El Sindicato Médico Andaluz denuncia las irregularidades del Servicio Andaluz de Salud en materia de Prevención de Riesgos Laborales (PRL)
El SMA constata en un comunicado que las sentencias judiciales no son respetadas por parte de la Consejería de Salud. «Un claro ejemplo es la más reciente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), en la que se declaró nula una determinada convocatoria, concretamente la de jefatura de una unidad de Prevención de Riesgos Laborales, la respuesta del SAS fue volver a convocarla en los mismos términos. Nos preguntamos si publican la misma convocatoria declarada nula», denuncia.
«¿Se podría considerar prevaricación? ¿Volvemos a denunciarlos por lo mismo? ¿La justicia puede considerar que el SAS se salta sus decisiones? No debemos caer en el juego del SAS, en materia de prevención de riesgos laborales, con su escrupuloso cumplimiento normativo«.
El sindicato se muestra rotundo: «Publican más de 30 procedimientos en esta materia para dar una imagen de sensibilidad hacia el tema, pero a la hora de implementarlos, los condicionantes y las trabas son tan numerosos que acaban por aburrir a las ovejas».
Por un lado, la PRL requiere de un presupuesto específico y realista que cumpla con la normativa vigente, de obligado cumplimiento para las empresas y la Administración desde hace más de 30 años. Sin embargo, «dicho presupuesto no existe en el SAS y se pretende lograr lo imposible. Parafraseando el refranero popular: con media docena de huevos se quiere hacer una tortilla de doce».
La PRL, «una molestia»
Por otro lado, suena muy bien y rimbombante la frase la cultura preventiva debe impregnar toda la organización. Pero, en la práctica, se queda solo en palabras. «La realidad diaria de nuestros centros, y del trabajo de nuestros compañeros, demuestra lo contrario. La Prevención de Riesgos Laborales se percibe, por parte de la Junta de Andalucía, como una molestia que usamos los sindicatos para exigir un trato «exquisito» con los trabajadores», agrega el SMA.
Estas afirmaciones se sustentan en «la falta de sensibilidad, ampliamente contrastada, a la hora de valorar los riesgos a los que están expuestos nuestros compañeros en su trabajo diario». Ejemplos de ello son las facultativas embarazadas o en periodo de lactancia, quienes deben hacer una peregrinación por las unidades de prevención para ser reconocidas como trabajadoras sensibles ante el riesgo de infecciones, el estrés de las guardias (nocturnidad) o jornadas prolongadas.
«Otro ejemplo son los compañeros sometidos a la sobrecarga asistencial cuando atienden consultas que superan los límites establecidos para una atención de calidad: 35 citas para el médico de familia y 25 para el pediatra de Atención Primaria. O a los facultativos del hospital cuando no se les reconoce su derecho a descanso de siete horas tras una guardia, si tienen una reducción de jornada por guardia legal. Incluso a los residentes, que cuando requieren adaptación del puesto de trabajo, ven amenazada la posibilidad de continuar su formación«, apostillan desde la organización sindical.
Comentarios recientes