El Carnaval de Cádiz, periodismo cantado de denuncia

Desde los recortes en la sanidad pública hasta las corruptelas de los políticos, las agrupaciones carnavalescas llevan mucho tiempo denunciando injusticias a través de las coplas

Desde hace muchos años y al ritmo del 3×4, las coplillas gaditanas de Don Carnal han alegrado el alma de muchos andaluces y, últimamente, está traspasando fronteras hasta el punto de que, este año, una chirigota de Santoña (Cantabria) se ha colado en semifinales cantando con perfecto acento castellano.

Si muchas familias comen del carnaval, no es casualidad. La sátira y las bromas de todos los colores tienen cabida en presentación, cuplés y popurrís, pero, en el palo del pasodoble, los autores se ponen serios. Y la gente paga por escuchar buena afinación, música emocionante y, sobre todo, letras satíricas y de denuncia social.

La primera agrupación de la que se tiene constancia es Cuadrilla de gallegos, que data del año 1821. Muchos gobernadores civiles y caciques varios intentaron siempre abolir el carnaval sin éxito. No se pueden acallar tantas gargantas proclamando verdades como puños. Paco Alba, Quiñones, Antonio Martín, Martínez Ares, Juan Carlos Aragón, Tino Tovar… Un sinfín de autores han llevado al género de la comparsa a ser el adalid del periodismo cantado de denuncia. En estos días se están celebrando las semifinales del Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) 2023 en el Gran Teatro Falla.

‘Por una sanidad pública digna’

El lema de la Asociación Justicia por la Sanidad está en el corazón de la letra de un pasodoble descarnado escrito por Tinto Tovar para su comparsa del Carnaval 2022 La brigada, que tenía como novedad las incorporaciones de cinco grandes voces de la fiesta gaditana: Ramoni, Piojo, Milián, Subiela y Carli. Ahí va un trozo de la letra de un pasodoble que arremete con fuerza contra los gestores políticos de la sanidad pública andaluza:

Y si el dolor de un enfermo sirve pa vuestros negocios
por mi gente no me callo:
Sois unos putos mafiosos.
Y me da igual si es de izquierdas
o de derechos o de centro.
Mi ideología es sencilla:
La sanidad es lo primero.
Basta ya
de las promesas de hospital.
Saca ya
tus sucias manos del dolor
y compárate con la lealtad de una enfermera
mientras tú nos vendes por tu comisión.
Basta ya,
no más pasillos de la muerte,
no más golfos
ni corruptos ni mentiras.
Basta ya de mangones,
ya nos sangran las heridas:
¡Que estáis jugando con nuestras vidas!

En 2017, Jesús Bienvenido sacó Los irracionales, que le arrabataron el primer puesto a La eternidad, de Martínez Ares, por solo dos puntos de diferencia. Uno de sus pasodobles rompió una lanza a favor de la lucha que, en ese momento, se estaba librando en Andalucía para evitar los recortes que quería hacer Susana Díaz en la sanidad pública. La Asociación Justicia por la Sanidad, con el añorado y querido Jesús Candel al frente, logró parar la fusión de hospitales en Granada, entre otras cosas. Y Bienvenido se convirtió en escriba de lo que estaba pasando:

Y no hay dialogo posible porque con la sanidad no se negocia no se negocia no se negocia, no se corrompe ni se compra ni se vende y más no se recorta. Lo gritan desde el último escalón hasta el profesional del hospital que muchas veces deja su salud en la salud de todos los demás. El personal sanitario, quijotes en guerra contra mil molinos diarios que impiden al político ruin mercenario jugar con la salud de sus pacientes. Político sin sangre que ojalá se vea un día tragando hiel y aguantando listas de espera listas de espera listas de espera
mientras se le va la vida.

«Con permiso, buenas tardes»

Antonio Martínez Ares, el niño de Santa María que tantos primeros y segundos premios tiene en el COAC, lleva más de 30 años alzando su voz y su pluma contra el maltrato a la mujer. Su pasodoble de 1998 de Los piratas, la mejor comparsa de la historia según una encuesta que se hizo hace pocos años, entra dentro de la categoría de canción protesta a la altura de cualquier cantautor de los años 70 u 80. Es literatura dramática que evoca una tragedia griega rodada en cinemascope.

Años después, volvió a tocar el tema con Los cobardes (2016) desde otro punto de vista: el de los vecinos que se enteran del delito, pero que no denuncian por miedo o porque no hay que meterse en la vida de los demás.

