: Eduardo VI.

Enrique se casará con Ana de Cléveris, casamiento en el que influyó Thomas Cromwell, puesto que buscaba ascenso social y acercar al luteranismo a la iglesia anglicana. Cléveris, pertenecía a un territorio luterano del Sacro Imperio Germánico y, al verla, Enrique decidió anular el matrimonio y ejecutar a Cromwell en 1540.

Habrá otro matrimonio con Catalina Howard de la que se divorciará en 1543. Finalmente, se casará con Catalina Parr, que quedará viuda a la muerte de Enrique en 1547. Sus hijas perderán el derecho a heredar, pero, en 1544, se reconocerá su posible sucesión al trono después del heredero varón, Eduardo VI.

Enrique, en 1543, escribe la necesaria doctrina, en la que deja patente su aproximación al dogma católico y rechaza al luteranismo.

Con su hijo Eduardo (1547-1553), llegará la radicalización religiosa. Es menor de edad cuando es coronado, provocando que su entorno tome todas las decisiones por él. Se volverá a instaurar la Iglesia anglicana con base protestante y se desarrollará el Prayer Book en 1553 (libro de rezos con tendencia calvinista).

Su sucesora será María Tudor (1553-1558) hija de Catalina de Aragón y Enrique VIII. Con ella, volverá el catolicismo y se apoyará en Felipe II. Implantará la autoridad del Papa de Roma y vuelven las imágenes a los templos y asesinará a Cranmer en 1556. Se ganó el apelativo de María la Sanguinaria (Bloody Mary). Se casa con Felipe II sin ser rey de España y María muere en 1558. Esto significaba que, como sucesor, Felipe iba a ser el más indicado. Pero ante este temor, accede al trono Isabel I, hija de Enrique y Ana Bolena.

Isabel I tuvo un reinado largo, de 1558 a 1603. Abandona el catolicismo y vuelve al anglicanismo. En 1559 rompe definitivamente con Roma y el Parlamento aprueba una nueva acta de supremacía para que la reina sea la cabeza de la Iglesia.

Finalmente, en el dogma anglicano se establecen 39 artículos en 1563. En estos se observa una mezcla de calvinismo y catolicismo, desaparecen imágenes, se acepta el matrimonio sacerdotal y no se utiliza el latín sino el inglés.


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