Libertad de expresión, no censura

Espero que todos los ciudadanos pensemos que el don más grande que poseemos es nuestra libertad. La libertad, nada ni nadie nos la pueden arrebatar. La libertad, es respeto, es diálogo, es comunicación y no manipulación e imposición

En estos días de angustia y desolación debemos mantener la calma, la prudencia, pero siempre la verdad y la libertad.  Todas las fuerzas políticas juntas hacia el objetivo fundamental que es salir de esta debacle y apartar las ideologías.

Pericles decía: Si bien solo algunos pueden dirigir la política, todos tienen capaci­dad para enjuiciarla. El pensar y el razonar, en los momentos en que vivimos, ha degenerado en un rancio, estricto y vacío parloteo. El pensamiento razonado debe contri­buir a extender y fomentar la convivencia, no la crispación y el conflicto político. La libertad de expresión y opinión es lo más grande que tenemos en una democracia.

No podemos consentir en ningún punto de España que, por algunos políticos que solo quieren mantenerse en el poder, nos coarten la libertad de opinión y de expresión. La libertad es lo más sagrado que poseemos y no nos pueden justificar actuaciones que van en contra de la libertad personal del ciudadano.

¿Para qué tenemos a los jueces?

No entiendo cómo se puede crear un tribunal político para que decidan qué se puede escribir, qué se debe o no decir en radio o en televisión. ¿Esto es democrático? ¿Para qué tenemos a los jueces? ¿Vamos a sustituir los tribunales de justicia por tribuna­les políticos? ¿Queremos volver atrás? En las democracias son los tribunales de justicia los que deben juzgar, decidir y condenar las actuaciones de los periodistas, políticos y de cualquier otro ciudadano. Para eso están.

Espero y deseo, lo mismo que la inmensa mayoría de todos los españoles, que el Co­mité Mundial para la Libertad de Expresión y el Parlamento Europeo, exija y recri­mine a este grupo de políticos, para que rectifiquen en estas iniciativas tan desafortuna­das.