El Consejo Económico y Social prosigue con su tremendo repaso al Servicio Andaluz de Salud en un informe demoledor que pone de relieve la mala gestión del Gobierno andaluz en materia sanitaria durante el año 2023
Aunque la consejera portavoz del Ejecutivo de Juanma Moreno Bonilla, Carolina España, diga que «el SAS está preparado para acoger a los 400.000 usuarios de Muface» y a pesar de que la consejera de Salud, Rocío Hernández, verbalice que la sanidad pública andaluza «es una joya», la opinión de los pacientes es otra muy distinta, refrendada una vez más por un estudio del Consejo Económico y Social (CES) de Andalucía, que saca a relucir todas las vergüenzas del SAS.
La presión sanitaria en hospitales y centros de Atención Primaria volvió a ser una realidad en Andalucía durante el año 2023. Así lo mostraron indicadores como el elevado número de consultas de medicina de familia (41,8 millones), siendo en una inmensa mayoría consultas en el propio centro (el 96,9%); consultas de pediatría (5,9 millones); y consultas de enfermería (33,3 millones). En los últimos tres ejercicios, el número total de consultas se redujo un 13,8%, situándose en niveles prepandemia.
En materia de urgencias se atendieron en Andalucía, en el año 2023 ,un total de 7,2 millones (un 97,9% en centro y un 2,1% en domicilio), lo que evidenció igualmente «la masificación de los servicios de urgencias que, además, no contaron con los suficientes profesionales y medios humanos requeridos para ofrecer la mejor atención posible. El incremento de los servicios de urgencias viene también motivado por los retrasos en las citas y la falta de atención en determinados centros de Atención Primaria que carecen de medios técnicos, humanos o adscripción para la realización de pruebas simples».
Esta atención urgente estuvo cubierta, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad, por 601 ambulancias (siete más que el ejercicio anterior). Andalucía mostró una tasa de 7,1 ambulancias por cada 1.000 habitantes, cuarta mejor comunidad autónoma en este sentido. En todo caso, en relación con el transporte sanitario se volvieron a poner sobre la mesa, como en ejercicios anteriores, necesidades sobre la mejora en la prestación del servicio, tanto en relación con los tiempos de traslado y sus límites, como en relación con las condiciones laborales de los profesionales del sector (principalmente condiciones salariales) o sobre el estado general de los vehículos.
Mejorar el amplio plazo de tiempo desde que se pide una cita de AP hasta el día de la cita
En 2023 también fue destacada la publicación del volumen de citas de Atención Primaria no anuladas, un total de 2,8 millones. Por parte de representantes de colectivos médicos, sociedad civil y agentes sociales, sin obviar la necesaria mejora de uso del servicio por parte de usuarios, se incidió en la importancia de contar con un adecuado sistema de recordatorio de citas al usuario en AP y Atención Pediátrica (similar a AviSAS, empleado en consultas o pruebas diagnósticas); mejorar el amplio plazo de tiempo (en número de días) que pasaron desde la petición de cita hasta el día de la cita en sí, lo que provocó que un elevado volumen de usuarios fueran a urgencias antes de acudir a su cita; o las dificultades para anular citas vía telefónica, por falta de medios y saturación de las líneas disponibles.
«Todas estas necesarias reformas del sistema, tales como recordatorios, o recortes de los tiempos de espera, entre otras, deben de cumplimentarse con una buena campaña de información y sensibilización entre la ciudadanía para tratar de reconducir estas conductas», expresa el CES.
Donaciones y trasplantes
Por otro lado, en este apartado fue destacable la valoración de donaciones y trasplantes. En materia de donaciones el número total de donantes de sangre y plasma en Andalucía en 2023 ascendió a 279.343 personas, de los cuales el 53,4% fueron hombres y el 46,6% mujeres.
El 11,3% fueron nuevos donantes. En los últimos cinco años tanto el número total como el nuevo de donantes de sangre y plasma se mantuvo bastante estable. Por su parte, la cifra de donantes de órganos y tejidos llegó en 2023 a los 441, lo que supuso una tasa de 51,5 donantes por cada millón de habitantes. Tras la caída de esta tasa en 2020, este año volvió a su nivel prepandemia. La edad media de las personas donantes fue de 60,5 años. Y, como años anteriores, el 61% fue hombre y el 39% mujer.
En cuanto al número de trasplantes, este llegó a los 1.034, lo que convirtió a 2023 en el año con mayor número de trasplantes de toda la serie histórica, superando por primera vez el millar. En casi un 90% de los casos, los órganos sólidos donados fueron riñón e hígado.
Andalucía, la última en implementar el derecho a la eutanasia
En relación con la Ley Orgánica 3/2021, de 24 de marzo, de regulación de la eutanasia, y siendo la comunidad autónoma de Andalucía la última en implementar este derecho al retrasar la creación de la necesaria Comisión de Garantías y Evaluación, hay que indicar que han sido 137 las personas que han solicitado la ayuda necesaria para morir, 81 en 2022, y 56 en 2023, de las que 53 solicitantes la recibieron: 29, en 2022, y 24, en 2023.
Por sexo, 23 de estas solicitudes fueron presentadas por hombres y 17 por mujeres. Por provincias, en Almería se presentaron cuatro solicitudes que dieron lugar a la apertura de expediente; ocho, en Cádiz; cuatro, en Córdoba; dos, en Granada; una, en Huelva; una, en Jaén; 13, en Málaga; y siete, en Sevilla. El SAS excluye para este cálculo los menores de 15 años.
Los procesos neurodegenerativos
Los tres grandes grupos de enfermedades o padecimientos crónicos que condujeron a solicitar la ayuda médica para morir son los procesos neurodegenerativos (en un total de 19 expedientes), procesos pluripatológicos o crónicos complejos (10 expedientes) y procesos oncológicos (siete expedientes). De forma mayoritaria, en concreto en el 82,5% de los casos, las solicitudes se inician en el ámbito de la Atención Primaria (lastrada por la falta de recursos y profesionales) por la proximidad del paciente, la familia y el hogar familiar. Desde noviembre de 2021 -cuando se creó el registro de profesionales sanitarios objetores de conciencia a realizar la ayuda a morir- hasta diciembre de 2023, han sido 1.340 los profesionales sanitarios que se han acogido a la objeción de conciencia, lo que representa el 1% de la plantilla total de profesionales del SAS.
«También en relación con el derecho a una muerte digna, durante 2023 se han dado en diferentes puntos de registro y asesoramiento problemas en relación con el testamento vital, que también ha sufrido retrasos a la hora de su ratificación definitiva por problemas de citas, falta de personal o problemas informáticos», concluye el CES en un estudio publicado recientemente.
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