hospital militar

El presidente de la Junta, Juanma Moreno, en la reinauguración del Hospital Militar.

Opinión, Salud

El Hospital Militar de Sevilla es un auténtico tocomocho sanitario

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El que iba a ser el tercer hospital de referencia de Sevilla, abierto con excesivas prisas durante la pandemia de la covid, ha resultado ser uno de los mayores fiascos del gobierno de Moreno Bonilla, otro engaño más a los que nos está acostumbrando en materia sanitaria

Como el nuevo Hospital de Cádiz que Juanma haría, pero que terminó dando casi 800 millones de euros al concierto con los hospitales privados del grupo Pascual. Un grupo hospitalario al que le ha vuelto a tocar la lotería en Málaga alquilándole a la Junta un edificio abandonado por cinco años mientras construye una de sus maravillas sanitarias en forma de nuevo Hospital de Málaga.

¿Por qué Málaga sí y Cádiz no? Eso es algo que los gaditanos deberán preguntarse todos estos años de engaños tras engaños. De mentiras tras mentiras. De una ciudad que se cae a pedazos abandonada por todas las administraciones públicas, derrotada a nivel industrial junto a su bahía y dejada de la mano de Dios de cualquier proyecto. Ahí va a quedar para la historia de la infamia el parque de Las Aletas, que pasó de ser el referente industrial del sur de Europa tras la marcha de Delphi, a convertirse en la mayor mentira jamás contada a un pueblo desde la llegada de Julio César como cargo a dedo en Cádiz en nombre del Senado y del pueblo de Roma.

El Hospital Militar abre sus puertas

La historia nos cuenta que, el viernes 27 de junio de 1980, se inauguraba en Sevilla un nuevo hospital militar en memoria de un ilustre médico militar, uno de los héroes de 1898 conocidos como los últimos de Filipinas y muy vinculado Sevilla, bautizado con el nombre de Vigil de Quiñones. El acto estuvo presidido por el entonces capitán general de la Segunda Región militar, teniente general Merry Gordon (de infausto recuerdo la noche del intento del golpe de estado del 23-F), acompañado de autoridades civiles y militares.

El Hospital Militar de Sevilla estaba considerado como el segundo en su categoría tanto en medios materiales como humanos, tan solo por detrás del Hospital Gómez de Ulla de Madrid y contaba con un edificio de 12 plantas con la tecnología médica más avanzada del momento, helipuerto y una capacidad para 750 camas, 240 habitaciones individuales, 29 especialidades médicas y cinco quirófanos en sus más 83.000 metros cuadrados.

Mientras que otros hospitales militares de España se transferían a las redes sanitarias públicas aplicando, bien precios de alquiler (Barcelona), bien por transferencia directa de Estado a comunidad autónoma (Galicia), no se sabía qué iba a pasar con el de Sevilla. Su desafectación como centro sanitario del Ministerio de Defensa supuso una demanda para su traspaso por parte de la Junta de Andalucía que vio una oportunidad para la confrontación con el entonces gobierno de Aznar. Ya que no estaba claro si iba a ser transferido al SAS, o vendido a empresas privadas interesadas en mantener su uso sanitario.

Cambio de uso del antiguo Hospital Militar

El 26 de junio de 2003, la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla acordaban con el del Ministerio de Defensa la compra del Hospital Militar Vigil de Quiñones por 34,5 millones de euros. El acuerdo incluía un protocolo según el cual el Gobierno transfería el hospital militar al Servicio Andaluz de Salud (SAS) a cambio de seis millones y de la recalificación de los terrenos militares ubicados en Villanueva del Pítamo, 389.414 metros cuadrados que pasarán a ser urbanizables y que se valoraban en 28,5 millones de euros. Según el acuerdo, el personal civil sanitario del hospital podrá integrarse en el SAS, aunque será el ministerio el que se haría cargo de sus sueldos hasta que se jubilen. La trasferencia finalmente a la Junta de Andalucía se materializó mediante el Real Decreto 2399/2004.

