La palabra colapso está empezando a definir la situación que vive la sanidad privada en Andalucía. EL LIBRE ha podido saber que una paciente ingresada tuvo que compartir la cuña para hacer las necesidades con otra paciente a la que metieron en la cama del acompañante, que no cuenta con soporte vital
Esas habitaciones de Santa Isabel siempre han sido individuales, por lo que la cama del acompañante no está preparada para que, en ella, convalezca un paciente. «Las habitaciones individuales tienen soporte vital para una sola persona -toma de oxígeno, etcétera- y están metiendo a dos pacientes, con la escandalosa circunstancia de que tienen una cuña a compartir esos dos pacientes», denuncia Teodoro Elena, el marido de la persona ingresada.
Esta paciente, que fue derivada a Santa Isabel por el SAS para una intervención quirúrgica traumatológica, ha vivido en sus carnes la precariedad no ya de la sanidad pública, sino también de la privada concertada. La operación fue el martes, día 23 de mayo, y estuvo ingresada hasta el día siguiente.
«La habitación solo tenía una luz y un solo llamador de urgencias. Y no te dan agua, te obligan a cogerla del lavabo, donde hay más bacterias. Y el aseo también es compartido y solo tenía una toalla«, remarca. Había un plafón en la habitación y la bombilla estaba fundida. Le aseguraron que vendrían los de mantenimiento a arreglarla y no lo hicieron. Eso sí, la atención del cirujano y de los profesionales sanitarios fue correcta.
«La degradación de la sanidad pública es total y absoluta»
«La Clínica Santa Isabel está saturada, llena de gente. Estuve a punto de poner una denuncia por las condiciones tan precarias que he visto«, comenta Teodoro, que añade: «La degradación de la sanidad pública es total y absoluta. Hay problemas con los médicos, con los pediatras y con los ATS».
Este periódico ha intentado ponerse en contacto con la dirección de la clínica, pero el sistema de filtros robotizados que utiliza Asisa en su atención telefónica lo ha impedido en primer término. En un segundo momento y tras pasar varios minutos escuchando opciones, el robot dice que «podrá hablar con centralita», pero la realidad es que, tras cuatro tonos, la llamada se corta automáticamente.
El Gobierno de Moreno Bonilla derivó a casi un millón de pacientes a la privada en 2022
Durante todo el año pasado, un total de 905.625 personas fueron derivadas a la sanidad privada para ingresos hospitalarios de pacientes, enfermos derivados para intervención quirúrgica y pacientes derivados para estudios diagnósticos y pruebas funcionales, según datos de la Consejería de Salud aportados al Portal de Transparencia de la Junta de Andalucía.
Sebastián Martín Recio, médico y portavoz de Marea Blanca en Sevilla, reflexiona sobre las causas de esta derivación masiva: «ha habido una disminución de entre el 30 y el 40% de la plantilla del SAS, tienen muchas plantas y consultas públicas vacías, como en el Hospital Militar. Por eso pusieron en la orden que los médicos de la privada pudieran ir a las instalaciones del SAS».
Según este facultativo, el invento de la consulta de acogida ha hecho aguas por los cuatro costados. «La consulta de acogida ha fracasado porque, de pronto, una enfermera realiza un prediagnóstico que puede ser erróneo: una persona llega con dolor de cabeza, la enfermera le manda un paracetamol y resulta que, en realidad, ese dolor viene de un tumor cerebral o de una crisis hipertensiva craneal. Y luego viene el médico y le dice: «¿Usted qué diagnosticó? ¡Si usted no está facultada para diagnosticar! Entonces, hay muchas enfermeras que no quieren estar en la consulta de acogida a no ser que sea para dar una cita para dentro de dos o tres días o para renovarle un tratamiento al paciente», subraya Martín Recio.
«Es una estrategia de derivaciones por todos los conceptos para que la sanidad privada se expanda. Ya tienen dos millones de pólizas en Andalucía. Y el SAS se gasta actualmente el 35% de su presupuesto en conciertos con la privada«, apostilla.
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