En la comparecencia para periodistas posterior al Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía de ayer, EL LIBRE sacó a relucir el concepto de partidocracia, algo inédito en la sala de prensa del Palacio de San Telmo. Y el consejero portavoz se despachó a gusto
Tras la sentencia del Tribunal Constitucional (TC), que ha rectificado al Supremo sobre el caso ERE, el consejero portavoz del Gobierno de Moreno Bonilla, Ramón Fernández Pacheco, manifestó públicamente en la red social X que «el manoseo de Pedro Sánchez está llevando a las instituciones del Estado al descrédito más absoluto», dando a entender que el TC está en manos del gobierno de Sánchez.
Entonces, la pregunta de EL LIBRE fue la siguiente: «¿Podría explicar cómo puede estar el Constitucional en manos de un gobierno, si supuestamente en España hay democracia y el TC es un órgano independiente? ¿Está reconociendo con sus manifestaciones que el TC es un órgano político en manos del partido de turno que gobierne, y que por tanto no hay democracia en España, sino una partidocracia?».
El portavoz del Ejecutivo andaluz respondió que el TC es un órgano «que no forma parte del poder judicial, que en España tiene su culmen en el Supremo» y que ahora mismo «tiene una serie de mayorías bastante evidentes» que lleva a magistrados de la minoría actual a alertar «respecto al prestigio que está teniendo el TC con las últimas decisiones que se están adoptando».
«Cierto manoseo»
«A mí personalmente me ha llamado poderosamente la atención que, por ejemplo, el presidente del Constitucional, que fue fiscal general del Estado nombrado por el Gobierno de Pedro Sánchez, pues no se abstuviera en la votación. O que el señor Juan Carlos Campos, que ha sido secretario general de Relaciones con el Parlamento en la Junta de Andalucía y ministro de Justicia en el Gobierno de España con el PSOE, al que se le conoce una manifiesta amistad con alguno de los condenados por el caso ERE, no se haya abstenido en este caso. Y sobre todo lo que me llama poderosísimamente la atención, y creo que no sólo a mí sino a muchísimos españoles, es que Pedro Sánchez, en un mitin del PSOE, adelantase el fallo del TC», ha recalcado antes de concluir que «todos esos indicios nos pueden llevar razonablemente a pensar que hay cierto manoseo de la institución por parte del Gobierno».
El consejero portavoz del Gobierno andaluz, Ramón Fernández-Pacheco, criticó la «salida en tromba» de dirigentes del PSOE a «intentar blanquear» el caso de los ERE tras las decisiones del Constitucional en relación con los recursos planteados por los exaltos cargos socialistas condenados en la causa llegando a difundir el «bulo» de que el TC había archivado el caso.
Fernández-Pacheco se ha pronunciado de este modo tras la reunión semanal del Consejo de Gobierno al ser preguntado en rueda de prensa por los últimos borradores de sentencia a cargo de la vicepresidenta progresista del TC, Inmaculada Montalbán, que propone exonerar la malversación por la que se condenó a seis años de cárcel a la exconsejera de Hacienda Carmen Martínez Aguayo y a siete años de prisión al exconsejero de Empleo Antonio Fernández.
Tras recordar que «todavía quedan cien causas por juzgar» en el caso ERE, Fernández-Pacheco ha preguntado «a todos aquellos que dicen que no existió el caso ERE y que nada más está en la mente de la derecha y la ultraderecha dónde están los 680 millones de euros» y ha garantizado que el actual Gobierno andaluz «seguirá luchando con todas las fuerzas para recuperar hasta el último céntimo del dinero que era de los parados andaluces y que se destinó a crear una red clientelar que permitiera al PSOE seguir ganando elecciones en Andalucía».
La eterna vinculación, de mayor o menor intensidad, del poder judicial con el poder legislativo
Entonces, se desprende de estas palabras que el partido que gobierne, sea del color que sea, tarde o temprano utilizará los resquicios constitucionales para beneficiar a los suyos desde el poder judicial. El ejemplo más claro es el caso del expresidente del Consejo General del Poder Judicial Carlos Lesmes.
Entre 1996 y el año 2004 estuvo en situación de servicios especiales dentro de la carrera judicial, debido a que ejerció como director general de Objeción de Conciencia (1996-2000, primer mandato de Aznar) y como director general de Relaciones con la Administración de Justicia (2000-2004), ambos cargos del Ministerio de Justicia.
Desde el 12 de mayo de 2000 hasta septiembre de 2005 fue nombrado por el Gobierno de José María Aznar del Partido Popular (PP) director general de Relaciones con la Administración de Justicia.
Lesmes regresó en 2005 a su plaza en la Sección Octava de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional. Ese año fue nombrado presidente de dicha Sala, cargo que ejerció hasta el año 2010. Asimismo, fue presidente en funciones de la Audiencia Nacional desde septiembre de 2008 a abril de 2009.
De vuelta al poder gracias a Rajoy
En marzo de 2010, consiguió plaza en la Sala Tercera de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo. Y en 2012, ya con el PP de nuevo en el poder con Mariano Rajoy a la cabeza, Lesmes fue miembro de la Comisión Institucional designada por el Ministerio de Justicia para asesorar en la elaboración de la propuesta de reforma de Ley Orgánica del Poder Judicial y de la Ley de Demarcación y Planta Judicial.
El 9 de diciembre de 2013, fue elegido por el Pleno del Consejo General del Poder Judicial como Presidente del Tribunal Supremo. Lesmes estuvo al frente del Alto Tribunal durante casi nueve años, más que ningún otro titular en democracia, y el segundo con el mandato más largo en la historia tras José Castán Tobeñas. Su extenso tiempo en el cargo se debió al bloqueo que impidió la renovación del CGPJ una vez finalizado su mandato en diciembre de 2018, lo que provocó que estuviera en funciones cuatro años más.
En los casi nueve años que estuvo Carlos Lesmes al frente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y del Tribunal Supremo, cuatro de ellos en funciones, la composición del Alto Tribunal dio un giro de 180 grados, con una contundente mayoría conservadora entre sus miembros y presidentes de Sala. Durante su mandato también se aupó a una terna de jueces jóvenes directamente colocados en la Audiencia Nacional a través de polémicas comisiones de servicio.
Jueces conservadores aupados al poder judicial cuando el PP llega a Moncloa y jueces progresistas cuidados, mimados y llevados en volandas a los altos cargos judiciales cuando el PSOE (solo o acompañado) arriba a la Presidencia del Gobierno… ¿Dónde está la separación de poderes? Si los máximos responsables del brazo del Estado que imparte justicia son nombrados por los partidos políticos que detentan el poder legislativo, nunca existirá una separación de poderes real.
Claro ejemplo de que, además de que no hay separación de poderes, tampoco hay independencia del poder judicial.
Manoseo es una cosa y colocar en los altos tribunales supremo y constitucional jueces de guiñol con la mano del partido político metida bajo la toga es INACEPTABLE.