Casado contra Ayuso: el niño envidioso mete el dedo en el ojo a la estrella emergente

La ratificación física de las llamaradas que expele el Partido Popular en España se ha producido esta mañana en la Puerta del Sol, el mismísimo templo de Fin de Año. Ayuso nunca se ha ‘Casado’ con Pablo y García Egea dio la campanada abriendo un expediente y destapando la caja de Pandora, en la que había un pandoro envenenado, de la misma Génova. ¿Solo un expediente informativo en aras de la honorabilidad y la transparencia? ¿Solo una investigación interna para acabar con la corrupción en su partido? ¿De verdad? ¿Y lo de Almería?

Al final, el incendio material se ha quedado en un trampantojo. El humo de la cortina eran gases. Sin embargo, la caja de los truenos ya estaba en su pico de electricidad. Alto voltaje que se veía venir, un sindios, un partido con mucha historia que viene dando tumbos desde hace décadas, desde la tiranía de Aznar hasta los despropósitos de Rajoy pasando por los papeles del fuerte Bárcenas y la Correa de transmisión por la que el dinero se malversaba.

No es casualidad que los dos grandes partidos de este país sientan resquebrajarse sus cimientos. El desgaste es manifiesto desde hace mucho, mucho tiempo. Y la corrupción, en todas sus manifestaciones, la clave del asunto y el resorte que podría hacer que la ciudadanía, por fin, se echara a la calle para clamar por la transformación del sistema electoral y la modernización de la Constitución.

La política pequeña, a cortísimo plazo, siempre pensando en estrategias, ha llevado a Casado a quedarse soltero de credibilidad. Es el defecto de todos: hacer cositas a medias como siembra para la reelección. Es joven y se le ha notado demasiado un pecado capital que todos tenemos en algún momento de nuestra vida: la envidia. No pudo soportar que Salvados, el programa más visto de la tele de la izquierda, le hiciera un programa monográfico a Ayuso durante la campaña electoral para la presidencia de la Comunidad de Madrid. No podía soportar que esa mujer, amiga de Nacho Cano y sin un carisma demasiado notorio, se diera baños de multitudes televisados. «¡Una pepera conectando con los jóvenes! ¡Pero si para eso me eligieron a mí! No tenía que haberme dejado barba para parecer mayor y parecerme a Abascal», se dijo a sí mismo.

El camino de baldosas azules

Su perro de presa, Teodoro, ha hecho honor a lo que se espera de él y se ha alineado con su jefe para quitar de en medio a la mayor amenaza que se les ha presentado en su camino de baldosas azules hacia la Moncloa. Bueno, no es la única. Hay un partido de color verde con algunas ideas un poquitín radicales hacia la derecha que les ha hecho desconcentrarse. En su afán de neutralizar a ese partido con nombre de diccionario de cuando era chico, el que fuera verdugo de Soraya Sáenz de Santamaría se ha sumergido en el laberinto y ni David Bowie será capaz de sacarlo de ese marrón boscoso.

Detectives; individuos que espían a través de un periódico; miradas que quieren escenificar el odio; un alcalde bajito y feo que impide a los periodistas preguntar por el tema del día; los barones que salen corriendo a defender al boss (López Miras no tenía más remedio tras el colchón Flex que le puso Egea en la moción de censura que hubo en Murcia hace casi un año); Mañueco poniendo postura de muñeco articulado y dando la frase del día («yo ya tengo suficiente con lo mío«); Núñez Feijoo llamando a la cordura y dando a entender que el PP está haciendo el ridículo a nivel internacional; Moreno Bonilla temblando por lo que este tsunami pudiera salpicarle en su arcadia andaluza; un Díaz Ayuso varón cobrando comisiones por mascarillas (si la pizpireta presidenta de Madrid ha cometido un delito de tráfico de influencias, que le caiga todo el peso de la ley, por supuesto, pero que Casado no nos hable de ejemplaridad cuando no hace lo mismo con otros miembros de su partido que, actualmente, siguen ocupando cargos públicos); un chivo expiatorio llamado Carromero… ¿Estamos o no estamos en un spin off de la legendaria serie Enredo, oda estadounidense al esperpento de Valle-Inclán?

