El concepto megalítico se entiende como unas unidades de construcciones elaboradas por bloques enormes de piedra con carácter funerario o ritual. No se trata de una cultura sino una práctica común en diferentes grupos culturales
Este fenómeno se da en el Neolítico y alcanza parte de la Edad de Bronce. Sus primeras manifestaciones son del V milenio a.C. y algunas han perdurado a lo largo de los años. En el ámbito funerario, afecta a enterramientos colectivos y, dentro del mismo ámbito, se construyen construcciones monumentales no funerarias.
La difusión del megalitismo puede deberse a diversas teorías:
La primera es la teoría orientalista, en la que partidarios de la cuna Egea, seguidores de Childe y, tomando como referencia a los micénicos en los siglos XIV y XIII a.C., se extendió primero por el Mediterráneo occidental y después por el norte, donde perdió bastante fuerza. La extensión pudo deberse a los intercambios comerciales con los primeros portadores del metal.
En segundo lugar, la teoría occidentalista en las que después de varias dataciones y estudios se ha determinado que las construcciones megalíticas más antiguas estaban en Occidente. Los más antiguos son los de Portugal y Bretaña del V milenio a.C., por lo que el megalitismo tiene una difusión proveniente de corrientes atlánticas durante el IV y los dos primeros tercios del III milenio a.C. Y sus últimas manifestaciones coinciden con el desarrollo de las comunidades metalúrgicas.
En cuanto a la cronología, podemos diferenciar el Neolítico antiguo (5000-4000 a.C), en el que se observan monumentos más antiguos en las costas del Atlántico con carácter funerario y asociados a cazadores-recolectores. En segundo lugar, el Neolítico Medio (4000-3000 a.C) en el que se construyen tumbas en diferentes áreas y se desarrollan los dólmenes para sepulcros. Y en tercer y último lugar, el Neolítico Final (3000-2500 a.C.), en el que se distinguen Los Millares y dejarán de construirse monumentos megalíticos en el 2400 a.C.
Los sepulcros funerarios que se distinguen en este periodo son los sepulcros cubiertos por un túmulo (monumento de piedra o tierra, redondeado u ovalado que recubre una o más sepulturas) que aparecieron en el V milenio. Estas construcciones funerarias recogen enterramientos colectivos de una familia entera o un clan. Contienen un alto número de cuerpos individuales sucesivos.
En segundo lugar, el sepulcro o dolmen de corredor, que es un sepulcro megalítico compuesto de una cámara sepulcral y un corredor que conduce a ella.
En tercer lugar, el sepulcro de galería, que dispone de una cámara funeraria rectangular poco diferenciada de la galería de acceso y cubierto por losas.
Y en último lugar, destacaré las construcciones singulares como el menhir, que es un monumento formado por un solo bloque de piedra alargado clavado en el suelo y que se extiende por Bretaña. El crómlech, que son alineaciones de menhires separados por unos metros por líneas paralelas. Tiene un significado ceremonial como el calendario agrícola o de origen astronómico. Y el henges, que es un círculo formado por los soportes delimitantes del túmulo de una cámara dolménica. El más famoso es Stonehenge, en Inglaterra.
En ocasiones, dentro de los sepulcros, se observan grabados geométricos, antropomorfos, zoomorfos y objetos como armas.
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