Mientras Juanma Moreno se va a ver pasos de Semana Santa, los problemas crecen en el SAS. Hoy EL LIBRE publica los tres últimos testimonios de esta saga de terror en la que se ha convertido la Unidad de Alimentación del hospital más importante del Servicio Andaluz de Salud. Para preservar el anonimato, se han elegido nombres de la mitología griega
Atenea rompe su silencio para unirse al resto de compañeros que han querido poner los puntos sobre las íes sobre la degradación de la cocina del infierno del Hospital Universitario Virgen del Rocío (HUVR): «Puedo y quiero hablar porque estoy harta de tener miedo al ir a mi puesto de trabajo, porque estoy y estamos sufriendo las decisiones de una Dirección que va como pollo sin cabeza. Las órdenes exigen obediencia ciega (aunque sea un disparate); en caso contrario, Ilegan las voces, los gritos, las amenazas, la violencia… Ése es el trato que estamos sufriendo por parte del jefe de sección, las dos responsables de personal, administrativo y jefa de servicio. Todos se apoyan».
«Este trato lleva siendo denunciado desde hace mucho tiempo y me consta que va en aumento. Debe de ser porque los que están por encima de ellos no tienen interés ninguno en nuestro servicio, en las personas que lo conformamos y dan su apoyo a este equipo directivo. Hemos visto a las dos responsables de personal reírse de un técnico cuando ocupa un puesto en la cinta de emplatado por falta de personal. Y a varios trabajadores tener que ser atendidos con una crisis de ansiedad por las instrucciones que se le dan por parte de las dos responsables de personal entre café, tostada y risas, con impunidad«, denuncia Atenea.
«El informe final fue que no era accidente de trabajo»
Esta mujer cuenta auténticas barrabasadas ocurridas en la Unidad de Alimentación del Virgen del Rocío: «La falta de personal en cocina es un diario. Sin embargo, en Administración se ha aumentado el personal y da tiempo a la risa, a la fiesta, a una hora de desayuno y a quedarse por las tardes (desconocemos en qué concepto se remunera) porque, durante su jornada laboral, han estado haciendo cosas no laborales. Estos trabajadores con muchos años de casa y muchos favores también a la casa, han petado y tuvieron que ser atendidos por un médico, al igual que los otros afectados por las mismas causas. Siguió Ios protocolos: había testigos, había requerido asistencia medica, ocurrió en el puesto de trabajo, cumplió todos los requisitos… Y el informe final fue que no era accidente de trabajo. No dio lugar a ninguna investigación, nadie dijo nada, se guardó, como siempre, en un cajón como tantos otros accidentes de trabajo por las mismas causas».
«Muchos profesionales se han ido o reducen su jornada»
«Hay muchas bajas, muchos profesionales que se han ido o que reducen su jornada, porque ya no quieren trabajar en esta cocina, ahora apodada la cocina del infierno. Están pasando muchas cosas y a nadie le interesa. Y digo lo mismo que otros: éramos referente de la sanidad andaluza pública, con reconocimientos, y hoy somos noticia por el maltrato a sus profesionales. Hemos tenido épocas difíciles y hemos tirado del servicio, con ilusión y orgullo: durante la covid le enviábamos en las bandejas mensajes de apoyo, cariño y esperanza a nuestros enfermos de covid», añade Atenea.
«Hoy trabajamos en un clima de estrés, incertidumbre, enfrentamiento y manipulaciones; no es un entorno de calidad. Todos los que estamos hablando luchamos por nuestro servicio», apostilla esta profesional.
Artemisa: «Se han puesto quejas, se ha denunciado y todo ha quedado escondido donde nadie quiere verlo»
Por su parte, Artemisa está de acuerdo con Atenea en señalar que el servicio va de mal en peor: «Hubo un tiempo en el que este departamento era noticia de primera página por sus buenas prestaciones en cuanto a calidad y servicio. Hoy en día, sigue ocupando la portada, pero por todo lo contrario. Desde hace poco más de un año, se está atropellando todo lo creado anteriormente, por algo que era mejor, aquí están los resultados. Se han puesto quejas, se ha denunciado y todo ha quedado escondido
donde nadie quiere verlo, pero sí se ha perseguido a los disconformes».
