Esta profesional del Servicio Andaluz de Salud (SAS) explica en EL LIBRE las claves del aumento de ataques al personal de centros de salud y hospitales de Andalucía (un 19% más, de 1.564 en el año 2023 a 1.866 en 2024): «Los que gestionan sólo se miran su ombligo y su bolsillo. Si de verdad trabajaran por el bien de la comunidad, otro gallo cantaría»
La enfermera Yolanda, de Granada, pone de relieve que el aumento de las agresiones a profesionales sanitarios es un compendio de factores: «Por supuesto, la primera y principal es la mala gestión, porque no he visto las estadísticas, pero creo que las fechas en las que más se agrede a los sanitarios es en la época de alta frecuentación, es decir de octubre a febrero, que es cuando más se resfría la gente. Hay muchos virus y las urgencias se colapsan, porque ya la Atención Primaria está mal (falta de personal, citas que te las dan a los 10 días para que te pueda ver un médico…). ¿Y qué pasa que cuando llegas a unas urgencias? Que están desbordadas porque hay una gran afluencia de pacientes con fiebre, tos, patologías varias y llevan horas esperando y no lo llaman, el ambiente se empieza a caldear y los nervios empiezan a aflorar».
«El problema es que no se refuerzan las plantillas sabiendo que es alta frecuentación, es más, están evitando activar el nivel de alta frecuentación para no tener que contratar. Incluso aunque se disparen los casos por cada mil habitantes, como se hacía en la COVID», añade Yolanda.
La enfermera describe con detalle las situaciones que se están produciendo: «A todo eso le sumas que, si los pacientes o familiares se alteran porque no se les atiende, el personal sanitario, que es insuficiente, que está maltratado y que además está quemado por el sistema, provoca sufre más estrés laboral».
«La alta frecuentación se da cada año en la misma época… y no se pone remedio»
«Lo que me da vergüenza de los gestores es que saben que, al igual que la gente se va de vacaciones en verano, la alta frecuentación se da cada año en la misma época… y no se pone remedio«, agrega.
Y, ya para terminar, está el tema de que maltratar y agredir a un sanitario o a un trabajador público «sale muy barato». «Primero porque, ante el juez, los pacientes siempre van a tener el atenuante de que estaban en un estado de nervios, con lo cual ya lo justifica todo. Debería de haber alguna sentencia seria para que así se lo pensaran dos veces», denuncia Yolanda.
«Pero es más de lo mismo… Los que gestionan sólo se miran su ombligo y su bolsillo. Si de verdad trabajaran por el bien de la comunidad, otro gallo cantaría. Empezando por quitar el cobro de las productividades, que tampoco nos lo pagan completo, y dedicarlo a material, contratación de personal e investigación», apostilla la enfermera granadina.
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