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Los manteros de Benalmádena. / M. U.

Opinión, Política

¿Qué hacemos con nuestros inmigrantes?

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Una año más he tenido la suerte, el placer y la oportunidad de disfrutar unos días en Benalmádena Costa, población que, sin solución de continuidad, se une de forma imperceptible con Torremolinos. Andando por el Paseo Marítimo, junto a las playas, se pasa de un municipio a otro y no nos enteraríamos de no existir una señal que lo indica

Desde hace lustros, los paseos marítimos de las dos poblaciones (y los de muchas localidades costeras andaluzas), están invadidos por una fila ininterrumpida de manteros que intentan sobrevivir vendiendo camisetas, bolsos, gorras, gafas, relojes, discos, zapatillas de deporte, juguetes y un largo etcétera. En principio, no hay nada que objetar a que la gente se intente ganar la vida de forma honrada y digna.

El problema que me surge es que si esas personas no tienen papeles, si venden mercancía ilegal o no pagan impuestos. En ese caso, no sería una forma honrada ni digna de ganarse el pan. En principio, según dicen los vecinos de estas localidades, parece que la gran mayoría no cumple al menos alguno de esos requisitos. Las policías locales intentan aparentar que hacen algo para no hacer nada. Está claro que las autoridades no quieren solucionar de forma definitiva y seria esa situación. Para empezar, aclarar y establecer de forma definitiva, si esa actividad es legal o ilegal. Si es legal, que no los incordien y, si es ilegal, que se aplique la ley. En España nos estamos acostumbrando demasiado a que la ley sólo se aplique donde los políticos quieran.

Los manteros recogen sus mercancías ante la llegada de la policía. / M. U.

Creo es bochornoso ver todos los días a la policía hacer el mismo paripé. La secuencia es esta: Viene una pareja de guardias y se corre la voz entre los manteros, los cuales con habilidad pasmosa recogen sus mercancías y se refugian por los alrededores, en jardines o en la playa y, tan pronto los policías han pasado, vuelven a salir con sus mantones. Se trata sólo de aparentar que se hace algo para no hacer nada y que todo siga igual. La actitud es tan ridícula que, en el punto del Paseo Marítimo donde se unen Benalmádena y Torremolinos, si los guardias que aparecen son de una o de la otra ciudad, sólo recogen los manteros que están en el suelo del municipio al que corresponden los polis y unos metros más allá en el mismo paseo, los otros vendedores continúan con sus ventas sin inmutarse. No entiendo, si la actividad es ilegal, ¿es suficiente la línea virtual que separa un municipio de otro como para detener la intervención policial y que la actividad ilícita se continúe desarrollando delante de las narices de los policías del municipio vecino?

Según la opinión generalizada de los habitantes de estas poblaciones, los manteros no pagan impuestos y, además, los productos que venden son, en general, falsificaciones que les proporcionan ciertas mafias. No puedo descartar que exista alguna excepción. Toda persona de bien defiende la posibilidad de migrar en busca de un futuro mejor. Pero es indecente la existencia de las mafias que cobran un capital a personas con pocos recursos, poniendo en riesgo de muerte sus vidas, para venir a España. Y es indecente engañarlos y mandar un mensaje falso a África de que aquí tienen posibilidades, ya que la realidad es que no se integran, viven en una economía sumergida (ilegal), sin posibilidades de promoción y en condiciones infrahumanas en lo material, en lo personal y afectivo. Están solos, en una cultura diferente, sin el amparo de la familia ni de su comunidad.

Así esconden los manteros la mercancía cuando llega la policía. / M. U.

Por otra parte, a los nativos del lugar les hacen una competencia desleal, ya que estos vendedores emigrados no tienen gastos de alquileres, luz, impuestos, etcétera, lo cual genera malestar y puede llegar a inducir la aparición de xenofobia, la cual aumenta al competir con las personas menos preparadas de España y, por tanto, más vulnerables, en la ocupación de puestos de trabajo poco cualificados.

Se da la circunstancia de que España es uno de los países de la UE con mayores tasas de paro. Voy a dar algunas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) del segundo trimestre de este año, disponibles en internet. Por comparar, el desempleo en Alemania es del 3,6% y en Inglaterra, tras el Brexit, del 4,7%. En nuestro país, la cifra oficial se multiplica por 4 o por 5, alcanzando el 15,25%, cifra que se maquilla al no contabilizar a los que están en ERE, ERTE o cursos de formación. En algunas zonas, como Ceuta y Canarias, las cifras se disparan a casi un 25%. Si nos centramos en algunos colectivos, como mujeres y menores de 25 años, el número de parados llega al 39,9%, siendo esas cifras todavía más altas en ciudades como Jerez, La Línea de la Concepción o Talavera de la Reina, especialmente golpeadas por el paro.

