Ya nos pasó con la covid, cuando empezó la pandemia en una lejana ciudad china de nombre extraño, creímos que se trataba de una de esas cosas lejanas que solo le pasan a los demás. Que nunca nos pasaría a nosotros. Y estábamos equivocados
No me malinterpreten, no quiero hacerme pasar por experto en geopolítica, analista de asuntos árabes, asesor de gabinete de ministro o, por resumirlo en toda su grandeza y esplendor, tertuliano en plantilla. Solo emito mis juicios en calidad de ciudadano espectador que no maneja mucha más información que aquella que nos ofrecen los medios generalistas, información que mastico en calidad de ciudadano medio. Si me apuran y para curarse en salud, atribúyanme un nivel de análisis medio bajo. Un intelecto mediocre, y así no se equivocan. De forma que lo que veo yo está a la vista de todos y al alcance de cualquiera.
Pues aún bajando el listón todo lo que humanamente se pueda, parece evidente que, si tenemos que darle un nombre a lo que está ocurriendo en Gaza desde hace ya demasiado tiempo, lo más ajustado quizás sea llamarlo masacre. Masacre perpetrada por el mundo justo, las fuerzas del bien, los defensores de la democracia. Los buenos, nuestros supuestos amigos. Estamos asistiendo desde nuestro sofá al bombardeo indiscriminado de edificios civiles, centros donde se aloja la prensa, edificios de la ONU, escuelas, hospitales… Estamos viendo cómo se hace un barrido de una zona, la franja de Gaza, con un mensaje claro: quien no desaloje el espacio está sujeto a morir.
El motivo que justifica tal barbarie, un ataque terrorista ejecutado al amparo de la conjunción de demasiados errores del sistema de defensa israelí, avanzadísimo, allí donde se suponía que debía ser más efectivo. ETA ha asesinado a más de 850 personas en su historia, además de heridos con secuelas físicas y psicológicas, y es evidente que habría sido una estupidez bombardear el País Vasco por ello, ¿verdad? Pues eso es lo que está ocurriendo en Gaza, con la diferencia de que ETA asesinaba por cuestiones políticas, a sangre fría. Los atentados palestinos los cometen jóvenes a cuyas familias han echado de sus casas y usurpado sus tierras a punta de pistola. No sé cómo usted reaccionaría en esa situación. Aunque quiero creer que no atacaría a inocentes, porque los inocentes no tienen bando. Somos usted y yo.
Cómo será de grave la situación que ni nuestros mayores, contorsionistas del verbo, a saber, nuestros políticos, consiguen escurrir el bulto y llaman a Israel a respetar los derechos humanos de la población de Gaza, aunque saben perfectamente que ni lo están haciendo ni lo van a hacer. Pero quedan bien, que es en lo que se ha convertido su trabajo.
La situación es de por sí dramática, tal y como lo es en otros lugares del planeta, llámense Ucrania, Yemen, Siria, etc. Pero además, tiene una segunda lectura, y es que ya se sabe que cuando las barbas del vecino veas cortar… Insisto, no soy un experto en nada. Pero, con lo mucho o poco que sabemos, ¿podemos asegurar que lo que está pasando hoy en Gaza no pueda pasarnos mañana a nosotros?
Ya sé que es difícil imaginar un escenario a corto plazo en el que esto pueda darse, pero imaginemos por ejemplo una crisis económica profunda, con estados incapaces de colocar su deuda y, por consiguiente, de pagar al funcionariado, sector cada vez mayor de nuestra sociedad productiva. Con una industria cada vez menor y un sector de servicios con clientes que no pueden afrontar pagos. Se produciría un desahucio masivo de la población incapaz de pagar sus deudas y, consecuentemente, revueltas sociales. En un contexto así, ¿a quién defenderían las Fuerzas Armadas? ¿A los ciudadanos desahuciados y hambrientos o a los fondos de inversión norteamericanos?
‘Fuck Europe’
Probablemente, la expresión Fuck Europe cobraría todo su sentido. Es posible que, en una situación así, algunos exaltados cometiesen tropelías o incluso algo peor. Nuestra historia nos dice que somos capaces de eso y de más. En una situación tal, ¿cómo podemos asegurar que no seríamos tratados como ciudadanos de Gaza? Quizás sea exagerado plantear la cuestión en estos términos. Los gobiernos estadounidenses promovieron el golpe de Estado de Pinochet en Chile y apoyaron los inicios terroristas de Bin Laden, por no hablar de la invasión a cara descubierta de Panamá, Irak, Afganistán, etc. Pero nunca harían algo así en Europa. Nunca atentarían contra infraestructuras europeas, y mucho menos contra su población civil. Imposible. Lo del Nord Stream 2 fue solo un lapso. Lo de Carrero Blanco… algo necesario. El gobierno norteamericano nunca atentaría contra nosotros, aunque eso fuese contra sus intereses. Así que no hay por qué preocuparse. No haga caso a mi alerta, ha sido solo un calentón, un momento de esos en los que se ve todo difuso. Fuck Europe es solo una forma de hablar y podemos estar tranquilos porque Norteamérica siempre velará por nuestros intereses, anteponiéndolos si hace falta a los suyos en pro de sus principios.
No se preocupe, de verdad. ¿O no habíamos quedado en asumir un nivel de análisis medio bajo?
Con un decreto legislativo del Congreso de Estados Unidos que obligaba a las regiones de la antigua yugoslava a financiarse ( FMI) encendieron el avispero en Los Balcanes.
Un tal Richard Perlee descendiente de Satanás orquestó junto a la Casa Blanca, complejo militar industrial y Pentágono la hoja de ruta de la disolución de Yugoslavia.
Encender una guerra es facilísimo y además prende en cinco minutos sin que absolutamente casi nadie se de cuenta.
Enhorabuena por el artículo.
Excelente, o asumimos nuestra responsabilidad y nos hacemos «independientes» en términos geoestratégicos de EE. UU. o mal nos va a ir en el futuro. No es que ellos sean malos, es que les estamos dando la potestad de hacer con nosotros lo que nos dé la gana con nuestra dependencia tecnológica, militar y vete tú a saber si política (le ha faltado mencionar la cesión del Sáhara Español para consolidar nuestra querida monarquía partitocrática).