La corrupción que todo lo mancha

El añorado Juan Carlos Aragón lanzaba misiles en forma de palabras con sus pasodobles. Tenía su cara Jekill con el romanticismo, pero su lado Hyde era más hype, bordando el repaso a una sociedad dormida con Los Yesterday y el puñetazo encima de la mesa por Andalucía o Araka la kana y la denuncia cruda de todas las maldades del hombre.

Robar -esa manía de muchos políticos- malversar, prevaricar, mentir… Martínez Ares se inventó un tipo espectacular para parir La eternidad y, en cuartos de final del concurso del año 2017, presentó un pasodoble que denunciaba la doble vara de medir que tienen, muchas veces, las distintas fiscalías.

Después de ganarlo todo en el mundo de la chirigota, Vera Luque se pasó el año pasado a la comparsa y le sacó los colores a la mismísima Macarena Olona, que se presentó como candidata a la Presidencia de la Junta de Andalucía por Granada cuando ella es nacida en Alicante y su día a día estaba en Madrid. El público se emocionó tanto que acabó cantando un trozo del Himno de Andalucía ante la sorpresa positiva de todos los miembros de la comparsa.

El escritor Miguel Ángel García Argüez El Chapa bordó, con Los equilibristas (2017) una copla que supuso una guantá sin mano a Susana Díaz, a la que señala con el dedo diciendo que «renegó de Andalucía» cuando le echó el pulso a Pedro Sánchez y le salió el tiro por la culata. El resto es historia negra para la expresidenta de la Junta.

Contra la Iglesia y su poder

Muchos pasodobles han denunciado también, a lo largo de los siglos carnavalescos en Cádiz, la tiranía de la Iglesia en sus múltiples manifestaciones. Cuando murió Juan Carlos Aragón, su grupo realizó una gira por toda España divulgando su legado, pero el año pasado El Chapa se hizo cargo de Javier Bohórquez y compañía y creó Los Renacidos (este año son Los Esclavos) para, entre otras cosas, denunciar que el Obispado de Cádiz tiene un gran número de pisos cerrados y vacíos mientras hay familias que viven en la calle.

«¿Por qué se le niega la comunión a los retrasados? ¿Por qué tantas criaturitas mueren de hambre desamparados? ¿A quién llama usted asesino?», denunciaba Martínez Ares en 1993 a través de su comparsa Los miserables porque el difunto papa Juan Pablo II había condenado duramente el aborto.

El profesor de Filosofía Juan Carlos Aragón tampoco se quedó corto a la hora de criticar a la Iglesia por condenar el amor homosexual con El Golfo de Cádiz con su habitual mala baba, su acento duro y bronco, recordando hechos que siguen avergonzando a la Iglesia católica hoy en día, como la pederastia o el maltrato que sufrían muchos niños en los orfanatos.

Intolerancia

Quizá el autor de carnaval con mayor progresión y mayor calado en la sociedad española sea Martínez Ares (13 años fuera del concurso escribiendo canciones para Pasión Vega o Raphael lo atestiguan). Con su propuesta de 1996 La trinchera, hilvanó unos versos denunciando la escasa tolerancia que había todavía por aquel entonces con los homosexuales.

Kike Remolino empezó en el universo de la chirigota, donde ya se le veían sus ganas de denunciar cosas, por lo que años después se pasó a la comparsa. En 2012, cuando todavía estaba en el palo que encumbró el Selu, sacó Los protagonistas y realizó un maravilloso homenaje a las enfermas de cáncer de mama.

Antonio Martín, otro tótem del carnaval, abordó el asunto de los tumores malignos en 2013 con La comparsa del genio. Subiela, Carli, Miguel Nández y compañía ganaron el primer premio con actuaciones intensas y rotundas de la mano del Niño de San Vicente.

Estas son solo 15 pinceladas de una historia ingente, un mar de coplas que fue homenajeado, cómo no, por el otro Niño, el del Barrio de Santa María, en una de las mejores comparsas de su trayectoria: La eternidad (2017). Un tapiz de letras elaborado con frases inolvidables del legado carnavalesco gaditano, el metapasodoble definitivo.

Y eso es todo. El próximo viernes se disputará la final del COAC 2023, Julio Pardo in memoriam. Una ocasión única para degustar este arte, que es crónica independiente y afilada de nuestro tiempo.