El problema de siempre

La mayoría de africanos que nos llegan son jóvenes, por cierto, bien nutridos. ¿Qué vamos a hacer con ellos si no tenemos trabajo para los nuestros? Resumiendo: tenemos millones de desempleados. Ante esa realidad, ¿necesitamos migrantes? ¿Cuántos? ¿Es justo dar pagas y subvenciones a jóvenes africanos mientras los jóvenes españoles no tienen la oportunidad de conseguir un céntimo? Además, las subvenciones tienen efecto llamada y atraen a una población cuya prioridad no es precisamente trabajar. Todas esas situaciones tienen consecuencias.

Es una vergüenza y una indecencia que nuestros políticos hagan demagogia con este tema, que produce muertes en el mar y lleva a mucha gente a la marginalidad, la ilegalidad, al mal vivir y a la no integración ni realización como persona. La política de inmigración debe estar consensuada por los distintos partidos. ¿Para qué queremos fronteras si no sirven para nada?. Permitamos que puedan venir extranjeros de forma reglada para que realmente desarrollen aquí una vida digna. ¿Es lícito, justo y bueno dejar entrar a personas del tercer mundo para que se queden en las calles, en manos de mafias y haciendo competencia desleal a humildes comerciantes locales? ¿Para eso los traemos? Ustedes verán.


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6 comentarios

  1. Jose Ramón Talero Islán

    D. Mariano, plasma usted la dura realidad de estas personas que nos vienen y que nuestros políticos con su demagogia, no solucionan esta problemática. Los partidos políticos deben tratar estos temas de forma razonada y buscar pactos de estado para resolverlos con eficacia y contundencia. Felicidades por su artículo.

  2. Me han dolido los ojos con algunas cuestiones; ¿»jóvenes bien nutridos»? Las personas con malnutrición no conseguirían sobrevivir a los meses, a veces años, de travesía (con todas sus desventuras y trabajos esclavistas) desde su lugar de origen hasta la costa donde se suben a la patera. ¿Usted sabe que muchos de estos «jóvenes bien nutridos» tenían la profesión de pescadores y que es a causa de las políticas de pesca de países como España, entrando en aguas africanas, que estos jóvenes pierden su trabajo y no pueden alimentar más a sus padres, hermanos, esposas e hijos? Espere sentado a los excepcionales casos de personas que llegan con el vientre hinchado y en delirio por falta de alimento.

    La prioridad de las personas que emigran en patera o a pie no son esas míticas y poco vistas ayudas estatales que no recibe ninguno de los que llega en patera (si no ¿por qué irían a trabajar en los regímenes agrícolas esclavistas sin contrato y a más de 60 h/semana por una miseria?). Tampoco son las prisiones CIEs en las que les internamos, o los CPM en los que viven hasta los 18 años, encontrándose sin ayudas, ni permiso de trabajo. Al llegar muchas veces su prioridad es la adaptación, el aprendizaje de la lengua y también unos pocos meses de descanso, porque muchos desarrollan estrés post traumático que no logran superar y terminan yendo a trabajar a cualquier sitio bajo las condiciones que les proveen sus «santos patrones españoles», a veces tan inhumanas que ninguna persona que no esté desesperada admitiría. Pero que, sin embargo, garantizan que tengamos frutas, verduras, etc en nuestras mesas. A ver, no les necesitaríamos si muchos de los patrones tuviesen escrúpulos morales básicos que les llevasen a levantarse contra las administraciones antes que explotar a seres humanos. Parece que ya no se acuerda de los apuros que pasamos a nivel de mano de obra durante la primera ola del covid porque la población local no era suficiente ni quería trabajar en condiciones tan malas.

    Pero no todo debería girar en qué necesitamos nosotros, ¡oh españoles! Sino en qué hacemos nosotros, de qué podríamos privarnos, ¡oh españoles! para no dejar levantar cabeza a países africanos, o qué podríamos hacer para evitar que países como Marruecos utilicen a sus propios habitantes como arma arrojadiza.

