El ministro de Sanidad, Salvador Illa, confesó no conocer la cloroquina, un fármaco que se probó hace 20 días en China con éxito en enfermos con coronavirus y que ha sido la gran palanca de la recuperación epidemiológica de ese país
Todos los días, el Gobierno le cuenta a la población que cumplan con su responsabilidad de quedarse en casa con todos los protocolos comportamentales añadidos. Todos los días, el Gobierno enumera la cantidad de efectivos militares desplazados, los cientos de miles de mascarillas distribuidas, los nuevos contratos de profesionales sanitarios… Pero el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha demostrado hoy un desconocimiento muy preocupante de los trascendentales avances que se están haciendo en otros países.
Un periodista preguntó sobre la cloroquina, un medicamento usado contra la malaria que ha demostrado ser muy eficaz en China para que los enfermos con coronavirus puedan reponerse. Es una información que llegó a España hace 18 días. Y Alemania y Estados Unidos ya están haciendo acopio de este fármaco. Pues bien, el ministro contestó: «No conozco el detalle concreto del fármaco por el que usted me pregunta». Una frase inquietante teniendo en cuenta que España tiene ya más de 20.000 contagiados y más de 1.000 muertos. ¿Se están haciendo bien las cosas? ¿Se puede permitir este país a un ministro de Sanidad que no conoce una información tan crucial para el combate de la enfermedad?
Un estudio, clínico llevado a cabo en febrero en 10 hospitales en China, ha mostrado que la cloroquina reduce los efectos de la neumonía asociada al COVID-19
Estudios in vitro han mostrado que la cloroquina bloquea la capacidad infecciosa del COVID-19 a concentraciones micromolares bajas. Un estudio clínico, llevado a cabo en febrero en 10 hospitales en China, ha mostrado que la cloroquina reduce los efectos de la neumonía asociada al COVID-19, mejora el resultado de las tomografías torácicas, ayuda a negativizar el virus y acorta el curso de la enfermedad.
Tras haber tomado muy tarde la decisión de decretar el Estado de Alarma, el presidente Pedro Sánchez debería llamar al orden a su ministro y pedirle responsabilidades al haber quedado en evidencia ante el mundo por el desconocimiento mostrado en un tema tan relevante. El pico de la curva todavía queda lejos y los gobernantes deben estar a la altura de este momento tan difícil. Si a China le ha ido bien con la cloroquina y dos países tan poderosos en investigación con recursos propios, como son Alemania y Estados Unidos, han decidido apostar por este fármaco, ¿por qué no se compran miles de cajas de ese medicamento para los españoles, aunque se mantengan las investigaciones autóctonas? ¿Cómo es posible que todo un ministro de Sanidad esté de espaldas a estos avances en otros países que están salvando vidas?
Se apuesta por el remdesivir
En lugar de pasar a la acción con un medicamento esperanzador que dice no conocer, Illa ha declarado hoy que «vienen los peores días» de la pandemia. «En los próximos días podremos garantizar un abastecimiento estable. Nuestra labor es organizar la producción y conocer los stocks para que el material esté disponible donde haga falta», señala Illa, que recibió la queja del consejero de Salud de la Junta de Andalucía, Jesús Aguirre, por requisar en Jaén 150.000 mascarillas y dejar desabastecida la región hasta que llegue una nueva remesa.
Salvador Illa no conoce las bondades de la cloroquina, pero asevera que la Asociación Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha autorizado dos nuevos ensayos clínicos con «una molécula nueva llamada remdesivir, indicada para pacientes con enfermedades respiratorias graves o moderadas». Aquí también se empieza a trabajar tarde, porque el 6 de febrero de 2020, comenzó un ensayo clínico con remdesivir en China. El medicamento se usó también como terapia antiviral experimental en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Lazzaro Spallanzani en Roma para tratar a una pareja de turistas chinos afectados por COVID-19 el 3 de febrero.
En estos ensayos con remdesivir participan tres hospitales (La Paz, Clinic y Cruces) y se sumarán Vall D’Hebrón, 12 de Octubre, Alcalá de Henares, Ramón y Cajal y el Carlos Haya de Málaga, único andaluz en el equipo. «El resultado puede conocerse en unos meses», añade el ministro.
Además, el Gobierno está colaborando en el proyecto internacional Solidarity, un gran ensayo global con el fin de medir la eficacia de los tratamientos que se están usando en estos momentos. Y la AEMPS mantiene contactos para «evaluar posibles nuevos usos para medicamentos existentes».
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