«Hasta el día de hoy, ahí está el historial que apoya lo que digo. Nosotros, los trabajadores, estamos orgullosos de nuestro trabajo y queremos seguir manteniendo el status de nuestra cocina. Pero estamos obligados a trabajar en las peores condiciones. Ahora se toman decisiones que desorganizan, enfrentan, crean conflictos… En fin, damos un mal servicio», asevera.
«Seguimos trabajando con la misma ilusión, pero sin posibilidades de mejora y de dar un buen servicio. Reitero lo orgullosa que estoy de ser parte de este servicio», remarca.
Perséfone: «Quiero corroborar que todo lo que se ha dicho anteriormente es cierto, es insoportable la situación»
Por último, Perséfone reconoce la labor de este periódico: «Ante todo, dar las gracias a EL LIBRE por dar voz a todos nuestras opiniones, quejas, temores, inseguridades y dejarnos descargar, de alguna manera, nuestra situación laboral y cómo no incluir también la situación personal de tantos trabajadores de nuestra Unidad de Alimentación».
«Ya nos hubiese gustado que, después de un año y medio de malos entendidos, malas gestiones, falta de respeto y acoso en ciertos casos puntuales de la nueva Dirección, hubiésemos llegado a un buen servicio y a un entendimiento entre todos los profesionales, formando, o mejor dicho manteniendo, el equipo que era un referente dentro de las mejores cocinas», expresa.
Asimismo, Perséfone lamenta la deriva en la que ha entrado este área del HUVR: «Qué triste tener que llegar a denunciar cuando ya hemos intentado de todas las maneras posibles que se nos escuche y que se tomen medidas. ¿Qué es lo que realmente preocupa: los pacientes y su recuperación o seguir dando una imagen de mejor cocina del mejor hospital? Imagen que, hoy por hoy, no es la misma».
«Rogaría a quien corresponda que se pregunte: ¿por qué hay tanto absentismo entre los técnicos de alojamiento? ¿Por qué también entre los pinches? ¿Por qué hay profesionales que se han puesto no disponibles en el Virgen del Rocío o incluso se han marchado a otra categoría?», agrega.
«Quiero corroborar que todo lo que se ha dicho anteriormente es cierto, es insoportable la situación, incluso se está llegando a crear un mal ambiente en cuanto a los distintos grupos o turnos de trabajo.
Claro, aquí se suele cumplir aquello que dice Divide y vencerás«, revela Perséfone.
«Sé que no debe ser fácil llevar a este equipo que es la Cocina del Virgen del Rocío, pero sí se que, como profesionales que somos y que luchamos por el bienestar del paciente, estaríamos dispuestos a otros tipos de diálogos, a que se tome en cuenta nuestra opinión, a que se nos pida incluso ayuda si se diera el caso, porque ante todo somos personas profesionales con un fin: el bienestar del paciente. Lo que no estamos dispuestos a tolerar es lo que hasta ahora estamos recibiendo por parte de nuestros superiores y los que no lo son, pero que es así como se sienten: superiores«, concluyó Perséfone.
Buenas tardes, soy compañera de estos técnicos. Actualmente no estoy trabajando en Virgen del Rocío, pero, doy fé y corroboro que todo lo publicado es la realidad de la situación que se está viviendo en la cocina. Es triste que en el siglo en el que vivimos no seamos respetar y dirigirte a las personas con educación, algo básico, sobre todo cuando tienes que dirigir equipos de trabajo. Parece que el cargo ha hecho que se les olvide que están trabajando con personas y que cada uno de los componentes que forman ese equipo, son imprescindibles para que el trabajo salga. Sin pinches de preparación no daría lugar a que la comida estuviera lista a su hora, sin pinches que montan las bandejas en la cinta de emplatado la comida no está lista para el transporte, sin pinches en la plonge ( zona de fregado), los cocineros no disponen de ollas limpias, sin pinches en el tren de lavado los pacientes no disponen de utensilios limpios con los que comer. Tampoco nos podemos olvidar de la empresa que lleva esos carros de comida a cada hospital para que pueda ser servido a los pacientes por los pinches que están en los hospitales. Con esto quiero decir, que todo es un trabajo en equipo, equipo que actualmente está dañado en muchos aspectos debido a la falta de comprensión, respeto y empatía hacia cada uno de esos trabajadores. A la dirección se le olvida los motivos por los que diariamente estamos trabajando, se le olvida que trabajamos por