El mercado digital supera el 82% del total de las ventas y compensa las caídas en otras fuentes de ingresos. Asimismo, los ingresos por ejecución pública caen en picado debido al cierre de locales de ocio y, junto con las ventas físicas, son los sectores más afectados por la pandemia. Además, el ‘streaming’ de pago alcanza los 3,7 millones de suscriptores
La industria de la música grabada cerró el ejercicio de 2020 con unos ingresos totales de 354 millones de euros en España, una cifra que supone una mejoría del 4,4% respecto a los 339 millones del año anterior. El sector de la música grabada logra con estos resultados superar un año repleto de dificultades que comenzaron desde el mismo inicio de la pandemia, con las tiendas cerradas en todo el país, la venta de soportes físicos prácticamente paralizada y con una acusada caída del consumo de streaming durante los meses iniciales del confinamiento.
Afortunadamente, la tendencia pudo revertirse con el paso de los meses gracias, en parte, al alto nivel de digitalización del mercado, fruto del esfuerzo de adaptación a los gustos de los usuarios realizado a lo largo de los últimos años, junto a un incesante lanzamiento semanal de novedades musicales que llegaron con normalidad a las plataformas de streaming y animaron el consumo.
Los datos anunciados por Promusicae, la entidad que agrupa a más del 95% del mercado discográfico español, contabilizan las ventas de música en formato digital y físico (en valor de precio de venta al público), las sincronizaciones (utilización de música en publicidad o creaciones audiovisuales) y los ingresos derivados de la gestión de derechos de propiedad intelectual de artistas y productores.
En paralelo, la Federación Fonográfica Internacional (IFPI según sus siglas en inglés) presentaba en Londres el nuevo informe mundial de la música grabada, el Global Music Report en su edición 2021, que recoge con todo detalle las cifras españolas, así como las de los países más importantes del mundo.
Crecimiento menor del ‘streaming’
Contra todo pronóstico, el consumo de música en streaming, una tecnología que no se vio afectada por las limitaciones impuestas por la crisis de la covid y que seguía disponible, cayó durante las semanas de confinamiento más duro. Lo hizo especialmente entre los suscriptores premium, mientras que la modalidad financiada por publicidad se vio lastrada por la caída de los ingresos publicitarios.
Este hecho frenó las previsiones optimistas de crecimiento a principio de año, después de haber encadenado varios ejercicios de incremento del consumo. Con el asentamiento de la nueva normalidad, el streaming se recuperó, aunque a un ritmo menor al previsto, subiendo finalmente un 24,4% (frente al 32% del año anterior) y generando 250,8 millones de euros, una cifra que supone por sí sola el 96,8% del total del mercado digital. Las suscripciones de pago (157,4 millones) volvieron a crecer, en concreto un 13,5%, pero mucho menos que en 2019, cuando la subida fue del 35%.
El audio financiado por publicidad logró evitar la caída y anotó 55,8 millones, en gran medida por el aumento del uso de música en redes sociales (Tik Tok, Instagram, Facebook o Snapchat) y las visualizaciones de vídeos (37,5 millones), que completaron los ingresos en este apartado.
Un 82,4% del total de las ventas de la música grabada en España es ya digital, alcanzando los 259 millones si se le suma las descargas de canciones, álbumes y vídeos (5,2 millones) y los productos para móviles, tonos de llamada y espera (2,9 millones), apartados que mantienen su tendencia decreciente de los últimos años. Como dato relevante, las plataformas digitales cuentan ya con 3,7 millones de suscriptores de pago en nuestro país.
El mercado físico cae arrastrado por los cierres preventivos
La transición hacia lo digital en las preferencias del consumidor, que se venía observando en ejercicios anteriores, se vio acelerada por el cierre de tiendas durante el confinamiento y las posteriores restricciones al comercio. Por todo ello, las ventas en formato físico acumularon una caída en ingresos del 24,5% respecto al año previo. Por el camino, se perdió la venta de 2,3 millones de copias en comparación con el año anterior, en su mayoría discos compactos.
El vinilo mantuvo su resiliencia y, pese a las dificultades de distribución, consiguió vender prácticamente el mismo número de copias que en 2019 (1,2 millones). El mercado físico ingresó 55,2 millones de euros, lo que significa el 17,6% del total de las ventas del año.
