El presidente de la Junta de Andalucía tiene pensado hacer cambios en su gobierno próximamente y el consejero de Turismo, Cultura y Deporte estaba, desde hace tiempo, en las quinielas para abandonar la casa del ‘Gran Hermano Andaluz’
No le gusta a Juanma Moreno cómo Arturo Bernal ha gestionado la polémica con la tasa turística (no quiere instaurarla pese a la presión social y de los partidos de la oposición) en contraposición con el pago obligatorio de la entrada en los museos de titularidad pública, que finalmente queda aplazado, como mínimo, hasta después del verano.
Además del extrabajador del Hotel-Casino Torrequebrada, la consejera de Salud también se encuentra en la picota azotada por las listas de espera y su ineficacia a la hora de contratar médicos y de dejar a la deriva la Atención Primaria, entre otras cosas. En esa carrera de cangrejos por no llegar al borde del precipicio, Bernal ha adelantado a Catalina por mor del lamentable espectáculo que protagonizó el pasado miércoles en la sesión de control del Parlamento de Andalucía.
En mi opinión, no fue tanto por decir que a la oposición (PSOE) «le importa un pito» el decreto para el uso y la racionalización del agua en el sector turístico del que iba a dar cuenta sino por la pérdida de papeles posterior ante la respuesta de Ángeles Férriz, afeándole esa expresión siendo el consejero de Cultura. Bernal estalló diciéndole lo siguiente: «Vergüenza das tú, que además te aguanto todos los días detrás de mi cabeza y das mucha vergüenza».
Interpelaciones por lo bajini
Es verdad que Férriz es una política vehemente, con un tono de voz alto, con mucho temperamento. No es raro que se salte la norma de escuchar en silencio al portador de la palabra, sobre todo si es del PP. Pero esa manía de apostillar desde el hemiciclo, sin tener el uso de la palabra, se ha convertido en patente de corso de muchos diputados, da igual el color político con el que se vista.
Dicho esto, un representante del pueblo (recordemos que Bernal fue elegido por Moreno Bonilla para el cargo, no por los votantes) tiene siempre que mantener las formas y no puede subirse al estrado como si fuera la taberna de la esquina. «Pues este es el nivel», que diría García Ferreras.
El punto de prepotencia que ha brotado en el Gobierno andaluz, gracias a la mayoría absoluta que logró el PP, tiene su máxima expresión en el extrabajador de Banco Popular. Incluso hizo caso omiso a las advertencias del presidente del Parlamento, Jesús Aguirre (PP), que llegó a describir la escena como «patética». Pero Aguirre, un político con alma de monologuista del Club de la Comedia, no se atrevió a invitarle a abandonar la sala.
Este consejero dijo en su día, cuando todavía no era servidor público, que sólo había una cosa que le daba «más pereza y hartura que los separatistas catalanes», refiriéndose a «la infumable e impresentable pantomima del cine español», y quejándose de que, con la gala de los Premios Goya, cada año había que «aguantar a una cuadrilla de ingratos que viven o han vivido de las ayudas de un país al que no paran de denostar porque eso es ser progre y moderno». Este personaje es el que Juanma Moreno Bonilla ha puesto al frente de la cartera de Cultura en Andalucía. ¿Qué se podía esperar?
Bernal es conocido por sus respuestas irónicas e irrespetuosas. Así contestó a las preocupaciones de la Diputación de Sevilla sobre la reducción de su espacio expositivo en la Feria Internacional del Turismo (Fitur) de 2024: «Se va a ir a trabajar y no a hacer fiestas».
Teniendo en cuenta la errática trayectoria de este hombre en la Junta en los dos últimos años, el propio presidente de la Junta queda también en mal lugar, porque él siempre ha defendido que se rodea de los mejores, sean de su partido o no.
Bernal todavía no ha pedido perdón a nadie, ni a Férriz ni a los andaluces. La gran pregunta es: ¿sabe ya que está fuera y por eso se permitió el lujo de realizar esa performance ridícula? ¿Juanma le quitará sólo Cultura o las tres carteras? Tictac…
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