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Un fragmento de la portada de '35 escalones', el libro en el que el hijo del accidentado cuenta cómo ocurrió todo.

Tribunales

Un juzgado condena a Renfe por negligencia a pagar cerca de 30.000 euros a un hombre por una caída en las escaleras mecánicas de Atocha

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El Juzgado de Primera Instancia Nº 2 de Sagunto, emitida el 27 de enero de 2021, la jueza condena a Renfe a pagar 28.647 euros al accidentado Vicente Pes por actuar «de forma negligente al permitir el uso de las escaleras mecánicas estando paradas». La indemnización es por los daños que le ocasionó la caída que sufrió en unas escaleras mecánicas de la estación de Atocha-Cercanías (Madrid). Sin embargo, la jueza también considera que Vicente Pes actuó de forma negligente al haber bajado las escaleras a sabiendas de que estaban paradas

El 18 de septiembre de 2017, Vicente Pes –vecino del Puerto de Sagunto (Valencia)– sufrió una grave caída en unas escaleras mecánicas de la Estación de Atocha Cercanías Renfe (Madrid). En ese momento se dirigía junto a su mujer a tomar un tren para ir a la Terminal 4 del Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, puesto que, al día siguiente, iban a viajar en avión a Guatemala, para pasar varios días de vacaciones.

Al caer se golpeó con aproximadamente 35 escalones metálicos que le provocaron un derrame cerebral, fractura de ambos húmeros y múltiples heridas por todo el cuerpo (manos, piernas, etc.) especialmente en la cara, donde, además, recibió 15 puntos en la frente.

Después de la caída, inicialmente fue llevado en ambulancia al Hospital Fundación Jiménez Díaz (FJD), perteneciente al Grupo Quirónsalud, pero «allí recibió un trato horrible a lo largo de las más de 90 horas que permaneció en un box de Urgencias, sintiéndose humillado y muy mal tratado; posteriormente, fue trasladado al Hospital de Sagunto, donde fue atendido dignamente y operado del húmero izquierdo», comenta su hijo Carlos.

Necesitó 13 largos meses de rehabilitación y, aun así, le quedaron secuelas importantes con las que tendría que convivir el resto de su vida.

Situación irregular

Por otra parte, de manera fortuita, su hijo Carlos descubrió que existía una problemática con las escaleras mecánicas donde sucedió el accidente y con otras de diferentes estaciones de trenes de Cercanías de Madrid: Zarzaquemada, Méndez Álvaro, etc. Dicha problemática fue la causa de que, después de muchas vicisitudes, en julio de 2019, Vicente pusiera una demanda judicial a Renfe Viajeros S.A.

Una de las pruebas fundamentales en el juicio –celebrado el 18 de noviembre de 2020– fue un escrito que, a petición del abogado demandante, Schindler envió al juzgado informando que, el 9 de agosto de 2017, procedió a paralizar y dejar fuera de servicio todas las escaleras mecánicas que daban acceso desde el vestíbulo de la estación de Atocha-Cercanías a los andenes (10 escaleras distintas en total, incluida por la que se cayó Vicente). La razón de ello fue porque «no reunían las debidas condiciones de seguridad al haber alcanzado el fin de su vida útil».

Después, Renfe trasladó a Schindler su voluntad de abrir las escaleras al uso peatonalizado de los usuarios, pero Schindler –por escrito, de manera expresa y en varias ocasiones– recomendó en contra del uso y tránsito de las escaleras paradas, porque entendía que no cumplían con los requisitos de seguridad necesarios.

No obstante, a principios de septiembre de 2017 y a pesar de lo indicado por Schindler, Renfe quitó las vallas y los carteles donde se indicaba que las escaleras mecánicas estaban fuera de servicio, dejándolas paradas y accesibles a los usuarios.

Indicaciones erráticas

El 18 de septiembre de ese año, Vicente, haciendo caso a las indicaciones de un empleado de Renfe que le encaminó hacia dichas escaleras para ir al aeropuerto (sin avisarle de que estaban fuera de servicio) y siguiendo la multitud de carteles y señales (flechas, dibujos de aviones, etc.) que apuntaban hacia dichas escaleras, se dispuso a bajar por ellas, sufriendo la caída donde se golpeó contra aproximadamente 35 escalones metálicos que le provocaron la rotura de ambos hombros, un derrame cerebral y múltiples heridas por todo el cuerpo.