En noviembre de 2003, la Junta de Andalucía anunciaba que el Hospital Militar de Sevilla, cuya trasferencia se realizó en enero de 2004, sería un centro de referencia en cuanto a programas de rehabilitación para enfermos de ictus, de salud mental y de pacientes que necesitasen de rehabilitación tras sufrir accidentes de tráfico. Además, indicaba que el hospital militar serviría de colchón para atender, sobre todo, la demanda de atención especializada mientras se producía la reconversión de los cuatro centros especializados de la ciudad en Centros Hospitalarios de Alta Resolución Especializada (Chare).

En 2007, la sucesora de Vallejo como titular de la Consejería de Salud, María Jesús Montero, hoy ministra de Hacienda, en la presentación del Plan del Plan Integral de Accidentalidad 2007-2012, que contemplaba 81 actuaciones e invertirían 23,1 millones de euros para reducir todo tipo de accidentes. Dentro de este plan, anunció una unidad de lesión medular para accidentes de tráfico que se ubicaría en el antiguo hospital militar, en una superficie que ocuparía 4.000 m2. Se invertirían 4,8 millones de euros y dispondría de áreas terapéuticas, hospitalización, así como una vivienda adaptada donde les enseñarían a levantarse de la cama, vestirse, comer…

Empieza el engaño sobre el Hospital Militar

La Junta de Andalucía con el PSOE desde 2004 se dedicó a vender humo para los proyectos previstos en el Hospital Militar y que consistían en la creación de una unidad de lesionados medulares de referencia para Andalucía; una unidad de rehabilitación cardíaca para afectados de infartos y anginas; un centro de alta resolución con 31 especialidades; y una unidad de agudos de salud mental con 30 habitaciones. Son proyectos que han quedado en papel mojado.

Se empezaron las obras para remodelar el Vigil de Quiñones con la empresa Isolux Corsán, con un presupuesto de 44 millones de euros. Fondos con los que se contaba para ampliar la zona de escaleras y ascensores entre la planta cuarta y la 12ª del edificio principal. También estaba previsto la construcción de un edificio nuevo de dos plantas en una superficie de 1.500 metros cuadrados y la restauración del resto de pabellones. Una obra que tendría término en 2013. Pero, en mayo de 2011, se paralizó la obra aduciendo «falta de pagos del SAS a la constructora». Condenándolo desde ese momento al saqueo y al vandalismo.

El proyecto de reforma previsto para el Hospital Militar contemplaba 232 habitaciones para hospitalización y otras 36 en un hospital de día, además de 10 quirófanos y salas para la preparación de pacientes, de consultas externas, 18 de exploración y una unidad de salud mental de agudos con 19 habitaciones, junto con un centro de lesionados medulares y hasta la posible centralización, en el hospital, de la Unidad de Oncología. Otra de las muchas quimeras que nos han contado a los andaluces.

Desde la paralización de las obras, la entonces Consejería de Salud no hizo otra cosa sino desmantelar las instalaciones y medios que tenía el Hospital Militar y cederlos a otros hospitales en funcionamiento, convirtiéndolo en una caja de recambios de la sanidad pública andaluza. Como ocurrió con el traslado al Hospital Virgen de las Nieves de Granada de los equipos de refrigeración que estaban sin colocar desde 2007 en el Hospital Militar. A partir de ahí, vino su abandono y su olvido, quedando en un terreno en barbecho ideal para robo de material que solo protegía una valla mohosa mal amarrada con alambres.

Moreno Bonilla recupera el Hospital Militar

Y en esto llegó el cambio y la llegada de Moreno Bonilla a la presidencia de la Junta de Andalucía. Y llegó el gobierno de la propaganda y de la publicidad sin fin. En medio de la vorágine sanitaria en que convirtió Jesús Aguirre la sanidad en Andalucía, se decidieron por recuperar el Hospital Militar de Sevilla como la joya de su gestión sanitaria. Tan es así que, en diciembre de 2020, Moreno Bonilla eligió el Hospital Militar de Sevilla para su discurso de Navidad, al que previamente había preparado como si se tratara de un plató de cine de Hollywood para parecer que abría.

