Algo se torció en el camino del sentido común. Algunos escuchamos el sonido de la ramita partiéndose en dos a nuestros pies, pero hicimos oídos sordos
La Tierra tiene millones de años y el ser humano lleva miles de décadas viviendo en una pura contradicción: poder versus democracia; individualismo frente a bien común; solidaridad o egoísmo; familia o familiares… Como en el amor, donde tu pareja puede convertirse en un demonio, en nuestro interior también sentimos cómo la energía negativa se transforma en positiva y viceversa. Depende del día, del sistema político, de cómo esté el café de caliente, de esa llamada que nunca llega o de que el cajero no escupa tu escuálida tarjeta.
Seguimos siendo dinosaurios encandilados por el baile de un mono. Seguimos siendo ratas que acudimos veloces al son del flautista de turno. Seguimos siendo bobalicones adormecidos por el canto de las sinuosas sirenas… Y encima tienen todos nuestros datos.
Mentira, verdad, transverdad, posverdad, inframentira, superbulo… Andamos enredados en las cuerdas de un violín que desafina más y más hasta emitir un sonido insoportable. Haz deporte, da igual que te guste o no, pero haz deporte, bebe leche de avena y sube y baja cien veces las escaleras del Barrio Obrero. No te apartes de la televisión. Su resplandor es el humo negro de Perdidos. La evasión es la única herramienta que nos queda ante tanto desengaño, ante tanto tsunami de falsedades e ignorancia. ¿Ya no importan las tildes? ¿En serio hay que poner como tarea obligatoria la lectura? ¿Leer no debería ser un placer más que una obligación?
Si en la Edad Media existía la lepra, ahora convivimos con el coronavirus y las danas y quién sabe qué otra plaga vendrá.
Toda la vida soportando a parásitos políticos
El eterno retorno de los parásitos políticos… Existieron desde siempre. Ya Cleopatra desplegó sus encantos corporales para seducir a los mandamases del Imperio Romano y lograr sus objetivos. Hemos convivido con la corrupción desde tiempos inmemoriales, es una especie de droga dura que el mandatario empieza mirando desde lejos y, si se lleva mucho tiempo calentando el trono, acaba por tocar, probar y saborear hasta sus últimas consecuencias. Dale el tiempo suficiente a un hombre honrado en el poder y se convertirá en un tirano. Se trata de la relajación del yo me lo merezco después de todo lo que he pasado y todo lo que he tragado.
Debería existir en todos los países un comando anticorrupción formado por 300 hombres y mujeres de superélite que vigilase con lupa a todos los dirigentes municipales, regionales y nacionales. Serían los 300 de Leónidas, expertos en leyes y en tapar resquicios administrativos.
Cuando el homo sapiens encontró el monolito de Stanley Kubrick, no existían las ventanillas únicas. Aunque hay un consejero de Presidencia que se empeña en simplificar y simplificar y simplificar los trámites burocráticos, en el siglo XXI todo es más complejo que lanzar un hueso al aire, aunque la dictadura empresarial te venda que con la app todo es más fácil. Otro invento para que los oligarcas de este país se enriquezcan cada vez más a costa de echar a trabajadores a la calle. Más barro sobre nuestras doloridas espaldas. Más fango sobre nuestros cansados cerebros. Embarrados hasta el cuello, pero sonrientes porque el wifi va como un tiro.
La Nada
Estoy harto del mantra ése de que la pandemia nos ha hecho mejores. No es mi experiencia. No es lo que percibo. Veo mucha más soledad escondida tras un icono sonriente. Observo un desapego brutal entre hermanos, padres e hijos, tíos y sobrinos, amigos de toda la vida que se distancian sin remedio… Te quiero, pero te odio. Como dije al principio, somos pura contradicción, por lo que no es de extrañar que luego salgan presidentes como Trump, Moreno Bonilla o Pedro Sánchez. Si no sabemos cuidarnos a nosotros mismos ni a nuestros seres queridos, ¿cómo vamos a poder votar con criterio? Es inútil, es una guerra perdida.
Los parásitos seguirán erigiéndose como salvadores de la patria aprovechando la depresión general en la que vivimos, un mal de fondo que muchos tratan de curar con mucha fiesta, mucho Netflix o mucho deporte. Pero por la noche, cuando te tapas con el edredón mientras escuchas las gotas de lluvia golpeando el riel de la ventana, eres plenamente consciente de que la Nada de La historia interminable se acerca cada vez más. Sin remisión.
Querido Paco, nowhere to run… Las élites del llamado mundo occidental han emprendido una huida hacia adelante, creyendo que las distopías hollywoodienses se podrán llevar a cabo… Mientras, el nihilismo existencial, el analfabetismo funcional y el envilecimiento colectivo son el soma sci – fi de nuestro presenta… No nos queda nada…
Hay que ser positivo, mientras haya gente que hace muy bien su trabajo y que mantiene adecuadamente sus relaciones interpersonales, hay esperanza.
Querido Paco, has definido de forma inmejorable la realidad de nuestra sociedad. Con ese lenguaje tan metafórico, y tan acertado al que nos tienes acostumbrados. A pesar de todo, yo sigo creyendo en el ser humano, capaz de lo peor, pero también de lo mejor que podamos imaginar.