y para el paciente. Es un trabajo gratificante, puesto que somos un eslabón en la ayuda a la mejora de todos y cada uno de los pacientes que están ingresados en el hospital, no están ingresados por gusto, sino por necesidad. No se nos puede olvidar que si uno de los pacientes que está ingresado es familiar, seguro haríamos todo lo posible por complacerle y ayudarle, y lo mismo hay que hacer con el resto de pacientes, pero para eso nos tienen que permitir trabajar en condiciones. Esta cocina no es para que la organice un solo técnico, hay bastante trabajo y muchas incidencias que pueden surgir y surgen, abastecemos 5 hospitales (infantil, maternal, trauma, general y militar). En muchas ocasiones en la orden de trabajo nos ponen trabajadores que incluso están de vacaciones para rellenar el hueco, y ante esa situación es el técnico quien tiene que ir solventando tanto la organización interna como con el mal estar de los trabajadores por este acoso y derribo que se está sufriendo. Es mucho estrés el que se vive en esa cocina y si a ello se le suma la actitud de los superiores, actitud que deja mucho que desear para ocupar los puestos que ocupan, se comprende el aumento en bajas que se ha ido produciendo y que haya compañeros que no estén disponibles para que lo llamen para trabajar en virgen del Rocío. El trabajo no debe ser un castigo, debe ser motivador. Chicos, mucha fuerza y apoyo a todos y cada uno de los miembros que forman parte en esa cocina.
«Para controlar a un pueblo hay que conocer su miedo» ya lo dijo George Orwell en su libro en 1984. Está claro que la directiva de alimentación de Hospital Virgen del Rocío se lo ha leído y además lo aplica con los trabajadores, sólo les falta usar el látigo de épocas pasadas. Muchos y muchas lo hemos sufrido en propia persona y hemos decidido no estar disponible en éste hospital para no sufrir el miedo, la desgana de ir a trabajar y estar en una lucha continua de David contra Goliat ya que ellos tienen las herramientas para hacer pupa. Fuerza compañer@s !!!
Indignación de los trabajadores de la udad de alimentación del hospital universitario virgen del Rocío, apodado la cocina del infierno, por la noticia aparecida hoy, 24/04/2025, en el diario de Sevilla. Por supuesto agradecer a este medio de comunicación por hacerse eco de la problemática tan grave existente allí. No queda recogido el abuso y los «tonos altos de voz’ con los que son tratados y manifestado por muchos trabajadores (unas forma
suave de contarlo).
La plantilla componente es mayoritariamente joven Se desconoce que exista un plan de inversión en infraestructuras, más bien escasea el material frecuentemente y no se ven que les preocupen, las únicas inversiones en infraestructuras ha sido en su despacho y los de su equipo en los exteriores (pintura y luces nocturnas). Esta claro que inversión y soluciones no parece que sean su objetivo, si parece provocar el colapso del sistema para privatizar, el resto está a la espera que las visite para conocerlas, que eso no lo hace excepto cuando viene algún político, cargo del SAS o la foto de rigor en ocasiones que es entonces cuando no duda en bajar a las instalaciones de la cocina de visita. Los menús que conforman las dietas no se caracterizan por la calidad alimentaria y la calidad de nutrientes. Ya expresado por compañeros que son sus conocimientos culinarios los que intentan obtener un plato bueno de comer, la situación la transparencia debe de ser opaca porque los trabajadores no vemos los objetivos a lograr por este equipo directivo.
Por último, denunciar que de forma transparente, tal como es definido este equipo directivo, se manipulan y mienten a trabajadores para ser sometidos «dicen que voluntariamente» a una entrevista con jefatura de servicio y Subdirectora. Las preguntas que se están haciendo al personal de cocina de que les parece el menú y sí las raciones son igual ó más pequeñas me parece muy fuerte que pregunten eso, cuando son ellos los que tienen la información, y añadir también el no cumplimiento de la ley de protección de datos por el equipo de trabajo directivo (jefatura de servicio Responsables de personal, administrativo y jefatura de sección). Hecho que ha suscitado muchas quejas y que no han sido atendidas. Añadir también la existencia de muchos accidentes de trabajo resueltos a favor de la dirección, por el trato que nos dan.