infanta

En la imagen, una protesta de hace meses a las puertas del Infanta Elena.

Salud

Situación crítica en el Hospital Infanta Elena con un gerente que no utiliza mascarilla

Comparte este artículo:

Un brote en la zona libre de Covid de la segunda planta disparó la alarma hace seis días: hay cinco pacientes (ingresados por otras dolencias) que han dado positivo y seis profesionales sanitarios infectados. Mientras tanto, el gerente del Infanta Elena, Antonio Carrión, recibe al personal sindical y realiza actividades diarias dentro del centro «sin mascarilla». Además, la UCI destinada a pacientes Covid se encuentra con cinco camas inhabilitadas

El coronavirus es invisible y, tras la mutación que ha sufrido recientemente, ha subido su nivel de contagiosidad. En una Andalucía con provincias cerradas perimetralmente donde hay bares que no cumplen con las restricciones de aforo y ayuntamientos que permiten que se practique deporte de contacto (riesgo extremo de infección) con la connivencia del consejero Javier Imbroda y las federaciones deportivas, los hospitales de la Junta son el epicentro de la salud pública. Pues esos centros, que deberían ser el lugar de la salvación para muchos, se acercan cada día más a un abismo que sí se podía intuir y sí se podía haber evitado con un plan de contingencia en condiciones y con una inversión racional y con sentido del presupuesto sanitario.

En una zona de la segunda planta del Hospital Infanta Elena donde hay personas ingresadas por problemas urológicos, cardíacos, neurológicos y de medicina interna, ha habido un brote de coronavirus con cinco pacientes infectados y seis profesionales sanitarios. «Ha pasado casi una semana y no han puesto en marcha el protocolo», denuncia Sara Rodríguez, delegada de Prevención del Sindicato Satse en el Infanta Elena.

Por eso, Satse denuncia la situación crítica que atraviesan los profesionales sanitarios, muy especialmente los enfermeros, del Hospital Infanta Elena por «la falta de protocolo y de medidas preventivas adoptadas frente a contagios por Covid-19″. Condiciones por las que los propios profesionales han comenzado ya a protestar a las puertas del centro hospitalario, como ha sucedido esta misma mañana.

Se han dado circunstancias, como por ejemplo el caso de los profesionales de la 2ª planta izquierda, que ante sospecha de contagio, «son los propios profesionales los que tienen que hacerse las PCR unos a otros ante la carencia de medios y personal, y por el retraso a la hora de realizar las mismas, viéndose además obligados a realizar técnicas sin EPIS adecuados«, revela Rodríguez, que añade: «Todo ello deja entrever la lentitud en la toma de decisiones tanto por parte de Salud Laboral como por los servicios de Medicina Preventiva, que no adoptan las medidas adecuadas frente a los posibles focos de contagio.

Desinfección insuficiente

Tras el brote de Covid en una zona que estaba habilitada para pacientes con otras enfermedades, el gerente del Infanta Elena no ha ordenado una desinfección severa de esas habitaciones. «Solo han limpiado los colchones y las mesitas. Aquí no ha venido la UME a desinfectar como es debido», denuncia Satse.

De los cinco pacientes positivos en la 2ª Izquierda, hay unos que han sido trasladados a plantas Covid y a otros les han mandado para casa. Un paciente de los que ha recibido el alta tiene más de 80 años, le acaban de hacer un cateterismo y tiene que confinarse con su marido y su hija, que también están infectados.

La parte más negativa de este brote en una zona donde se tratan otras patologías es que las pruebas cardiológicas, neurológicas, urológicas y de medicina interna han tenido que suspenderse temporalmente, una medida que aumentará todavía más la lista de espera hospitalaria.

A ello se suma que los enfermeros están siendo sometidos a «una gran presión asistencial debido al ingente incremento de ingresos, como ha sucedido en la planta 5ª derecha, donde desde hace una semana existen camas desdobladas, es decir, habitaciones con dos pacientes y no se ha aumentado el número de profesionales, sometiéndolos a una mayor sobrecarga laboral, estrés y carga viral, circunstancia que se agrava aún más, por la falta de agilidad en la contratación de personal para cubrir las bajas por contagios y aislamientos preventivos, por lo que el déficit de personal es una evidencia«, pone de relieve Sara Rodríguez.

Según Satse, hay «27 enfermeros de baja» en el Infanta en este momento. Una de las drásticas consecuencias de esta falta flagrante de personal es que ya no hay triajes separados. «En un único triaje se está tratando a un sospechoso de Covid, a un positivo derivado de Primaria y a un enfermo de otras patologías. Todos juntos pasan a una salita de 16 metros cuadrados sin ventilación suficiente«, afirma Sara.

La protesta de los sanitarios afectados del Infanta continuó en el interior.

Esta falta de profesionales de Enfermería ha llevado incluso a que la UCI del Hospital Infanta Elena destinada a pacientes Covid «se encuentre con cinco camas inhabilitadas«. Y todo ello, en un momento crítico donde el número de hospitalizaciones en los últimos días no para de aumentar y que ha alcanzado su punto más álgido desde el inicio de esta pandemia en Huelva y en toda Andalucía.

«Satse no va a permitir que se siga poniendo en riesgo la seguridad y la salud de profesionales y usuarios del centro hospitalario, por lo que exige que se dote de los EPIs adecuados a los profesionales de Enfermería de los diferentes servicios del hospital, con el fin de garantizar su seguridad y salud en el puesto de trabajo. Las elevadas cifras de los contagios de profesionales demuestran precisamente que no se están tomando las medidas preventivas necesarias», subraya Rodríguez, que denuncia que el SAS no traslada ningún tipo de información a los sindicatos «desde el 14 de octubre».

Además, el Centro de Prevención está alertando a través de correo electrónico de que el Infanta Elena está recibiendo mascarillas defectuosas que no garantizan la seguridad del profesional sanitario.

Un gerente que desdeña la mascarilla

Lleva solo unos meses en el cargo. Antonio Carrión llegó para sustituir a Julia Paloma Hergueta, que fue cesada tras una pésima gestión del Infanta. Los trabajadores del centro se las prometían felices, pero parece que el remedio ha sido peor que la enfermedad (nunca mejor dicho). Sara Rodríguez denuncia que «Carrión no usa mascarilla en su quehacer diario», algo que sería una falta grave y que las fuerzas policiales deberían sancionar según el decreto establecido por el Gobierno. ¿A qué espera el gerente del SAS, Miguel Ángel Guzmán, para tomar medidas inmediatas contra este presunto atentado contra la salud pública de un sanitario que tendría que dar ejemplo para ayudar a disminuir la irresponsabilidad ciudadana?


Comparte este artículo:

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

*