Hay prisa, mucha prisa, la gente airada sale de las sombras, hay que decapitar a Arrimadas como sea. Hay prisa, mucha, por decir que el voto útil de Ciudadanos es el PP, claro, que todo lo de Murcia es por culpa de Arrimadas, y así, con un vinito crianza y algo de viento, el PP se zampa a Ciudadanos sin eructo, gases ni otros ácidos
Todos quieren borrar la novela auténtica, que Ciudadanos nació en centro, y en la formación primera, había mucha izquierda, la mitad de los intelectuales y la otra mitad juristas, pero ahora eso no conviene. Que ruede la cabeza de Arrimadas, está claro, para que el PP engorde. Si el PSOE hubiera pactado con Ciudadanos, cuando se pudo, otro gallo cantaría, pero los voceros hicieron el ridículo en Ferraz: “¡Con Rivera no! ¡Con Rivera no!”. Cojonudo. Al final con el Coletas fue peor.
Pablo Iglesias deja el Gobierno, salta por encima de la cabeza de Arrimadas a los talones y hace la jugada maestra de encabezar la lista para la Comunidad de Madrid. Nos mondamos, nos tronchamos, comemos palomitas a puñados. Si pierde Madrid, como ocurrió en Galicia, hasta luego morados del alma mía: el partido se disuelve como ese azucarillo dentro del café más negro. Murcia fue mucho más de lo que sabemos. Ahí se explicitó el pacto PSOE/Ciudadanos (¡Con Rivera sí! ¡Con Rivera sí!) y a Pablo Iglesias se le quedó cara de póquer, como cuando sale en bata a la puerta de Galapagar y no sabe si hay maderos en la garita o no, porque los que le le llaman Vendeobreros desde el otro lado de la tapia no se andan con bromitas, y así hay que abrir los tres ojos.
La jugada maestra de Pablete
La jugada maestra de Pablete está clara, ahora le tiende la mano a Errejón para candidatura conjunta con Más Madrid, cuando quiere lo mismo que el PP con Ciudadanos, esto es: zampárselo de un bocao. Limpia Pablete el sable, lo afila, quiere llevar a Errejón de cañas y dobles de cerveza, pero toda amistad tiene un pasado, como los mejores amores, como los dormideros de acogida, como las hogueras en rescoldo, donde un día hubo un fuego, una ilusión, unos labios juntos, unas manos unidas y cuatro ojos que miraban al mismo horizonte. Errejón saltó del barco, pero está limpio, porque tener un Galapagar detrás, el casoplón, es que te llamen marqués del sitio, Vendeobreros, lo que ya sabemos. Esa teoría de que hay una Izquierda, con mayúsculas, que no defiende al currele y va de caviar.
Ciudadanos fue de izquierdas, sí, amiguitos, y muchos saltaron del barco cuando se derechizó, lo cantaron y contaron a doble espacio, con altavoz, no hay duda alguna. Los Tonis, como Los Pecos, pueden aportar otras notas a este festival: Toni Roldán saltó del barco por convicción propia, la izquierda en la que pensó no existía, y ahora Toni Cantó le imita, hace el papelón para ser la nueva Arrimadas tras la comedia, pero queda todo en esperpento.
Alberto Rivera se equivocó, mucho por culpa de Arcadi Espada y Boadella, y todo conspira ahora para que el camión de la basura liquide sedes, mobiliario, vasitos de plástico y máscaras dantescas. Es lo que pasa con los líderes, quien deja de escuchar a su electorado, quien vive al margen de sus contemporáneos, quien solo vende megalomanía, quien no tiene un Iván Redondo que le peine la raya por la mañana… se va por el barranquillo. Escuchar es prestar atención a lo que se oye, lo sabe bien Villarejo. Ahora todos al barro grueso.
PP tiene hambre, Ciudadanos está apetecible y hay que engordar como sea. Pactar con Vox sería otro final. Y eso que Vox contempla otro banquete, el de zamparse al PP, porque los sobres de Bárcenas consiguen que muchos militantes ya hicieran las maletas. Los sobres y puros de Marianico pudieron tirar hasta la sede que ellos mismos levantaron a pulso, negro sobre negro. Nadie quiere pasar delante de un solar (Se Vende, Se Alquila) como pura ruina entra por el naso, primer sentido literario. La soledad huele, la pobreza hiede, la alegría entra a bocanadas por encima de los labios húmedos, los placeres son puro olfato… Bárcenas es una bomba que obliga a hacer las maletas traviesas para la mayoría.
Estamos en los banquetes imprevistos, la carnicería comienza: el PP a por Ciudadanos, Podemos a por Mas Madrid, Vox a por el PP y todos operan como los bancos… a fusionarse. Primero dormimos juntos, porque yo te amo, porque yo te quiero, porque no puedo vivir sin ti, y cuando te descuides te echo de la cama con un patadón y que te coma el perro.
Las fusiones son absorciones; ninguno de los fusionados descansa hasta que se haya zampado al otro. La literatura ahora mismo está en las carreras de Inés Arrimadas hacia ninguna parte (lo cantaron Perales y Marc Anthony: “Arréglate mujer que se te hace tarde/ y llévate el paraguas por si llueve/ él estará esperando para amarte/ y yo estaré celoso de perderte/ te sienta bien ese vestido gris/sonríe que no sospeche que has llorado”) y esa baza de Ayuso, todo o nada, El Ayusazo, si sale bien evita compartir cama por más tiempo. Qué hambre da la política; qué hambre. Son antropófagos, se comen unos a otros, muchos a sí mismos, pero como siempre, hay quien muerde y no traga bola. “La envidia va tan flaca y amarilla porque muerde y no come” (Quevedo). Qué cabrones son todos.
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