Seis trabajadores de la Unidad de Alimentación del HUVR, que prefieren el anonimato por temor a las represalias del SAS, denuncian en EL LIBRE la situación insostenible que están viviendo. En este artículo, se revelan los tres primeros testimonios
Un empleado habla claro sobre los abusos que se están cometiendo en un área muy importante del Hospital Universitario Virgen del Rocío (HUVR): «Los trabajadores de la Unidad de Alimentación estamos al límite. Hay más bajas que nunca y no se cubren y se nos exige que, por necesidades del servicio, vayamos pasando de un puesto a otro bajo amenazas de apertura de expediente. Han tardado un mes en reponer una simple manguera en el tren de lavado, un mes que esa máquina ha estado trabajando sin limpiar a fondo y por la que ha pasado la vajilla de todos los hospitales del complejo Virgen del Rocío. No podemos más con la mala gestión».
Otra trabajadora de la Unidad de Alimentación del HUVR, con orgullo de pertenencia, da más detalles sobre la situación: «Hubo un tiempo en el que éramos referente por buenas prácticas, reconocidos y baluarte de la hostelería sanitaria andaluza. Hoy somos noticia por todo lo contrario. Es una política directiva de miedo, abuso, transgresora de la normas más elementales de trato y respeto a profesionales. Estigmatizados y maltratados».
«Es un grito de auxilio de todos los profesionales ante la política de abuso, miedo y desconocimiento que estamos sufriendo y que es de sobra conocida y silenciada por todos los actores implicados. Hablamos de absentismo laboral, hablamos de riesgos psicosociales, hablamos de salud mental… Acallarán otra vez esta denuncia, los profesionales no hablaran por miedo, seguirán vulnerando derechos, se seguirá normalizando el desmantelamiento, la amenaza de privatización, la rotura de la cultura de cuidados (nuestro cometido: cuidamos del bienestar alimentario de los enfermos) y queda verbalizado por la Dirección sin pudor ni vergüenza», añadió.
«Amenazas constantes, subidas de tono y faltas de respeto»
Otro empleado pone de relieve el opresivo ambiente que hay en la unidad: «Lo que estamos viviendo los trabajadores es inadmisible. Una jefa del servicio que ni siquiera se ha presentado a sus trabajadores después de año y medio en el cargo y que solo sabe transmitir por boca de aquellos que sí tienen acceso a ella que su intención es robotizar y privatizar la cocina, que los trabajadores de este servicio no tienen derecho a hablar y que solamente están aquí para trabajar siete horas haciendo lo que le digan sus responsables».
Este testimonio sube de tono al denunciar cosas muy graves: «Su responsable más inmediato, como es el jefe de sección, ya ha sido denunciado ante la Dirección del hospital varias veces por nosotros, los trabajadores, por sus amenazas constantes y sus subidas de tono y faltas de respeto. Una Dirección que solo sabe protegerlo como buen cachorro que está a su servicio y cumpliendo bien las ordenes. Las dos responsables del personal solo saben amedrentar a los trabajadores con amenazas y ataques directos, eso sí, en su despacho siempre con risitas entre ellas y sin ni siquiera bajar a ver la situación en la que nos encontramos, dándole siempre la razón a sus jefes y queriendo vulnerar todos nuestros derechos más básicos».
«Tenemos a nuestros responsables directos agotados, que se ven superados por la situación»
«Aquellos que damos el do de pecho cada día por los pacientes y por nuestro honor en el trabajo no podemos más. Tenemos a nuestros responsables directos agotados, que se ven superados por la situación; nosotros estamos reventados de realizar trabajos que corresponden a dos o tres personas y encima, estamos constantemente amenazados con la intención de querer quitarnos aún más derechos. El otro día fue la gota que colmó el vaso: un compañero intentó decirle a la Dirección personalmente la dificultad con la que trabajamos a diario y la reacción de la misma, sin ni siquiera mediar, fue llamar a seguridad del hospital para denunciar que la estaban amenazando e intentando agredir«, comenta este profesional.
«Lo que se está viviendo en este servicio es agotador, triste y denunciable. No podemos más. Eso sí, están cumpliendo con creces lo que le piden los jefes supremos que ocupan el Parlamento de Andalucía, como son Juanma Moreno y su cohorte: cargarse la sanidad pública andaluza», remarca.
Se puede decir más alto pero más claro imposible, tal cual lo habéis descrito estamos saturad@s y con la amenaza como habéis recalcado de privatizar la cocina del que ERA el Hospital referencia de Andalucía
Estas situaciones se originan desde el momento en el que se pone al frente de la Unidad de Alimentación a una señora con dilatada experiencia en la empresa privada y seis meses de paso por el Hospital de Valme para poder acceder al puesto que hoy ocupa. Una persona sin vocación de servicio y sin experiencia en Cocina Hospitalaria. Su único interés es abaratar costes y reducir personal. Mientras los jefes ven incrementada su productividad al subir la nota de la Unidad, a los trabajadores se nos baja la nota para justificar el recorte a nuestra productividad, que suman al recorte impuesto desde arriba por Moreno Bonilla y su panda de amiguetes.
Eso es lo habitual de estos gestores,que no lo hacen porque si,seguro que todo esto esconde privatizaciones, que es la manera de actúa de este gobierno, el desmantelamiento de lo público,como usuario es una pena de como funciona en general el SAS en todos los sentidos,como entre todos no nos tiremos a la calle a protecta por esto y por todo, estos políticos y ahí lo meto a todos no nos dejará de joder en los pilares fundamentales del bienestar,este es uno de ellos la sanidad