Justicia por la Sanidad demuestra su poderío al congregar a miles de personas en Granada para defender la sanidad pública

«Hay que hacer esto en todas las capitales andaluzas», gritaba al final un manifestante. Llegó un momento en el que toda la avenida Jesús Candel, presente hasta en el nombre de la calle, estuvo tapada por la gente. El fin de la protesta tuvo su punto emotivo con la emisión de un cortometraje sobre la figura de ‘Spiriman’ y el lanzamiento de un globo blanco al cielo granadino

Esta manifestación ha sido histórica por varios motivos: es la primera vez que Justicia por la Sanidad sale a la calle tras el fallecimiento en 2022 de su primer líder, el carismático Jesús Candel. Sin él, los andaluces le han demostrado al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, que la salud pública es un problema y hay que solucionarlo a la mayor brevedad posible. Sin Spiriman, el presidente de la asociación, Luis Escribano, apoyado en su eficiente junta directiva, ha evidenciado que Justicia por la Sanidad sigue siendo la asociación civil que más gente es capaz de congregar en una manifestación sin apoyo de sindicatos ni partidos políticos. Sin él, pero con él muy presente, siempre en los corazones de los granadinos y del resto de andaluces que siguen peleando por que ninguna persona mayor más tenga que esperar una cola bajo la lluvia, a las 7:00 horas, para coger una simple cita de Atención Primaria.

Muchos fueron los cánticos que se oyeron. Las gargantas de grandes y pequeños bramaban contra la nefasta gestión de Moreno Bonilla y los tres consejeros que ha puesto al frente de la sanidad andaluza (Jesús Aguirre, Catalina García y ahora Rocío Hernández) en sus cerca de seis años de gobierno.

Desde los tiempos de Spiriman, estas protestas masivas han contado siempre con la participación de gente de todas las edades y hoy no ha sido la excepción: una madre embarazada bailando con su primogénito y subrayando el concepto subversivo, pero pacífico, de las manifestaciones de Justicia por la Sanidad; una mujer mayor con muleta emocionada al contemplar que el legado activista de Jesús Candel sigue más vivo que nunca; personas con discapacidad al frente de la protesta bajo un sol de justicia; grupos de jóvenes clamando que Moreno Bonilla «va a perder su silla»; familias enteras formadas por padres, hijos y nietos con pancartas de Se vende la sanidad pública; ancianos con andadores; sanitarios convencidos de que salir a la calle es la única manera de luchar por cambiar el cuento; personas que terminaban su desayuno en una cafetería y, al paso de la comitiva, se unían con el puño en alto… El Yeah fue masivo.

«No se trata ya solo de un cambio de modelo, se trata de que es nuestra salud y la de nuestra familia la que está en juego», han denunciado los organizadores, que han reclamado un aumento de los profesionales sanitarios y de las camas disponibles en los hospitales, entre otras muchas cosas.

El presidente de Justicia por la Sanidad, Luis Escribano, habló claro ante las miles de personas que se reunieron en el final de la manifestación, en la explanada del Palacio de Congresos: «Nadie ha controlado los contratos fraccionados por valor de menos de 200.000 euros. La corrupción ha sido masiva. No os podéis imaginar lo que hemos encontrado con las investigaciones de la asociación, porque los documentos de los interventores son muy jugosos. ¿Y qué hizo el partido que llegó al Gobierno andaluz en 2018? Nada. Sigue todo igual. Nos invadieron los romanos, los vándalos, los suevos y los alanos. Después, los visigodos, los musulmanes y los franceses. Y ahora nos han invadido los corruptos, pero los vamos a echar a todos«.

Barreda: «Todo era una montaña de mentira tras mentira»

Por su parte, el secretario de la asociación, Antonio Barreda, fue taxativo: «Moreno Bonilla nos prometía una sanidad pública cinco estrellas, pero todo era una montaña de mentira tras mentira. La película es que han explotado las listas de espera. Fijaos cómo tienen que ser los datos de terroríficos que las listas de espera de pruebas diagnósticas llevan borradas desde 2018. Las han eliminado para que no os enteréis de la canallada tan enorme que os están haciendo a vosotros. ¿Cuánta gente va a padecer cáncer y terminará muriendo por que no se le ha diagnosticado a tiempo? Están jugando con nuestra propia vida. Nosotros somos los que morimos, ellos no mueren. Ellos están de puta madre en sus coches oficiales con sus móviles de última gama. Si desangras al SAS, lo que haces es que todos esos que vienen de la concertada y de la privada van a beber de nuestra sangre, como las sanguijuelas. Y ése es el modelo que está destruyendo a la sanidad pública».

En un momento dado de la manifestación de hoy, un niño que estaba mirando la comitiva desde la acera preguntó: «Mamá, hay mucho ruido. ¿Esto para qué es?». Y la madre le contestó: «Hijo, a veces hay que hacer mucho ruido para que te escuchen«. Y, poco después, el globo de Spiriman voló hacia lo alto y no se pinchó, aguantó y aguantó la presión atmosférica, como si fuera de acero de Damasco, como si representara también la voluntad colectiva de un pueblo que ya se ha levantado y no se va a callar nunca más.