    Y por supuesto qué es lo que necesitan ellos, las personas que emigran, antes de que decidan emigrar, y después de llegar; hay muchas personas que llevan más de 15 años trabajando sin contrato, sin permiso de trabajo ni residencia, tanto en el campo (hablando de legalidad…), en limpieza del hogar (¿cuántos de los lectores tienen una mujer de la limpieza o de cuidados a mayores sin hacerle contrato? Hablando de legalidad…), como en las calles como manteros (vendiendo ciertas variedades de productos que sólo hacen competencia a comercios chinos), o como músicos y artesanos (aportando en riqueza cultural, tan despreciada), etc.

    Por supuesto que hay que ir a por las causas, pero sin repetir discursos ignorantes y xenófobos. Y este mensaje viene de una española migrante, hija de madre migrante que era hija de migrantes europeos. Y estoy en paro, mucho más que usted, y eso no me lleva a descargar mi rabia acusando de cualquier cosa a gente que arriesga sus vidas por llegar a Europa; ¿¿¿en serio cree que van a hacerlo por recibir unas ayudas y poder no trabajar??? Cansada estaba yo de que me acusaran de esto a mí y a mis compañeros, y yo sólo tenía que coger un autobús para plantarme en otro país donde yo, como migrante legal, sí tenía derecho a ayudas, como muchísimos jóvenes.

    • Amador

      Creo que usted tiene una visión idealizada de algunos países africanos, de la integración de los migrantes y otra visión demoníaca de los empresarios y occidentales en general.
      No voy a entrar en cifras que cualquier interesado puede obtener, ni lo que cuesta pescar en el banco sahariano a los agricultores españoles con la correspondencia en importaciones de productos agrícolas que deben mejorar la economía en esos países.
      Pregunte en El Ejido, Huelva o Jaén, no le negaré que hay contrataciones sin papeles, tampoco que una minoría se aproveche pero nada más.
      Vengase a Gerona y conozca Salto, verá la poca integración que hay.

  3. Ángeles Suárez pozo

    Usted habla de inmigrantes, de jóvenes españoles en el paro y de trabajo.

    Está dando a entender de que el paro en España y la falta de trabajo es por causa de los inmigrantes que hay al lado de la playa vendiendo bolsos.

    Si yo tuviera que hacer una análisis del paro en España y de la precariedad no pondría de ejemplo a los inmigrantes.

    Bajo mi punto de vista, esto demuestra muy poco conocimiento de la época en la que vivimos.

    Nos estamos moviendo en la cuarta revolución industrial. Los mercados han cambiado totalmente. Se compra online y se trabaja online y se piensa online. Las grandes superficies no saben qué hacer para mantener la competencia que les ha venido por el comercio virtual. Como podemos observar, están quitando todos los cajeros de los comercios.

    Por otro lado, aquí se mantienen empresas que tienen trabajadores en Perú o donde les venga mejor.

    Eso es la globalización.

    Pero el mayor peligro que tiene la economía es la hegemonía de la gran potencia.

    Las grandes potencias no solamente gobiernan políticamente sino que también gobiernan económicamente.

    El minotauro global.

