Según un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), todos los países deben mantener bajos los tipos de interés y garantizar políticas de tributación y gasto público, entre otras cosas, para lograr la recuperación
La pandemia de Covid-19 es una crisis de salud mundial sin precedentes en nuestra historia reciente. El brote de esta enfermedad ha provocado la recesión económica más grave registrada en casi un siglo, con una disminución del PIB de más del 20%, y está causando enormes daños en la salud, el empleo y el bienestar de la población.
Según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), las perspectivas se centran en dos escenarios igualmente probables: uno de ellos contempla un segundo brote de contagios y nuevos confinamientos antes de que finalice el 2020; el otro no prevé nuevos brotes significativos.
Las medidas de confinamiento adoptadas por la mayor parte de los gobiernos han logrado frenar la propagación del virus y reducir el número de fallecidos. «No obstante, también han paralizado la actividad económica de muchos sectores, ampliado las desigualdades, perturbado la educación y socavado la confianza en el futuro», afirman desde la OCDE.
Conforme se van levantando las restricciones, el avance hacía la recuperación económica «sigue siendo incierto y vulnerable a un segundo brote de contagios«, según publica la OCDE en un reciente informe. Independientemente de que se produzca o no un rebrote de la enfermedad, «las consecuencias serán graves y duraderas«.
Escenario de un solo brote
La actividad económica mundial caería un 6% en 2020 y la tasa de desempleo de la OCDE aumentaría hasta el 9,2% desde el 5,4% registrado en 2019. El nivel de vida caería menos que si se produjese un segundo brote de la enfermedad pero, para 2021, se habrían perdido cinco años en los ingresos de toda la economía.
Escenario con rebrote en otoño
Un nuevo brote de contagios provocaría nuevos confinamientos. La actividad económica mundial se desplomaría un 7,6% este año, antes de remontar un 2,8% en 2021. La tasa de desempleo de la OCDE prácticamente se duplicaría en todo el mundo, hasta alcanzar el 10%, con una ligera recuperación del empleo en 2021.
Hay tres medidas fundamentales para salir del pozo: reforzar los sistemas de salud y aumentar la oferta de equipamiento médico; realizar test, hacer un seguimiento y rastreo de los casos y mantener la distancia social para limitar la propagación del virus; y garantizar la cooperación internacional en materia de desarrollo y distribución de vacunas y tratamientos.
Favorecer la transición
Apoyar la transición de personas y empresas de los sectores más castigados a nuevas actividades y reforzar la protección de ingresos tiene que ser una prioridad, según este organismo de carácter intergubernamental. Además, hay que «facilitar una rápida reestructuración empresarial y acelerar la digitalización, mantener las ayudas a la liquidez y prepararse para nuevas turbulencias financieras».
Plan de recuperación
La OCDE, en su estudio, da una serie de pautas para afrontar una recuperación económica de garantías: crear cadenas de suministro más resilientes, con mayor número de existencias y una mayor diversificación de los puntos de origen; mantener bajos los tipos de interés y garantizar políticas de tributación y gasto público que respalden la actividad económica; e invertir en finanzas públicas en favor del bienestar de la población, enfocándose en la equidad.
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