Este experto en el mercado nacional de la electricidad analiza para EL LIBRE las causas del precio desorbitado de la luz que tanto está afectando a la economía de los españoles
Rafael Loza Gómez, CEO de quecomparo.es, es un emprendedor sevillano de 34 años que lleva desde los 20 en el mundo del marketing, las ventas y la comunicación. Cuando cumplió los 30, se independizó de la multinacional en la que había desarrollado su carrera -y en la que acabó desempeñando el puesto de director nacional- y creó su propia empresa: una agencia de marketing y ventas que sigue creciendo y funcionando bastante bien. Hace dos años se embarcó en su gran proyecto, quecomparo.es, un comparador de luz, gas y alarmas que ayuda a los usuarios a elegir la compañía que más le conviene y con la que menos paga a través de un asesoramiento imparcial.
-¿Cómo afecta exactamente la guerra de Ucrania al precio de la luz y del gas?
-El precio de la energía lleva subiendo más de un año, es un problema que arrastramos desde hace tiempo y, ahora, la guerra de Putin ha empeorado mucho más la situación. El problema está en que necesitamos del gas para cubrir la necesidad energética de nuestro país. Rusia es uno de los principales productores gasísticos del mundo y la guerra, las sanciones sobre la economía rusa y la inestabilidad geopolítica hace que el precio del gas en los mercados internacionales se haya disparado. El problema se agrava debido al sistema marginalista que tenemos en España (y en toda Europa), en el cual el precio de la fuente de energía más cara determina el precio de todas, de forma que, aunque solo necesitemos un poco de gas, acabamos pagando toda la energía al precio del gas que, como hemos comentado, ahora mismo está más caro que nunca.
-Si, según los expertos, no dependemos tanto de Rusia para el uso del gas, ¿por qué hay tanta alarma social?
-Es cierto que España no es tan dependiente del gas ruso, solo supone el 10% del gas que compramos. Nuestros principales proveedores son Estados Unidos, Argelia y Nigeria, pero el problema es que la incertidumbre y la tensión provocada por la guerra de Rusia hace que el precio del gas suba en los mercados internacionales y, por tanto, paguemos más caro ese gas que le compramos a los otros países productores.
-¿Es mejor estar en el mercado regulado o en el mercado libre?
-Sin lugar a dudas, ahora mismo es mucho mejor estar en el mercado libre. Los usuarios que están en el mercado regulado pagan el kW a un precio variable, según sea el precio del megavatio en la subasta diaria (el pool energético). El precio del megavatio lleva subiendo más de un año. Ha pasado de menos de 40€ a 700€. Y, los que están en el mercado regulado, como tienen una tarifa indexada, se están comiendo esa subida enterita. Hay horas y días en las que pagan el kW a más de 0,70€. Eso es más del doble de la tarifa de precio fijo más cara del mercado libre.
Es cierto que hace un par de años, cuando la luz estaba barata y el megavatio no llegaba a los 40€, sí era mejor estar en el mercado regulado; pero desde hace más de un año, cuando el precio se disparó y empezó una escalada de inestabilidad y subidas constantes que llega hasta hoy, estar en el mercado regulado o tener una tarifa indexada es la peor opción de todas. Lo que estamos recomendando a nuestros usuarios, y lo más seguro en estos momentos, es pasarte a una tarifa del mercado libre de precio fijo las 24 horas y, sobre todo, que te congelen el precio durante, al menos, un año.
-¿Cómo se podría romper el oligopolio de Endesa, Naturgy e Iberdrola para popularizar el precio de la electricidad?
-La realidad es que ese oligopolio cada vez lo es menos desde que se liberalizó el sector eléctrico en España. Lógicamente es un proceso lento pero, poco a poco, van apareciendo nuevas comercializadoras que están haciendo las cosas muy bien, que ofrecen buenos precios y buen servicio de atención al cliente. Entre esas tres compañías acaparan el 75% de la cuota de mercado, cuando hace pocos años era prácticamente la totalidad. Por eso es importante que los consumidores se informen y busquen alternativas, porque las hay y muy buenas.
