EL LIBRE ha podido contactar con un empleado de la cocina del Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla (HUVR), que subraya lo denunciado por este periódico y añade nuevos argumentos
Zeta, apodo elegido por el pinche de cocina del HUVR para preservar su anonimato, quiere contar en EL LIBRE cómo ve la situación de la disminución de calidad de los menús para los pacientes hospitalizados, una decisión que corresponde al director gerente del centro, Manuel Molina: «Hablo con conocimiento de causa, pues trabajo en el hospital como pinche. Esto no es cuestión de partidismo político ni tiene nada que ver con las elecciones europeas. Esto tiene que ver con una gestión del servicio de cocina encaminada al recorte y a cobrar productividades (que es una forma de incentivo que tienen las distintas categorías)».
«Se recortan estas provisiones amparándose en el ahorro y en el ecologismo»
«Hay plantas en las que el agua embotellada es necesaria porque las circunstancias higiénico-alimentarias lo requieren según el tipo de dolencia. También es necesario tener una dotación de alimentos que se adecúen al paciente. Pero se recortan estas provisiones amparándose en el ahorro y en el ecologismo, cuando la realidad es que la tendencia es conseguir contratar a menos personal, amedrentarlo recortando derechos, recortando recursos y dando un mal servicio al paciente. No nos debemos de olvidar que esto último es la razón de ser de trabajar en la salud pública», asevera el pinche de cocina.
«La justificación que nos dan desde la dirección es que hay que ahorrar»
El ayudante de cocina habla de la injusticia que supone todo esto para el paciente: «La justificación que nos dan desde la dirección es que hay que ahorrar. Es curiosa cuanto menos la forma de ahorrar, pues todo esto se suma al recorte de personal, menos contratación, la no compensación del 1,75 días por doblar para la casa, mientras que existe un sistema de reparto de productividades (CRP) en el que se premia dicho ahorro o austeridad. Que cada uno saque sus propias conclusiones».
«Con estos recortes, lo único que consiguen es llenarse los bolsillos, dando un mal servicio al paciente, para así justificar que la única solución pasa por privatizar el sistema para seguir llenándose los bolsillos», pone de relieve Zeta, poniendo el foco sobre la mala gestión de la sanidad pública por parte de la consejera de Salud, Catalina García.
Son todos unos sinvergüenzas ladrones, solo esperan llagar há alcanzar un puesto en el gobierno o en esté casó a la gerencia de ése hospital o otros hospitales y seguir delinquiendo estas gentes indeseables, y quien paga los de siempre, el ciudadano.
Tienen salida para todo, después de escuchar a la consejera decir que no sabe como no se le pagan horas extras a los del equipo de guardia cuando al resto de categorías si lo hacen añadiré que no es el caso de todos y no por falta de dinero, ya que hay algunos cargos de mantenimiento que están cobrando en concepto de noches, festivos sin ser cierto que lo hagan.
Con respecto al agua embotellada debería ser obligatorio ya que el agua de consumo en la ciudad sanitaria se surte de unas aljibes que tiene un sistema de coloración que no siempre funciona en condiciones, también decir que es un peligro beberla por la legionela que se produce.
Cloracion y legionela