Otras fuentes de ingresos que obtiene la música grabada provienen de las sincronizaciones y la gestión de derechos de propiedad intelectual. En este capítulo, las sincronizaciones se mantienen similares al año pasado (2,6 millones). Sin embargo, la recaudación por derechos de gestión colectiva sufrió una importante caída del 27% (37,1 millones frente a los 51,3 del año previo), provocada, en mayor medida, por el descenso en la recaudación por la utilización de música en lugares públicos debido al cierre de bares, restaurantes, hoteles y discotecas.
Tampoco fue un buen año para la venta de equipos y soportes, gravados con el canon por copia privada, ni para el sector de la publicidad, que cae en las radios y televisiones y castigan el apunte de ingresos en estas áreas.
Los ingresos sin pandemia habrían superado los 400 millones de euros
Desde 2014, la industria se recuperaba de una profunda crisis acumulando año tras año notables incrementos que culminaron en 2019 con una subida de ingresos del 22,5% con respecto al ejercicio previo. La proyección para este 2020 pronosticaba un porcentaje de crecimiento similar que finalmente se vio truncado por la llegada de la pandemia. Las pérdidas directas ocasionadas al sector por el confinamiento y las posteriores restricciones al comercio, el turismo y hostelería, suponen 32 millones de euros entre el desplome de las ventas físicas y el acusado descenso de ingresos por derechos de propiedad intelectual.
No obstante, como consecuencia de los menores ingresos por streaming en los primeros meses de la pandemia, las pérdidas totales estimadas del sector de la música grabada llegarían a los 50 millones de euros. Por tanto, en ausencia de la crisis provocada por la covid, los ingresos del sector habrían superado los 400 millones de euros.
Global Music Report 2021
El mercado mundial de música grabada creció en el último año un 7,4%, según se desprende del Global Music Report 2021 presentado en Londres por IFPI. Las cifras globales de ingresos ascienden a 21.600 millones de dólares, destacando el crecimiento del streaming, que ya contabiliza 443 millones de usuarios de suscripciones de pago en todo el mundo.
Conforme a este informe, España queda por debajo de ese crecimiento de forma acusada, teniendo en cuenta que la aportación de los ingresos españoles es aún menor, de un 1,4%, ya que IFPI no valora las ventas en PVP sino solo los ingresos generados por los productores de música. De acuerdo a esta metodología, en 2019 el mercado español creció un 16,3%, lo que revela el acusado impacto que ha provocado la pandemia.
Antonio Guisasola: «La música es un bien esencial»
Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, reconoció las dificultades para el sector al anunciar las cifras de 2020. “La música grabada ha logrado sobreponerse a un año complicado para la economía, con un camino cargado de obstáculos que ha supuesto un nuevo desafío para la industria. Llegar con la lección aprendida, después de los años de crisis sufridos y de reinvención, nos ha dado cierta ventaja, aunque hemos puesto a prueba, una vez más, nuestra capacidad de superación en los momentos más complicados. La música es un bien esencial, y como tal, no ha fallado en esta crisis. El público ha recibido cada nueva canción y los conciertos en streaming como un vehículo para evadirse, para intensificar sus emociones o incluso para crear himnos que representen a toda una generación”.
Guisasola añadió: “Siento una satisfacción especial al presentar estos datos positivos, ya que es un momento delicado para nuestros artistas, que siguen sin saber cuándo podrán recuperar el necesario contacto con su público después de tantos meses de parón de la actividad del directo. El esfuerzo de las compañías para mantener una parte de los ingresos de los creadores durante la pandemia ha sido fundamental y la sociedad española ha respondido con su consumo diario. Para los artistas y para los que nos dedicamos a dar curso a su torrente creativo es la mejor recompensa, como lo es para la cultura y la economía de este país”.
Finalmente concluyó: “A pesar de todo, siguen siendo unas modestas cifras para la venta de música, pero no olvidemos que representan una fuente de ingresos primordial, que permiten continuar la actividad en una situación completamente distinta a todo lo que hayamos vivido antes”.
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