A pesar de todo, Renfe siguió permitiendo a los usuarios transitar por dichas escaleras mecánicas paradas (estando fuera de servicio) durante aproximadamente medio año más. En el siguiente vídeo que yo mismo grabé un par de días después del accidente (al igual que la imagen anteriormente mostrada) y que aportamos a la demanda junto a otros vídeos y fotografías, puede verse el acceso que había hacia ellas.

«Renfe actuó de forma negligente»

En la sentencia nº 6/2021 del Juzgado de Primera Instancia Nº 2 de Sagunto, emitida el 27 de enero de 2021, la jueza indica que «Renfe actuó de forma negligente al permitir el uso de las escaleras mecánicas estando paradas». Asimismo, la sentencia dice que «unas escaleras mecánicas no operativas no deben ser utilizadas por los viajeros y Renfe debería de haberlas inutilizado o prohibido su uso«.

Por otra parte, la jueza dictamina que, dado que Vicente Pes optó bajar por dichas escaleras (al igual que lo hacía mucha gente que pasaba por allí), «él fue igualmente negligente al 50%, igualando así la decisión que tomó –en un segundo– al ver que estaban paradas, con la irresponsable decisión de Renfe de retirar las vallas y los carteles donde se avisaba que estaban fuera de servicio, actuando en contra de lo indicado por la empresa de mantenimiento», pone de relieve Carlos.

«Dicho dictamen, repartiendo la culpa al 50%, nos ha contrariado en cierta medida, teniendo en cuenta todas las circunstancias (especialmente que tanto el empleado de Renfe como las señales y carteles le encaminaron hacia allí, además de que Renfe incumplió la normativa a sabiendas del peligro al que exponía a los usuarios), pero la jueza ha decidido estimar parcialmente la demanda, sancionando a Renfe Viajeros S.A. a pagar a mi padre la mitad de lo demandado en base a un informe médico-pericial realizado por un médico perito; en concreto, la jueza condena a Renfe a indemnizarle con 28.647,98 euros más intereses, ascendiendo a un total de aproximadamente 30.000 €«, pone de relieve el hijo del accidentado.

Escaleras mecánicas paradas, fuera de servicio, por las que Renfe permitía acceder desde el vestíbulo de la estación de Atocha-Cercanías (Madrid) al andén 1 (vías 1 y 2). 

Carlos Pes deja claro que no merecía la pena recurrir: «Después de valorar múltiples aspectos, decidimos no recurrir la sentencia, principalmente porque hemos conseguido demostrar la culpabilidad de Renfe y, por otro lado, aunque no nos parece bien que se inculpe a los usuarios por bajar por unas escaleras que Renfe dejó accesibles y con multitud de señales encaminando hacia ellas, no teníamos ninguna confianza de que un recurso ante la Audiencia Provincial prosperase, debido a que nos parecía muy poco probable que cambiaran lo determinado por la jueza. Además, el proceso podría alargarse quizás otro año más».

Posteriormente, la abogada de Renfe les comunicó a los afectados que tampoco iba a recurrir si ellos no lo hacían, por lo que entendieron que Renfe no veía ninguna posibilidad de no ser condenada. De modo que, desde el 26 de febrero de 2021, la sentencia es firme.

El litigio ha durado alrededor de tres años y medio, durante los cuales –a pesar de todas las evidencias– «Renfe siempre ha negado tener culpa en la caída de mi padre«, por lo que «nos satisface mucho que finalmente la justicia nos haya dado la razón y la haya sancionado».

Carlos Pes se pregunta finalmente: «¿Cómo puede ser que no exista ningún mecanismo de control para impedir que Renfe incumpla la normativa, poniendo en peligro la seguridad de miles de usuarios durante meses, y tener que demandarla judicialmente haya sido la única vía para demostrarlo?»

Todo está en un libro

Quienes estén interesados en saber cómo Carlos Pes descubrió la problemática que existía con las escaleras mecánicas de la estación de Atocha-Cercanías y cómo consiguió las pruebas que le permitieron demandar a Renfe para que fuese condenada, pueden leer el libro 35 escalones, publicado en Amazon, donde también relata detalladamente las circunstancias que dieron lugar a la caída de Vicente y denuncia el infierno por el que le hicieron pasar durante más de 90 horas en un box de Urgencias del Hospital Fundación Jiménez Díaz, donde fue trasladado en ambulancia inicialmente y le atendieron «espantosamente mal», antes de ser llevado al Hospital de Sagunto, donde fue operado y dignamente atendido.


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