Un trabajador del centro asegura a EL LIBRE que el equipo de mantenimiento, con el permiso del gerente, Manuel García de la Vega, «está usando las piezas de estos dos elevadores para arreglar otros ascensores que se van estropeando». En lugar de contar la verdad a los usuarios, García de la Vega ha permitido la colocación de un cartel que miente a los ciudadanos al decir que «las reparaciones durarán algunos días», animando a la gente a subir y bajar las escaleras como actividad deportiva y de vida sana
Mientras el Gobierno andaluz se gasta grandes cantidades de dinero en traer la Comic-Con de San Diego a Málaga o en subvencionar a los consejos de cofradías o en taxis para los trabajadores de la Agencia de Instituciones Culturales (11.000 euros sólo en 2024), la sanidad pública es ese patito feo, esa oveja negra marginada y apartada en el rincón más oscuro de la lista de quehaceres. Cabe recordar que la Consejería de Salud maneja este año 15.247 millones de euros (un 6,9% más con respecto a 2024), el mayor presupuesto de su historia. Y, sin embargo, no dejan de salir a la luz chapuzas y parches en la gestión de los recursos.
«Esos ascensores son de cuando se construyó el hospital, hace más de 30 años. Entonces, las piezas o no existen o son muy caras. Esos dos ascensores no se van a arreglar, por lo que el equipo de mantenimiento está usando las piezas de estos elevadores estropeados para arreglar otros que se van estropeando, por lo que al final son un desguace«, revela un profesional sanitario del Hospital Juan Ramón Jiménez.
Otro empleado del centro hospitalario denuncia en EL LIBRE que «están canibalizando estos ascensores para tener repuesto para los otros». «Ahora mismo no están metidos en ninguna partida para renovarlos», confiesa.
Ignominia
El pasado sábado, un hombre con muletas tuvo que subir las escaleras a duras penas debido al estado desguazado de estos dos ascensores. Y, como él, muchos otros tendrán que seguir haciéndolo.
La situación tiene miga, porque al director gerente, Manuel García de la Vega, no se le ha ocurrido otra cosa que permitir que se ponga un cartel en el que reza lo siguiente: «Apuesta por un estilo de vida saludable y sube por las escaleras y, si tiene algún problema de movilidad, siempre podrá usar otros ascensores». Y aquí viene la gran mentira: «Rogamos paciencia. Las reparaciones durarán algunos días. Hacemos lo posible para adaptar horarios y reducir al máximo el impacto».

Con falsedades de este calibre, ¿cómo van a confiar los usuarios del SAS en sus gestores?
Qué poco me gusta cuando no se dicen nombres. Tenemos que dar la cara, compañeros de Mantenimiento. Y le demostraremos a este Gerente que es un trápala.