  4. Mariano Urdiales

    RESPUESTAS A COMENTARIOS “¿QUÉ HACEMOS CON NUESTROS INMIGRANTES?”
    En primer lugar, agradecer todos los comentarios. Me voy a centrar en los de Dª Lnf y Dª Ángeles Suárez por sus discrepancias y críticas a mi artículo.
    He revisado mi escrito, ya que al ser interpretado de forma tan crítica, posiblemente, la culpa sea mía por no expresarme con la suficiente claridad. Lamento mis deficiencias y me disculpo por ellas. Por eso voy a tratar de explicarme.
    Lo que más me ha dolido es la frase de Dª Lnf: “ir a las causas sin repetir discursos ignorantes y xenófobos”. Comparto lo de ir a las causas y acepto mi gran ignorancia, pero no soy xenófobo, ni en mi artículo hay xenofobia, simplemente me he limitado a describir una situación y a hacerme preguntas al respecto. Por cierto, usted no ha desmentido esa situación y además la confirma. Escribe usted:”desarrollan estrés postraumático que no logran superar” y más adelante dice:”hay personas que llevan más de 15 años sin permiso de trabajo ni residencia”. Son situaciones que yo lamento profundamente, de ahí las preguntas de mi artículo, ¿qué hacemos con nuestros inmigrantes?, ¿para que los dejamos entrar, si los abandonamos y no les podemos proporcionar una vida digna?.
    Fíjese, si hay un tufillo xenófobo en algún sitio es cuando usted escribe:”solo hacen competencia a comercios chinos”. ¿Qué insinúa?, ¿los chinos no importan?, ¿son los chinos para usted inferiores a los inmigrantes africanos?, usted sabrá.
    Comienza usted diciendo:”Me han dolido los ojos con algunas cuestiones; ¿jóvenes bien nutridos?”. ¿Miento al hacer esa afirmación?, No, es una constatación de la realidad y además usted la confirma. Yo me alegro de que estén bien alimentados, no deseo que nadie pase hambre. Se ha parado usted a pensar por un momento el daño que se le hace a los países de origen con esa marcha de jóvenes con iniciativa, arrojo, empuje, deseos de prosperar, perdiendo así ese potencial humano que es lo mejor que tienen para desarrollarse. Además gastan sus ahorros en mafias que los estafan, en lugar de invertir en su tierra natal.
    Sigue usted escribiendo:” Qué necesitamos nosotros ¡Oh españoles!…de que podemos privarnos…qué podríamos hacer para evitar que países como Marruecos utilicen a sus propios habitantes como arma arrojadiza”. Le contesto brevemente, queremos conservar nuestra sociedad y si es posible mejorarla, no que se destruya. También le sugiero que además de preguntarse sobre lo que podrían hacer los españoles, que se cuestione ¿qué podrían hacer ustedes y los dirigentes africanos?. ¿Qué podría hacer el Sultán de Marruecos, Jefe y Padre espiritual de su pueblo, con su poder y sus miles de millones de euros?. ¿Sabe usted que Marruecos gasta en armamento más porcentaje de su PIB que España?.
    En esta misma línea escribe:”Dejar levantar cabeza a los países africanos”. Ese es un tema complicado, en el que intervienen muchos factores, es cierto. Para que un país funcione, necesita instituciones serias, democráticas sin corrupción. Hay una culpa del exterior, pero no toda la culpa es de los demás, es fácil echar balones fuera y también es sencillo hablar desde occidente. Pero no podemos olvidarnos de la responsabilidad personal, y local, las luchas tribales y fratricidas son africanas y los déspotas y la corrupción africana son eso, africanas. España no tiene culpa de lo que está pasando en Sudán, Nigeria, Malí o Etiopía. Tampoco tenemos culpa de que el nivel de vida sea en Marruecos más bajo que aquí, al igual que los suizos no son culpables de que los ingresos por cabeza nuestros sean inferiores a los suyos. Hay un gran componente de responsabilidad personal y nacional.
    Dice usted al final de su comentario:”No me lleva a descargar mi rabia acusando de cualquier cosa a gente que arriesga su vida para llegar a Europa”. Mire usted, ni intenté, ni creo transmitir rabia en mis palabras contra los emigrantes, ni los critico. Creo que son víctimas de una situación que los políticos, a los que sí critico, no arreglan. Le repito, sólo describo una situación que usted sabe es cierta.
    Dª Ángeles Suárez comienza su comentario con:”Está dando usted a entender que el paro en España y la falta de trabajo es por causa de los emigrantes que hay al lado de la playa vendiendo bolsos”. Mi respuesta directa, concisa y sencilla es NO. Pero, ¿he sugerido yo eso en algún momento?, NO, todo lo contrario, lo que me cuestiono es, si tenemos una de las tasas de paro más alta de la Unión Europea, ¿para qué necesitamos más emigrantes?. ¿Es lícito hacerse esa pregunta o está prohibido pensar?.
    Voy a cortar aquí, para no hacerme más pesado, el tema de la globalización alargaría en demasía estas líneas.
    Sí me gustaría hacer unas consideraciones finales:
    1º Por favor, no pongan en boca del articulista lo que no ha escrito.
    2º Por favor, traten de interpretar lo escrito con objetividad, sin apasionamiento, no se dejen llevar por sus sesgos y prejuicios previos.
    3º Nunca he sido xenófobo, considero que sólo hay una raza, la humana.
    4º Todos los migrantes me merecen el más absoluto respeto y les deseo lo mejor.
    5º En su día, yo me marché de España y trabajé en el extranjero. Hoy tengo descendientes directos emigrados, por no tener trabajo aquí. De forma, que algo conozco el paño.
    Muchas gracias por exponer sus puntos de vista y perdón por la extensión de la respuesta.

  5. ¿QUE HACEMOS CON LOS INMIGRANTES? Ciencias Políticas y Sociales. La inmigración es uno de los principales problemas políticos y sociales de nuestro país.

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