La pequeña Laia y su madre ya tienen un desfibrilador como garante de sus vidas

La pequeña Laia ha recibido su desfibrilador, un reto no solo para su madre sino para muchas personas de gran corazón

Laia tiene 4 años y vive en Estepona (Málaga). No puede hacer deporte ni tampoco someterse a situaciones estresantes. Tiene, al igual que su madre, una mutación genética que le predispone a sufrir episodios de taquicardia ventricular, una arritmia con elevada probabilidad de muerte súbita. Con este drama muy presente, Toñi, la madre de Laia, empezó una cruzada a mediados de mayo para poder conseguir un Desfibrilador Externo Automático (DEA) para su pequeña, debido a la enfermedad que padecen ambas.

Sorprendentemente, no tardó en recibir respuesta por parte de varias asociaciones. La Asociación Prevención Andaluza de Muerte Súbita, con la ayuda de otras asociaciones, Asociación Emersan (Técnicos en Emergencias Sanitarias), SOS CardioSport, empezaron a mover ficha y a llamar a varias puertas, sin olvidar la importantísima ayuda de muchísimos corazones anónimos que aportaron su granito de arena de forma económica. Tanto el Ayuntamiento de Estepona como las empresas, Entelia Cardioprotección y Adiemed no dudaron en colaborar también en esta iniciativa.

Tras una semana muy intensa, Laia no solo consiguió su ansiado desfibrilador, sino que ha donado otro a la Asociación Prevención Andaluza de Muerte Súbita. En palabras de su madre Toñi, «cualquier ayuda a quien lo necesita es poca y saber que mi hija ya tiene un DEA me hace estar más tranquila, además de poder donar otro DEA para cualquier familia que esté en su misma situación».

Con cartucho de electrodos de un solo uso

El desfibrilador entregado es un samaritan PAD 350P. En palabras de Susana Bosch, como representante de Entelia, «es un aparato todoterreno que no solo dispone de ocho años de garantía, sino que su innovador Pad-Pak, compuesto por una batería integrada y un cartucho de electrodos de un solo uso con una sola fecha de caducidad, ofrece un único cambio de mantenimiento cada cuatro años, además del poco peso que tiene, su robustez y facilidad de uso».

A la entrega del aparato asistieron: la teniente alcalde del Área Sociocultural del Ayuntamiento de Estepona, Begoña Ortiz; el director de la Delegación de Servicios Sociales, Mayores e Integración Social, Lorenzo Javier Guerra; Susana Bosch, de Entelia y Adiemed; y miembros de las asociaciones implicadas, como Antonio Natera, Manuel Heredia y Antonio García.

Manuel Heredia, en representación de la Asociación Andaluza Prevención de Muerte Súbita, puso de relieve que, desde esta asociación, se está luchando para que «los casos similares al de Laia puedan tener asesoramiento e incluso poder facilitar uno de estos aparatos, con el fin de ayudar a las familias, y no menos importante, formar en reanimación y uso del DEA no solo a las familias sino a su entorno más directo o colegios».

Un aula para la formación en primeros auxilios

En esta ocasión, gracias a la colaboración del Ayuntamiento de Estepona, se ha cedido un aula para la formación de la familia de Laia. También se formarán los docentes. Manuel comenta que «los primeros cinco minutos son de vital importancia y tener un DEA cerca en esta situación marca la diferencia«.

Por último, Begoña Ortiz se siente agradecida de que Estepona «dé la cara con este tipo de situaciones, además de estar orgullosa de ser la teniente alcalde de una ciudad cardioasegurada«, ya que, sumando instalaciones municipales, Policía Local y colegios, Estepona cuenta ya con una treintena de desfibriladores.

Laia ha sabido cómo despertar la solidaridad de muchos corazones con su historia y demostrar que aún quedan muchas personas buenas en estos tiempos tan complicados. Esta historia reconcilia al más pesimista con el mundo.