-Bajo su punto de vista, ¿sigue habiendo demasiado desconocimiento entre la ciudadanía sobre el ahorro energético? ¿Qué hace su empresa para paliar esa posible realidad? ¿Qué consejos daría?
-Sí, hay muchísimo desconocimiento. Pero es normal, es un tema muy complejo, difícil de entender (y de explicar). Encima hay muchas compañías y todas te dicen que son las mejores y las más baratas. Por ejemplo, todavía nos encontramos a mucha gente que sigue en el mercado regulado porque dicen que, como es el precio de mercado, es el precio más bajo posible, cuando en realidad están pagando más del doble de lo que pagarían con cualquier tarifa del mercado libre.
Los usuarios tienen mucho lío y ya no saben a quién creer pero, cuando se hace un pequeño esfuerzo por informarse y entender un poco mejor cómo funciona esto, se pueden tomar mejores decisiones y pagar bastante menos. Esa es nuestra misión, poner un poco de luz en todo esto y ayudar a la gente a que tenga la tarifa que más le conviene. Nosotros somos un comparador independiente, de forma que asesoramos a cada usuario de forma imparcial y le buscamos la tarifa y la compañía con la que menos paga; además, nos encargamos del cambio de comercializadora y de todos los trámites necesarios. Nuestros usuarios ahorran de media más de 20€ al mes porque cambian a una tarifa que les interesa más.
«Cuando se producen distorsiones del mercado provocadas por circunstancias poco comunes, se crean situaciones muy perversas como la que estamos viviendo ahora»
-La factura de la luz ¿es enrevesada objetivamente o la hacen enrevesada adrede?
El problema es que en la factura de la luz se paga de todo y, con el paso del tiempo, se le han ido añadiendo conceptos y cargos varios que han terminado convirtiendo la factura en un galimatías. En la factura pagamos el término de potencia, término de consumo, peajes, IVA, impuesto eléctrico, tasas, alquiler de contadores, etcétera.
-¿Por qué un servicio básico, una necesidad básica como es la electricidad para la vida de las personas, quieren convertirlo en un producto de lujo?
-Estamos en una economía de libre mercado donde el precio de los productos, servicios y materias primas se crea por el cruce de la oferta y la demanda. Cuando la oferta es mas grande que la demanda el precio baja y viceversa. El libre mercado beneficia a los consumidores porque se permite la competencia pero, como todo sistema, también tiene su parte negativa y, cuando se producen distorsiones del mercado provocadas por circunstancias poco comunes, se crean situaciones muy perversas como la que estamos viviendo ahora.
Pero que es eso de una economía de libre mercado?. Esta economía de «mercado libre»que tiene un funcionamiento autónomo (Política y Económica siempre van juntos) el problema que tiene es que dejan fuera a toda una sociedad y de ahí las consecuencias que sufren las mismas
Nadie se ha puesto a pensar el gran funcionamiento recaudatorio que tiene el alza de todo los precios para pagar las emisiones de deudas públicas que generan los Estados y del cual no se escapa nadie? Es solamente un ejemplo, porque hay más.
Los sistemas financieros occidentales,entidades llenas de tiburones que controlan hasta los mismos sistemas educativos de los pueblos hacen lo mismo que hicieron siempre: DEVORAR.
Ojo, porque fueron y son, los verdaderos responsables de las grandes ruinas que padecieron y padecen las sociedades y siempre traen de la mano unas consecuencias catastróficas.
El tiempo que tarden en llegar otras sociedades muy diferentes en las maneras de pensar a las nuestras es lo que le queda de vida a éste sistema .
Un saludo.
Atentos pues: ¿ Quién sabe en qué día empieza una nueva era?