Una pequeña historia personal sobre la tozudez de algunos funcionarios y administrativos que hacen que la burocracia siga siendo un muro infranqueable para muchos ciudadanos
Después de aguantar la tozudez de una empleada de la Diputación Provincial de Jaén en Andújar a la hora de pagar la plusvalía (incremento del valor de un bien por causas extrínseca a él) de un local que vendimos tres hermanos de la herencia de nuestros padres, cuál fue nuestra sorpresa que, al hacernos la liquidación, querían meternos las plusvalías correspondientes a los pagos anteriores a la muerte de nuestros padres.
La terquedad e incompetencia de esta señora, a pesar de nuestra insistencia con los documentos para justificarlos, hizo que desistiéramos y nos marchásemos
Entonces, llevamos los documentos que probaban que se había abonado todo (liquidación de la plusvalía con fecha de 16 de diciembre de 2015 y el pago de dicho recibo el 23 de diciembre de 2015) y lo que teníamos que pagar era desde la muerte de nuestra madre hasta la venta de este local.
Pero, como he mencionado anteriormente, la terquedad e incompetencia de esta señora, a pesar de nuestra insistencia con los documentos para justificarlos, hizo que desistiéramos y nos marchásemos.
Solicitud de devolución del dinero y pago de intereses
Después de enviar un escrito solicitando la devolución del dinero, el 28 de diciembre de 2020, la resolución de este recurso se nos notificó el 16 de febrero de 2022. La ignorancia del ciudadano, que debe saber todo sobre leyes, hizo que no pidiéramos intereses de los años transcurridos, daños y perjuicios por viajes. Esos intereses, por pocos que sean, nos correspondían y debían incluirse legalmente, pero las instituciones no los incluyeron y se quedaron con ellos. Si fuera al contrario, los ciudadanos no tenemos la misma vara de medir y nos exigen, bajo recargos o embargos, el pago inmediato.
Lamento la desagradable experiencia de esta familia. Pero no me coge de sorpresa conociendo la voracidad de muchos de nuestros políticos para vaciar los bolsillos de la silenciosa clase media y así disponer de más medios, lo que facilita la compra de voluntades, o sea votos.
Si bien es cierto que pagar impuestos es un deber moral, la cuestión es cuánto se debe pagar?. En general, los políticos tienen pocas ideas para terminar con la lacra del paro en España, pero a la mayoría les gusta subir impuestos. Pero, hasta cuánto los deben subir?, todo lo que ellos quieran?. Los suben todos los años, me pregunto, si eran justos hace 10, 20, 30 años, son justos los actuales?, no pueden ser justos todos.
Centrémonos en el impuesto de plusvalía al vender una vivienda. Donde yo vivo, directamente te aplican un coeficiente generado por ellos y el ayuntamiento se lleva directamente una cantidad considerable, que no baja del 10% del producto de la venta, con independencia de que vendas a pérdidas, no te preguntan el precio de venta, ni te deflactan lo que pagaste por esa propiedad hace años. Es eso razonable?, yo creo que no, en general, lo que no es razonable, tampoco suele ser justo.
Desgraciadamente, pelear contra las diferentes administraciones es caro y muy complicado. Sólo nos queda votar de forma coherente.