Miguel Ángel Guzmán cesa de forma fulminante a la directora gerente del Hospital Infanta Elena y a la directora económica por su mala gestión y, especialmente, por haber amenazado, grabado en vídeo y coartado con presencia policial a las integrantes de la junta de personal el pasado viernes
Tras los preocupantes sucesos del pasado viernes con presencia de la Policía Nacional incluida y «su mala gestión» según distintas fuentes consultadas, EL LIBRE ha podido saber que el gerente del Servicio Andaluz de Salud, Miguel Ángel Guzmán, ha cesado hoy a Julia Paloma Hergueta como directora gerente del Hospital Infanta Elena. También ha caído la directora económica, Antonia Hierro, que grabó en vídeo y amenazó verbalmente a la presidenta de la junta de personal del centro, Sara Rodríguez.
Además, Hierro y Hergueta llamaron a seis furgones de la Policía Nacional apelando a la supuesta peligrosidad del momento. Pero enfermeras y auxiliares solo estaban reivindicando sus derechos: que se mantuviera la jornada de 12 horas, dos días a la semana, frente a la de siete horas, seis días a la semana, una decisión que «suponía una mayor exposición al contagio del coronavirus sin que en Huelva la situación fuera todavía alarmante», en palabras de Rodríguez.
Todo se precipitó y se calentó cuando Hergueta, en un arrebato de ira, cesó al director de la división de Enfermería, Emilio Carrascal. Este hecho puso en pie de guerra a las trabajadoras, que se congregaron en la puerta de la gerente pidiendo a gritos su dimisión y la reincorporación de Carrascal. «¡Hergueta a la calle!», «¡Hergueta a la calle!»… Y se cumplió.
De esta manera, la ex activista no ha durado ni un año en su nuevo cargo, unos meses repletos de críticas ante una gestión «dictatorial», con amenazas incluidas, según profesionales sanitarios del centro.
El sustituto de Hergueta es Antonio Carrión, un profesional sanitario procedente de Málaga que, en una primera reunión con la junta de personal, «ha demostrado ser más dialogante, de consenso«. «La primera impresión ha sido muy buena», destaca Sara Rodríguez. Por último, Emilio Carrascal ha vuelto hoy a su cargo de director de la división de Enfermería.
Me alegro, las trepas al final se ve que no sirven para nada, ánimo a esos sanitarios. Y a ésta, pues que le den morcilla, ahora solo necesitamos buena gente ??????
La exastivista?.. jajajajaja..mejor la loba con piel de cordero, a esta se le veía maneras y svadticas…y eso se sabía que más pronto o más tarde,,,tendría y na respuesta como la ha tenido….para mearse y no echar ni gota.
La exastivista?.. jajajajaja..mejor la loba con piel de cordero, a esta se le veía maneras y svadticas…y eso se sabía que más pronto o más tarde,,,tendría una respuesta como la ha tenido….para mearse y no hechar ni gota.
No se merece estar en Huelva, nos engañó a todos. Que le den.
Nos sacó a la calle para qué, pues al final para nada, ni para Huelva ni para ella.
12×2=24horas/semana?, Frente a 7×6=42horas/semana,mismo sueldo?.Como se llega al horario reivindicado?
No hay término medio si aumentan las necesidades?
Radical contra Radicales
Joder, 2 días a 12 horas a la semana en plena emergencia sanitaria. La verdad que ya le vale al funcionario de este país. Aunque llegue el fin del mundo seguirán reclamando sus superdescansos y retribuciones.
12h +12h+saliente de la noche+descanso+descanso y vuelta a empezar… así cumplimos nuestro horario legal. 35 horas a las semana. Y si quieres pruebas a estar 12 horas con esos trajes en el mejor de los casos y en el peor sin medios para protegerte. Con una carga de trabajo bestial, que a eso ya estamos acostumbrados, pero a eso sumamos la carga emocional de ver morir SOLOS a tanta gente, y la peligrosidad, expuesto al virus las 12 horas del turno. Impresentable CESAR DIEZ.!
No se como llegó ahí y lo sucedido era de esperar al saberse que era una prepotente que desde que llegó a ese hospital como «mala» dermatóloga, solo ha estado buscando protagonismo personal.
Me alegro que ese tipo de recursos no ocupen cargos democráticos. Felicidades para el jefe destituido desde la soberbia y la banalidad del mal.