La FP, clave para el trabajo

La Formación Profesional no se ha inventado ahora. Tiene ya décadas de funcionamiento. Lo que sí podemos asegurar es que es una fuerte y efectiva base para que la industria y el comercio de los países sean fructíferos

La FP -bien llevada a cabo- mejora a ojos vista el nivel de vida de la nación en todos los estamentos: el trabajador competente, ya que, al cursar y aprobar los grados y profesiones que haya elegido (electricidad, mecánica, técnico en robótica, técnico en comunicaciones, carpintería, delineante, etcétera), disfrutará sintiéndose diestro en su especialidad, apreciado por sus jefes y pagado con arreglo a su categoría.

El empresario satisfecho con su plantilla, porque saca adelante su producto a prueba de efectividad, lo que redunda en su crecimiento comercial. Con el funcionamiento correcto de los dos polos nombrados, la economía nacional y la fama de sus excelentes productos crecerá y se extenderá, como mancha de aceite, por todo el comercio internacional, sus marcas y sus productos serán de los más solicitados. ¿Qué bien suena, verdad?

Pues este sueño se convierte en realidad si se cumple una premisa: el alza de cultura general y del aprendizaje profesional de unos trabajadores diestros en su oficio y cometido. No es necesario que me pregunten cómo sucederá este milagro, porque no lo es. Sin embargo, la respuesta la tienen las escuelas o centros de Formación Profesional. Sí, pero si se les dota del profesorado ad hoc.

Formación adecuada

¿Cómo se le va a pedir a alguien que diseñe o construya muebles, que le salgan correctos de la forma y la medida los proyectos que el fabricante quiere poner en el mercado, si el operario a quien se le encargan no ha estudiado en Matemáticas la geometría de las formas de polígonos y ángulos ni el sistema métrico decimal? Su elección es clara: o hará chapuzas -que no le van a aceptar- o tiene que declarar que no sabe hacerlos. Ya imaginamos lo que sigue…

Hemos presentado un ejemplo harto sencillo. Y los hay a centenares, con complicaciones graves, si no aprendieron los conocimientos relacionados con la profesión elegida. Pero ahora viene lo absurdo de verdad y transcribo el titular de la noticia tal cual: La Consejería de Desarrollo Educativo y FP ha puesto en marcha las Mesas Andaluzas por la FP Dual con representación de organizaciones y federaciones empresariales. Sin embargo, no ha sido convocada a estas mesas la comunidad educativa, que se ha enterado de la convocatoria por la prensa.

Parece muy extraño, y lo es, que a la consejera, señora Patricia del Pozo, y a la directora general de FP, señora María del Mar Rull, responsables de las competencias y funcionamiento de la FP en esta autonomía, se les escapara que, para ser útil, precisa de centros o escuelas de formación dotados del personal docente imprescindible en sus dos áreas: la de su base cultural general y la de conocimiento y destreza de la especialidad elegida.

Del Pozo y Rull deben rectificar

Surge entonces una pregunta clave: cuando comience el curso escolar para la FP, ¿quién impartirá las clases? Que las responsables de que todo salga bien no se molesten en descubrir lo que ya está descubierto: han de ser los docentes especialistas en FP, del mismo modo que se encarga a los profesores universitarios que formen a los futuros ingenieros, médicos, abogados… en las facultades correspondientes.

Si lo que antecede es obvio, ¿por qué las responsables de la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional no convocan a esas mesas a la comunidad educativa? Seamos serios, Andalucía (y toda España) necesitan profesionales de todas las ramas de trabajo competentes y bien formados (no chapuceros).

Si los y las que tienen la responsabilidad tan importante de tener en nuestro país una FP competente no lo hacen bien, pues que den un paso al lado y dejen esa tarea a la comunidad docente.