Existe una categoría profesional en el Servicio Andaluz de Salud de la que muchos de ustedes no tienen conocimiento. Se llama monitor ocupacional en salud mental y desarrollamos nuestro trabajo, generalmente, con pacientes de trastorno mental grave
¿Saben ustedes que es un trastorno mental grave? Quizás lo interioricen como cuando un familiar suyo tiene un accidente de automóvil o laboral y, al llegar a Urgencias, preguntan: «¿Cómo está mi padre o mi madre o mi hermano? Y le contestan: «Grave».
Pues esto es igual y somos nosotros los que estamos trabajando con ellos, los monitores ocupacionales y más profesionales también… pero a nosotros, al ser tan pocos, se nos ignora.
¿Saben lo que es un monitor? ¿Han visto esos aparatos encima de la cama que pitan e indican las constantes vitales y que son muy incómodos pero imprescindibles? Pues eso somos nosotros, monitores que monitorizan a estar vivos, a vivir, que observamos e indicamos cuando la cosa va mal, cuando el paciente se va, que se puede ir y que puede no volver nunca más… Porque del trastorno mental grave también se muere y se sufre y se tira uno desde un sexto o de la vía del tren o se intoxica hasta decir adiós. Y, en ocasiones, en muchas, un monitor al lado evita que eso suceda, contribuye con su esfuerzo laboral, personal y mental hasta agotarse en evitar cosas así. Es agotador porque en Andalucía somos poco más de 100.
Pero, con un monitor al lado, también de eso se sale. El paciente de trastorno mental grave, gracias a la colaboración de todo un equipo multidisciplinar a su lado, incluyendo al monitor, tira para adelante, se casa, retorna a su trabajo o lo inicia en la condiciones que pueda, con las capacidades que tenga. Y se mantiene y vive con sus crisis igual que un diabético o un cardiópata pero, sí, vive y disfruta de su vida como cualquier ser humano y hasta encuentra que su soledad se siente acompañada.
¿Han pensado que solo hubiera 100 monitores sobre las cabeceras de todos los enfermos graves de cualquier patología en toda Andalucía? ¿Se han imaginado el resto de profesionales el corre corre de un lado para otro si no existieran los monitores que hacen piiiiiiii?
Pues esa es nuestra situación. Después de más de 35 años trabajando, todavía hay quien lleva toda su vida en salud mental y aun no se ha enterado de que trabajamos junto a ellos.
Una profesión fundamental y, a la vez, sorprendentemente menospreciada
Estamos en manos de muchos profesionales que vienen y nos manosean, aprietan nuestros botones, deciden nuestras funciones, piden lo que necesitan del monitor, igual que del que está colgado en la pared y, cuando no funciona o se retrasa o hasta incluso se agota provocando la impaciencia del profesional de turno, plas, manotazo como a las teles antiguas y échate a andar, que hay que tirar del paciente, que oiga ruido, que se entretenga al menos… Y entonces te sientes utilizado, menospreciado, minusvalorado, pero con una responsabilidad inmensa de la que el resto de profesionales se ha olvidado porque no existes, no eres visible… Eres un cacharro, un payaso que entretiene o un superman/ana que debe tirar para adelante con talleres repletos de pacientes donde no se sabe en qué lugar aparcar. Sí, aparcar, porque no hay que ser hipócritas: en esta sociedad anunciamos a bombo y platillo un teléfono donde llamar para prevenir el suicidio… ¡para 46 millones de españoles! Cuando no nos gastamos ni un euro en una verdadera rehabilitación psicosocial, que aun existe, que creemos en ella y que es cierta como que hay sol. Y el monitor ocupacional se deja la piel en ello, hasta cuando después de trabajar cuatro o más años con un paciente, éste decide irse sacando alas que no tiene y volando desde un puente o desde el Tajo de Ronda. Y tú te enteras a las ocho de la mañana del día siguiente, te tragas tu dolor, te tragas tu llanto porque, si miras a tu izquierda, tienes una sala llena de otros muchos pacientes esperando a que les ayudes a vivir.
Un grito de rabia, de dolor, de lucha por una sanidad pública
Igual les parece que este escrito es un ejercicio de catarsis. Error. La catarsis la hago donde debo desde hace años. Este escrito es un grito de rabia, de dolor, de lucha por una sanidad pública, para todos… hasta para nosotros, que también comemos. Como los monitores de la pared que se alimentan de electricidad, nosotros nos alimentamos de euros, no de miseria. Nosotros nos gastamos nuestro dinero en formarnos, en estar preparados para monitorizar cada día más y mejor, porque resulta que también somos tan profesionales como el que más, tan eficaces… Y más de 35 años nos avalan, como para que nuestra dignidad profesional en forma de categoría profesional de Técnico en Integración Social, cuya orden fue aprobada hace años y aún duerme en un cajón de no se sabe qué consejería, no se haga efectiva de una vez.
Solicitamos y merecemos nuestro reconocimiento de funciones, nuestra dignidad profesional en la categoría que nos corresponde
Solicitamos y merecemos nuestro reconocimiento de funciones, nuestra dignidad profesional en la categoría que nos corresponde, el sueldo que conlleva realizar una labor como la nuestra y no solo silencio. El resto, que no es más que el respeto de nuestros compañeros, el importantísimo reconocimiento de nuestros pacientes y la dignidad con que realizamos nuestra profesión, eso nos lo ganamos cada mañana, cada día cuando en cualquier pasillo.
En cualquier rincón se oye decir: «¿Dónde está el monitor?»; «te toca taller con el monitor»; «¿qué vamos a hacer hoy, monitor, porque esta lloviendo?». Y entonces el monitor se hace uno y se descuelga de la pared: «¡Pues sacar el paraguas, como todo el mundo, carajo, y a la calle!». Y se integra en un grupo de trastorno mental grave que lo único que pide es integración, poder dormir en paz, reír, tener un nombre y que se le reconozca, que se le respete y, de paso, que se le dé mucho cariño, que igual hasta lo necesita.
Repito, esto no es catarsis, esto es un grito.
Chapó 💪💪💪💪💪
Gracias Andrés en nombre de tod@s los monitores de todos los dispositivos del SAS.
Gracias Andrés, te quedó que ni el grito de Munch. 👍👍
Es importante hacer visible y reconocer a todas las categorías, pero no crear confusiones, hay que trabajar en equipos multidisciplinares que se encuentren todas las categorías.
En el SAS la categoría esta catalogada solo como «Monitor» y no como indica en el titulo del articulo; dentro del SAS esta la categoría «Terapia Ocupacional» que es grado universitario socio-sanitario, estando en distinta categoría profesional que los «Monitores» que como indica en el articulo deberían ser todos Técnicos de Integración social que es una formación profesional de grado superior sociocomunitaria, cada profesión con sus funciones y competencias diferentes y que deben trabajar en equipo.
Gracias Andrés, por visibilizar, excelente articulo