Un trabajador del maltrecho centro de salud del Molino de la Vega (Huelva) asegura a este periódico que, después del artículo de denuncia publicado el pasado 3 de abril, el director ha ordenado que los quiten de las paredes: «Nos han obligado a quitarlos». Pero los problemas siguen sin solucionarse
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En unos casos, el Servicio Andaluz de Salud quiere que usuarios y profesionales se pongan una venda para no fijarse en las grietas del sistema (algunas veces, esas grietas son metafóricas, pero también reales), que son numerosas y preocupantes. En otros, se eliminan exponentes de la libertad de expresión, como han sido, son y serán siempre los carteles pegados en muros, paredes, columnas y portales.
A la archiconocida mala gestión de los que mandan, con el gerente de los distritos Huelva-Costa y Condado-Campiña, Antonio Ortega, a la cabeza, ahora se une una degradación física de un edificio antiguo que ya no puede más. Los propios sanitarios que trabajan allí colgaron carteles denunciando la situación el pasado jueves: «Aguas fecales en los pasillos; consultas cerradas por desprendimientos del techo; mobiliario en mal estado; puertas podridas; no hay calefacción en las consultas; goteras…». Quizá el adjetivo que mejor define la situación es tercermundista, que significa «de calidad muy deficiente».
Pues bien, el director del consultorio, José Aster Ortega, ha dado la orden de eliminar esos carteles, según ha expresado en EL LIBRE un trabajador del centro, tras la noticia que publicó este periódico: «Nos han obligado a quitarlos«.
Los carteles apelaban directamente a los usuarios con la pregunta: «¿Este es el centro que quieres?«. Una clara llamada de auxilio de los profesionales, que quieren hacer partícipes a los pacientes para que ejerzan presión poniendo reclamaciones. Es la manera más efectiva que tiene el enfermo de protestar ante esta política de recortes sanitarios.
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