Los abrazos del pasado son ahora los rechazos de Casado. Ya Mañueco trató que los polos opuestos se tocasen en plena campaña castellanoleonense, pero es imposible vivir sin aire. Ayer, unas 200 personas se plantaron en los aledaños de Génova, con mariachis incluidos, para defender a Isabel. Pablo, la gente no es tonta. No desenvaines ahora, solo cuando te conviene, la espada ciega de la justicia. Tenías que haberlo hecho mucho antes, apuntando la metralleta censora hacia Almería, donde se produjo la Operación Terminus.

A Casado le ha perdido el ego, la desesperación y la falta de información. ¿O no sabía que el hermanísimo llevaba muchos años trabajando para la Comunidad de Madrid, tal y como argumenta Ayuso? Si no ha habido espionaje, tal y como asegura García Egea, ¿a qué viene la dimisión de Carromero? Las preguntas se amontonan y Abascal se frota las manos. «Dejad que se despellejen entre ellos, que nosotros recogeremos los restos», musita pensando en voz alta.

¿Y el PSOE? Pues tiene la postura fácil, el cliché de la típica y tópica declaración: «No es asunto nuestro, pero, si ha habido corrupción, que se depuren responsabilidades«. El concepto de la depuración de responsabilidades se dice rápido, pero del dicho al hecho hay un trecho de más de 500 casos de corrupción entre PP y PSOE en los últimos 43 años.

¿Unidas Pudimos será Unidas Podremos? No se sabe, pero sus portavoces varios dirán que qué se puede esperar de la derecha, ¿no? La jugarreta del mandamás del PP beneficia directamente a Vox, ya que muchos votantes de derechas quedarán decepcionados por los trapos sucios destapados (todo el mundo se aparta cuando los oropeles de las buenas palabras y los óptimos deseos dejan paso a la cruda realidad vampírica de la política) y pondrán la semilla en el granero verdoso. Y a Castilla y León nos remitimos.

No se puede hacer oposición mirando siempre por el retrovisor sin propuestas claras, con la sonrisa falsa continua y tocando la guitarrita en El Hormiguero

Casado quería vivir una fiesta presidencial, pero el segurata de la puerta podría impedirle el paso. Hay un congreso pendiente y los militantes tienen la palabra. Casado estaría viviendo los últimos días de un corto matrimonio con una militancia que tampoco le apoyó masivamente cuando derrotó a Soraya. Era el niño de Aznar, pero eso tampoco es una garantía de nada. Ya en ese momento sonó fuerte el nombre de Núñez Feijoó como alternativa. No se puede hacer oposición mirando siempre por el retrovisor sin propuestas claras, con la sonrisa falsa continua y tocando la guitarrita en El Hormiguero. Lo único que puede salvarle es que queda poco tiempo para las elecciones generales y sería muy arriesgado cambiar de líder sin tiempo para posicionarle.

A Pablo, Pablito, Pablete -parafraseando al maestro García-, le invadieron pesadillas en mitad de la noche: Pedro Sánchez mirándole con condescendencia; la Montero andaluza moviendo compulsivamente la cabeza como Chucky; la Montero feminista increpándole con gestos aprendidos de su expareja; Macarena Olona hablando como si fuera la ama de llaves de Rebeca; y Cayetana echándole encima vómito verde como si fuera la niña de El exorcista. Menuda noche.

Coja las palomitas o el Tranxilium, en función del grado de hartazgo que tenga usted como ciudadano, y acomódese en su butaca porque, una vez más, la realidad supera a la ficción en este canal de telebasura que es la política actual en España. Ayuso, que tampoco es una hermanita de la caridad, está amarrada en una diana que da vueltas y vueltas sin parar y un aprendiz de lanzador de cuchillos los está tirando compulsivamente. El show debe continuar.