Con el agua al cuello

Así es como debe sentirse doña Catalina, consejera de Salud de la Junta de Andalucía, pese a la pertinaz sequía que estamos padeciendo y no es para menos, su situación es muy comprometida y cualquier intento por sobrevivir en su puesto será en vano

En los datos publicados por el Sistema Nacional de Salud a fecha de diciembre del año 2022 sobre las listas de espera, Andalucía ha aumentado el número de pacientes tanto en lista de espera para intervención quirúrgica como en la de consultas para el especialista, así como también la demora en una y otra lista. Pero esos datos no son reales al no mostrar el total de pacientes, puesto que las comunidades autónomas acordaron con el Ministerio de Sanidad facilitar solo los datos correspondientes a determinadas especialidades y procedimientos con tal de tratar de forma homogénea la información sobre las listas de espera en el SNS. Así viene reflejado en el Decreto 605/2003.

Uno de los objetivos prioritarios al que se comprometió el nuevo gobierno del PP era el de la transparencia en la información a la ciudadanía de las listas de espera, poniendo a su disposición los datos para cada hospital del Servicio Andaluz de Salud. Si se consulta en la página web del SAS las listas de espera, se podrá ver que no las publican desde junio del año pasado. Hasta entonces, se hacía por hospital, servicio y especialidad, con lo que los pacientes que están a la espera de una intervención quirúrgica o de una consulta para el especialista podrían elegir entre otros hospitales públicos que pudieran tener menos demora que la de su hospital de origen.

Transcurrido un año, los datos sobre listas de espera no le son favorables. Era de suponer que los publicaría para, a continuación, anunciar un plan de choque extraordinario con la privada, extraordinario por cuanto este plan de choque contemplaría no solo un aumento de los conciertos sino también el que la privada pudiera hacer uso de las instalaciones públicas, de ahí que así lo dispusiera con antelación en esa orden tan controvertida a la que ha tenido que poner freno tras la polémica que suscitó y la avalancha de huelgas que se anunciaban.

El PP bate todos los récords de privatización

Esta orden, conscientemente planificada, se va a modificar en contra de la voluntad de su señoría y ya no podrá concertar la Atención Primaría con la privada ni tampoco ésta podrá hacer uso de las instalaciones públicas, con lo que Dª Catalina estará que trina. Ha sufrido un revés importante que le hará replantearse su genial idea. La privada no da más de sí y no tiene más capacidad, por lo que precisaba de las instalaciones públicas para poder asumir más conciertos y, por ende, aumentar el número de derivaciones de pacientes, algo en lo que el PP bate todos los récords desde que gobierna en Andalucía.

Habrá quien esté a favor de estos conciertos por considerar que, con ellos, se les puede dar respuesta antes que en la pública. Quizás estos que piensan así podrían cambiar de opinión si supieran que, de estar en lista de espera para una intervención compleja o de ser pacientes pluripatológicos, la privada los rechazará por no ser rentables, por lo que se verán relegados en la lista de espera. O aquel otro paciente que, aunque su proceso sea menos complejo y fácil de solucionar, si presentase complicaciones durante o tras su intervención en la privada, lo derivarían a la pública, donde volvería a estar en lista de espera.

Para la sanidad privada, la salud es una mera mercancía con la que poder negociar, por lo que hará todo lo posible para sacar beneficios. Miedo da pensar que esa válvula, marcapasos, prótesis o cualquier otro dispositivo médico que precise el paciente (con lo que no se escatima en la sanidad pública) sea el que más le convenga y no el que resulte más ventajoso para las arcas de la privada.