Los indultos y la presión al Rey

Vivimos en un momento complicado políticamente por muchas razones, una de ellas y no menor, el tema de los posibles indultos que el Gobierno quizás conceda en fechas próximas a ciertos políticos catalanes

La sociedad en general está preocupada por esta situación. De hecho, el pasado domingo tuvo lugar una manifestación en Madrid, contra esas medidas de gracia, a la que asistieron decenas de miles de personas, que además estaban respaldadas por otros muchos miles que no pudieron hacer acto de presencia y firmaron en diferentes mesas distribuidas por España o mostraban su apoyo con banderas españolas en los balcones.

Todos los españoles de bien queremos que la situación con Cataluña se arregle y normalice pronto y de la mejor forma posible para el conjunto de la nación. Eso es fácil decirlo, pero los años y la realidad nos muestran que es complicado lograrlo.

El Ejecutivo usa palabras bonitas que a todos nos gustan y podemos compartir. El presidente habla de: “construir convivencia, porque la convivencia se basa en la negociación y el diálogo”. En principio, nada que objetar a esa premisa, pero es un hecho que, tras décadas de diálogo, negociaciones, cesiones e intentos de convivir en paz con los separatistas, ellos hicieron un referéndum ilegal, proclamaron la independencia y siguen en ello. El Sr. Sánchez no nos ha dado ninguna razón convincente de que los separatistas estén por la labor de dialogar y cooperar para construir una convivencia pacífica, de entendimiento y de buen rollo entre todos los españoles. Sí sabemos que una buena proporción de catalanes no pueden estudiar en su lengua madre, el español. Lo mismo pasa en Galicia, Baleares, Comunidad Valenciana o Vascongadas. Es más, han proclamado, por activa y por pasiva, que volverán a hacer lo mismo hasta lograr la independencia, lo que supondría romper España.

Me gustaría también que el Gobierno nos explicara bien, de forma clara y de una vez por todas, esa idea que escucho de forma recurrente de una federación de repúblicas independientes. ¿En qué se funda su optimismo de que eso sea una solución? Para empezar, las repúblicas federales siempre se han formado uniendo estados, previamente independientes, para construir una nación mayor. Es el caso de Estados Unidos o Alemania. Nunca se ha hecho para parcelar o dividir un país constituido y unido desde hace siglos, por ejemplo España. ¿En qué se basan para defender esa alternativa? ¿es eso una solución viable? ¿cómo saben que eso no será un caos e incluso pueda traer un conflicto armado? ¿están los catalanes y vascos dispuestos a ser una república igual que Murcia o La Rioja, dentro de una federación? ¿o su supremacismo les diría que ellos son diferentes? Yo siempre he oído a los separatistas que quieren ser independientes, no otra cosa descafeinada que algunos políticos pretenden intuir.

Llegados aquí, la pregunta es: ¿rompemos España o no? Sólo hay dos posibles respuestas y sería deseable que los gobiernos de España expliquen de forma clara lo que quieren para que no existan falsas esperanzas de los españoles ni de los separatistas.

Volviendo al tema de los indultos, los técnicos, es decir la Fiscalía y el Tribunal Supremo, no los respaldan, ya que según ellos no concurren los requisitos de utilidad pública, justicia y equidad. Llegan a decir esos expertos que los indultos son ilegales y pueden ser considerados un acto de prevaricación. Además, parece que todos los condenados no han solicitado dichos indultos, lo que parece ser un requisito necesario. Hasta aquí, la parte legal. También se da una situación añadida que entendemos todos los que no somos especialistas en leyes: no hay ninguna señal de arrepentimiento ni propósito de enmienda por parte de estos posibles futuros indultados y sí se jactan de que volverán a realizar los mismos hechos por los que fueron condenados. Es humillante y temerario indultar a quien no desea corregirse. El pueblo ya no entiende nada, ¿por qué indultar a quien quiere reincidir?

Indultos sin explicación lógica

Sánchez y los suyos se empeñan en mantener los indultos sin dar ninguna explicación lógica que podamos entender los españoles de  a pie. Es un mal asunto que la gente normal no entienda perfectamente las leyes. Ya con el mismo tema del procés, se jugó con las palabras y artimañas legales para que, tras ver por televisión un referéndum ilegal y una declaración de independencia (hechos que para cualquier persona normal es un golpe de estado), se nos intentó vender que aquello había sido una ensoñación y los protagonistas fueron condenados por malversación y sedición. Acatamos la sentencia, pero los españoles no se chuparon el dedo. La gente sabe lo que es sedición y golpe de estado y la verdad es sólo una.

Recientemente, la señora Ayuso se preguntó si se haría cómplice al monarca al firmar los indultos a los presos del procés. Preguntó ella: «¿Qué va a hacer el rey de España a partir de ahora? ¿Va a firmar esos indultos, le van a hacer cómplice de esto?«. Ayuso simplemente ha descrito y cuestionado una situación real. Ella ni obliga ni deja de obligar al monarca ni lo implica en nada. El Rey, como jefe de Estado, da fe de lo que le presenta el Gobierno. Es un acto administrativo. El problema aquí es que el Ejecutivo le ponga a firmar unos indultos que vienen viciados de entrada, según las altas instituciones legales y que incluso pueden ser un acto de prevaricación, poniendo al Rey, que representa la unidad de España según el artículo 65 de la Constitución, en un conflicto moral, en un compromiso, en una situación endiabladamente comprometida, donde se le puede criticar tanto si firma como si no.

Se habla en la prensa de estos días sobre la actuación de Balduino en Bélgica cuando se aprobó la ley del aborto o la de Alcalá Zamora en otro momento en el que éste no compartía la ley que le presentaban a firmar. Yo no sé de leyes y no voy a dar consejos. El Rey hará lo que tenga que hacer. Sí voy a mencionar que, durante años, hemos visto a miembros de ERC, JxCat, la CUP y Bildu votar con la fórmula de «por imperativo legal», nunca cuestionada ni protestada por la izquierda. Pues bien, no sé si voy a expresar una barbaridad legal, pero en esta ocasión, a mí personalmente, no me molestaría que se usara si Sánchez y los suyos se empeñan en mantener los indultos.