Crece la preocupación entre la ciudadanía debido a las protestas de los camioneros, que afectan a los servicios fundamentales, pero también a sectores como la minería, ya que Aminer ha avisado de que Atalaya Mining (Huelva) y Cobre Las Cruces (Sevilla) tienen que parar su actividad por falta de suministros
Un dependiente trata de explicar a una señora que no hay leche entera ni semidesnatada (solo queda entera sin lactosa y desnatada) por la huelga de transportistas. La compradora frunce el ceño cuando el trabajador se encoge de hombros y le dice que no se espera mejoría en la enfermedad de esta huelga, que en realidad es un síntoma de una dolencia mayor: un sistema capitalista y globalizado en el que hay sectores que han visto agujereados sus bolsillos con el paso del tiempo, la subida del nivel de vida, la inflación, la guerra de Ucrania, la deslocalización industrial, la especulación de los mercados, los manejadores de la bolsa… y un pequeño virus que ha pinchado el globo del Estado del Bienestar.
Los autónomos no eran tan autónomos, porque el margen de beneficios se ha ido acortando y, si no, el que paga el pato es el cliente o usuario de un servicio que comprueba frotándose los ojos que un café ha pasado de costar 1,20 a 1,50 euros, así por la cara. ¿Y el Gobierno? Habrá que resucitar a Gila para que ponga orden.
En todo este maremágnum, el dependiente de una tienda de alimentación del Aljarafe sevillano (el que se encogía de hombros) ha contado a EL LIBRE esta misma tarde que los camioneros «ahora van a por el centro logístico que tiene Mercadona en Huévar del Aljarafe«. ¿Es esto lícito? Evidentemente, la ley ampara la huelga de transportistas, pero no se recuerda en España una huelga tan larga que afectase a las necesidades básicas de tanta gente y a tantos sectores distintos: restauración, tiendas, supermercados (algunos han tenido incluso que cerrar por la falta de suministro), agricultura (un portavoz dijo el pasado viernes que «entendía perfectamente esta huelga«, añadiendo que «la culpa no es de los camioneros, sino del Gobierno»), minería, polígonos industriales, pymes de todo tipo…
Hoy se han producido marchas lentas de hasta 400 vehículos y, aunque la ministra se ha reunido hoy con los representantes sindicales, la Plataforma de Transportistas Autónomos -que no está en la mesa de negociación- seguirá «con los camiones parados«, como ha subrayado uno de sus portavoces.
Es el octavo día de huelga de transportistas y el desabastecimiento condiciona la vida cotidiana de ciudadanos, trabajadores y empresarios. Algunas empresas están sufriendo escasez de materias primas. Es el caso del Grupo Cunext, empresa metalúrgica que ha tenido que parar la fundición de cobre y la línea de fabricación de alambrón que desarrolla desde hace años en Córdoba. Los pescadores tampoco han podido salir a faenar debido al alto precio del gasóil. Una fábrica de zumos de Gádor (Almería) también está parada, con la pérdida del 80% de la producción. Hay miles de puestos de trabajo en peligro ahora mismo. ¿Dios aprieta, pero no ahoga? Ese refrán está a punto de saltar por los aires.
Dicen por ahí con cierta guasa que, cuando falte la cerveza, la ciudadanía se echará a la calle… Pues ya está faltando la leche y escaseando la verdura y la fruta en muchos centros comerciales y la indignación está creciendo como la espuma.
Asedas pidió que cesaran «las acciones violentas»
La Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados (Asedas), que cuenta entre sus asociados a Mercadona, Dia y Lidl, entre otros, ha pedido que «cesen ya las acciones violentas» contra los trabajadores que han decidido no sumarse a la huelga de transportes.
El director general de Asedas, Ignacio García Magarzo, lamentó el pasado viernes que el paro en el sector «lleve aparejado, en muchos casos, acciones violentas y bloqueos contra los conductores y transportistas que quieren trabajar y que están haciéndolo con muchas dificultades».
Las asociaciones empresariales que representan a la cadena de valor del gran consumo han pedido al Ministerio del Interior la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para frenar los actos vandálicos y las coacciones que están sufriendo empresas y profesionales para poder ejercer su derecho al trabajo.
«Pedimos responsabilidad a los convocantes, que deben cesar ya en sus acciones violentas y la máxima implicación del gobierno para que garantice la libre circulación» y evitar así que «la sociedad sea rehén de sus reivindicaciones», indicó el responsable de Asedas.
«Esta situación pone a la sociedad en riesgo de problemas de abastecimiento«, una circunstancia «que, en estos momentos, es totalmente injustificada», señaló García Magarzo.
La actuación cada vez más beligerante de los convocantes, con bloqueos en puertos, lonjas, mercados mayoristas y centros logísticos, está empezando a ocasionar importantes problemas para las empresas del sector como es la falta de suministro en fábricas, dificultad para abastecer los puntos de venta y la paralización de industrias.
Atalaya Mining y Cobre Las Cruces, obligadas a parar su actividad operativa
La Asociación de Empresas Investigadoras, Extractoras, Transformadoras Minero-Metalúrgicas, Auxiliares y de Servicios (Aminer), ha alertado de que dos de las principales minas de Andalucía, Atalaya Mining y Cobre Las Cruces, se están viendo obligadas a parar su actividad operativa por falta de suministros como consecuencia de la huelga, que desde hace ocho días afecta al sector del transporte de mercancías.
El paro en el servicio de transporte está afectando de manera directa al abastecimiento de materias críticas, como la cal, un producto esencial en las operaciones mineras, ya que se trata de una materia prima fundamental para el procesamiento del mineral.
«Extremadamente preocupante»
Ante esta situación, que Aminer califica de «extremadamente preocupante», reclaman de las autoridades que arbitren las medidas necesarias para restablecer el transporte de mercancías, así como la protección de aquellos que no están secundando la huelga para garantizar el abastecimiento de materias primas esenciales.
En este sentido, la patronal minera demanda que, desde las administraciones públicas competentes, se adopten con carácter urgente medidas que aseguren la continuidad de la actividad económica, ya que la persistencia de la huelga podría asimismo causar impactos progresivos en la actividad minera y toda la industria auxiliar vinculada a la minería.
Gobierno y representantes sindicales de los transportistas están echando un pulso muy peligroso para la ciudadanía, que ya ha vivido varias plagas bíblicas últimamente y no tiene paciencia ya para aguantar más tortazos. El acuerdo tendrá que ser inminente, porque el orden público está en juego.
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