Y aquí se empezaron a ver los problemas y las grietas de la propaganda. No había política sanitaria donde encajar al Hospital Militar de Sevilla, que apareció como el nuevo Zendal para enfermos de covid. Aun así, se convirtió en el hospital favorito de Moreno Bonilla, que llegó a inaugurarlo hasta en cuatro ocasiones. La primera en febrero de 2021, la segunda en febrero de 2022, la tercera en abril de 2022 y la cuarta en marzo de 2023, invirtiendo hasta la fecha unos 76,5 millones de euros, según datos de la Junta.

Las graves carencias del hospital salen a flote

Todas las carencias saltaban una vez que Moreno Bonilla se marchaba de las inauguraciones. Después de la primera, en febrero de 2021, se reabrió para atender a pacientes covid con tan solo 48 camas ordinarias y 9 UCI, un tercio de la capacidad inicial prevista para la primera fase, y se dejó en el aire su viabilidad más allá de la pandemia. En febrero de 2022, se inauguraban tres nuevas plantas y, en abril de este mismo año, la nueva área quirúrgica con 17 quirófanos. Pero más tarde, supimos que estos quirófanos no funcionaban por problemas eléctricos. Y no se sabía tampoco la utilidad que iban a tener estos quirófanos, si se planteaban como una extensión de los del Virgen del Rocío o darle un ámbito provincial donde el resto de hospitales de la provincia puedan planificar operaciones.

El pasado mes de marzo, la última inauguración de la que se tiene noticia, se terminaba de abrir el resto del antiguo Hospital Militar de Sevilla, hoy rebautizado como Muñoz Cariñanos, que contará, parece que ahora sí, con todos los servicios, entre ellos lo que prestan un área de hospitalización en salud mental y la primera unidad de Andalucía para lesiones medulares. El nuevo hospital cuenta con 375 camas, una planta de cirugía de corta estancia con 10 quirófanos y siete salas de endoscopia, una unidad de hospitalización breve de salud mental con 26 camas para adultos y una unidad independiente de ocho camas para adolescentes, un hospital de día, la entrada principal, la zona de administración general y la primera unidad para lesionados medulares de Andalucía.

Una imagen exterior del Hospital Militar de Sevilla.

Pero todo este decorado de película montado para el lucimiento personal de Moreno Bonilla es en lo que se ha convertido el antiguo Hospital Militar, que por no tener no tiene ni cafetería para familiares de enfermos ni para el personal del hospital. Tiene, además, un grave problema de personal, ya que su apertura no trajo ninguna contratación extraordinaria, ya que todos los trabajadores sanitarios que prestan sus servicios en al hospital Muñoz Cariñanos son profesionales adscritos del Virgen del Rocío. Lo último que se sabe es que este verano solo dejarán del hospital para su uso 21 camas. Los trabajadores del resto de hospital, que cierra el resto de plantas, tendrán que volver desde el 1 de julio al 30 de septiembre al Virgen del Rocío. Eso sí, se les garantiza su período de vacaciones. Lo dicho, un hospital de cartón piedra que se ha convertido en el mayor tocomocho sanitario de la era Moreno Bonilla. Por el momento.


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2 comentarios

  1. PABLO murillo Rosa

    Buen hombre, si en su familia o Ud tuviera una lesión medular, le pregunto:
    IRÍA AL CITADO HOSPITAL?
    Pues YO SI

  2. M Ángeles Navarro Espinosa

    Pues a día de hoy llevo 3 días en él acompañando a mi padre en su ingreso y es una maravilla,no tiene cafetería, pero si una zona para poder calentar y conservar la comida que lleves de casa.
    Jamas había estado tan cómoda en un hospital.

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