Un año más, el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) de la capital gaditana fusiona arte y activismo para desplegar periodismo cantado, como dijo en su día Bartolomé Llompart. En la edición de 2025, la mala gestión del Servicio Andaluz de Salud no ha pasado desapercibida para los grandes autores de esta fiesta de la libertad
Los usuarios del SAS viven con desesperación la imposibilidad de acceder en tiempo y forma a un especialista o a una prueba diagnóstica. Hasta en las Urgencias de cualquier hospital público se observa carencia, ninguneo al personal sanitario (las consecuencias las pagan los enfermos), dejadez, obsolescencia de muchos aparatos… Son edificios enteros que no se rehabilitan mientras el emporio de la sanidad privada refulge gracias a los fondos públicos que lleva años recibiendo a espuertas. Y la Atención Primaria está peor que nunca.
Hay dimisiones, hay cambios en la cúpula… Se cambian peones para que nada cambie en realidad. La desastrosa realidad de la Bolsa del SAS, con falsos nombramientos de interinidad descubiertos por EL LIBRE, y las listas de espera agobiantes, espesas, sombrías, opacas (la consejera de Salud, Rocío Hernández, y la gerente del SAS, Valle García, se niegan a publicar la lista de pruebas diagnósticas, siguiendo el ejemplo de sus antecesores, por lo que hace cerca de seis años que no se sabe nada de esta estadística) son una tenaza que oprime fuertemente a los andaluces que tienen la mala costumbre de ponerse malos.
Todo ello, un totum revolutum que afecta a la salud física y mental de los andaluces desde tiempos de Susana Díaz y que ha empeorado con Juanma Moreno, ha sido objeto de crítica y de carga por parte de algunos autores que están compitiendo actualmente en el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) de Cádiz de 2025, del que se están celebrando estos días las sesiones de semifinales en el Teatro Falla (la final es el próximo viernes, Día de Andalucía).
El ‘Yuyu’ clava la crítica sanitaria en un pasodoble humorístico
El viento de 13 años que le sopló en la carita a Antonio Martínez Ares ha sido, en el caso de José Guerrero Yuyu, de 15. Ha sido el tiempo que ha tardado en regresar al concurso y lo ha hecho con Los James Bond que da gloria verlos, un agente 007 trasnochado que ha cambiado el Casino Royale por el Royal Caleta. En el pase de Cuartos, el chirigotero utilizó la hipérbole para poner la sobre las tablas el grave problema de las listas de espera: «A mi niño de 3 años he decidido apuntarle en una lista de espera pa’ que cuando cumpla 80 tenga cama asegurada si se parte la cadera».
Otro que regresa es Jesús Bienvenido, que redunda con su comparsa Las ratas en la mala gestión del Gobierno de Moreno Bonilla: «El terror de sentir que la vida se va apuntada a una lista de espera; el terror de que, en la sanidad, se recorten sin piedad los derechos que nos quedan».
Por su parte, Los enemigos (comparsa sevillana de Joseja Puerto, Luis Rivero, Jesús Selma y Fernando Manuel Rodríguez que no ha pasado el corte de cuartos de final) le dedicaron un pasodoble muy emotivo a los profesionales no sanitarios de los hospitales, esos celadores, técnicos de cuidados auxiliares de enfermería y personal de cocina, entre otros, que también son indispensables para los pacientes.
Asimismo, la comparsa de Manolo Cornejo (hijo del mítico componente de la chirigota del Love), Los poderosos, le pegó fuerte en su primer pasodoble de Cuartos a Juanma Moreno y su tendencia a privatizar la sanidad: «Un presidente que ha sido incapaz de pelear por nuestra salvación, clasista y cortijero, que vende por dinero a quien espera la cura pa’ su dolor».
Por otro lado, la chirigota 5 minutitos más no pasó de Cuartos, pero dejó para la historia del Carnaval de Cádiz un pasodoble desgarrador sobre la lacra de la salud mental en España y, concretamente, en Andalucía, donde la falta de especialistas en la sanidad pública es acuciante. «Están muertos en vida miles de españoles», cantaron en el Falla.
El Yuyu no es el único autor que ha vuelto a la chirigota este año tras un tiempo de ausencia. También lo ha hecho un clásico de esta modalidad como es Kike Remolino, que ha sacado este año Los butaneros, una de las chirigotas favoritas para la final del viernes. El primer pasodoble de semifinales fue una oda a los psicólogos, esa figura tan importante para sacar del pozo a tantas personas perdidas que necesitan recuperar su equilibrio mental.
En la última sesión de semifinales, que se celebró anoche, Al cielo con él (la chirigota de Écija parida por los hermanos Castro) estrenó un pasodoble espectacular sobre la salud mental y su falta de financiación por parte de las administraciones. Injustamente, esta agrupación se ha quedado fuera de la final a pesar de la originalidad de la propuesta y la enorme dificultad de que los componentes cantan todos metidos dentro de un ascensor sin poder moverse.
En definitiva, la pasión carnavalera vuelve a agitar conciencias, porque, a horas de celebrar el Día de Andalucía, hay que levantarse con fuerza para pedir tierra y libertad, pero también una sanidad pública digna y justa que no convierta a enfermos en pacientes crónicos ni a personas en simples números amontonados en unas listas de espera que, por cierto, no se actualizan desde junio de 2024, desde antes de la llegada de la nueva consejera de Salud, Rocío Hernández, que arribó al cargo en julio de 2024.
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