El consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul y portavoz del Gobierno, Ramón Fernández-Pacheco, contestó a una pregunta de EL LIBRE sobre la digitalización de Salud Responde, sin abordar el gran problema de la sociedad actual: la pérdida de derechos de las personas mayores por la apuesta obsesiva por la transformación digital
«Molesta darse cuenta que el mundo digital nos ha deshumanizado hasta tal punto que la lealtad ya no vale para nada». Son palabras del médico jubilado Carlos San Juan, que se convirtió en el líder de una protesta masiva contra la digitalización bancaria bajo el lema Soy mayor, no idiota. En dos meses, su petición en Change.org para que no se perdiera el trato humano en los bancos reunió más de 600.000 firmas, atrajo la atención de los medios y, al final, obligó a los bancos y al Gobierno de España a responder. San Juan se convirtió en una pequeña celebridad en España y fuera de nuestras fronteras, ya que salió hasta en The New York Times.
En febrero de 2022, San Juan asistió a la firma del protocolo en el Ministerio de Asuntos Económicos en Madrid en el que los bancos prometieron ofrecer mejores servicios a los clientes de la tercera edad, entre ellos volver a ampliar el horario de operación de sucursales, darle prioridad a los adultos mayores en ventanilla y también simplificar la interfaz de sus páginas web y aplicaciones.
Una decisión que cercena la calidad de un servicio público
Pues bien, todo esto parece no haber llegado a oídos del Gobierno de Moreno Bonilla, que recorta el presupuesto en el servicio de atención telefónica del SAS por donde más le duele al usuario: segando el trato humano al apostar por el Sistema de Respuesta de Voz Automática (IVR) y de una aplicación informática. Así lo trata de explicar Fernández-Pacheco: «Obedece a una decisión de la Consejería de Salud de digitalizar todo el proceso de atención de Salud Responde. Somos conscientes de que no todo el mundo tiene las mismas capacidades digitales y, precisamente por eso, hay que dotar a la sociedad de esas capacidades digitales, hacer que los procesos sean intuitivos y garantizar que el acceso al sistema y a los servicios que se prestan esté capacitado para todo el mundo».
Asimismo, el portavoz soltó esta perla: «Probablemente haya personas de 87 años que puedan funcionar estupendamente con esto y personas de 20 que, a lo mejor, tienen más dificultades. No creo que la edad sea el problema. En cualquier caso, la voluntad y la intención de la Junta de Andalucía es que este sistema, que es universal, siga siendo universal».
No hay que olvidar que este proceso de deshumanización de Salud Responde tiene daños colaterales: 37 teleoperadores del servicio de Cita Previa, que trabajan en un centro especial de empleo ubicado en Sevilla, podrían acabar en el paro. Una representación de ellos se personó esta mañana en la puerta del Palacio de San Telmo para visibilizar su problema y atendieron a Pepe Contreras en su podcast Panorama:
El fenómeno de la brecha digital es uno de los grandes caballos de batalla de nuestros tiempos y no parece que la Junta (ni otras administraciones) estén por la labor de implantar un plan verdaderamente efectivo para reducirla. Este fenómeno, que se ha acentuado a raíz de la pandemia, afecta a las personas mayores como una barrera en su acceso a servicios de atención ciudadana, bancarios, sanitarios o a la hora de realizar diferentes trámites con la Administración. Supone uno de los principales retos para el colectivo sénior, según el Observatorio Sénior de 65YMÁS, que publicó sus resultados hace poco más de un año. Esta macroencuesta revelaba que la brecha digital preocupa sobre todo a las personas de más de 80 años (76%).
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