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En el antiguo Egipto se momificaban animales para obtener el favor del dios de turno.

Cultura, Religión

El anhelo de la eternidad en el antiguo Egipto

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Los egipcios pensaban que una persona fallecida podía vivir en la eternidad si tenía un soporte físico donde podía vivir su alma. Eso se aplicaba también a los animales

Con frecuencia, se momificaba a las mascotas que se amaban para que pudiesen vivir a la otra vida. Tutmosis, por ejemplo, fue enterrado con su gata momificada. Eso no significaba que los egipcios adoraran a los animales, al menos hasta la Baja Época. Es algo que se fue haciendo poco a poco. Por ejemplo, con los hipopótamos que fueron causa de la guerra de liberación contra los hicsos.

Una gran parte del panteón egipcio se compone de dioses, cuya representación es zoomorfa, pero esos dioses no son animales, sino que tienen características de esos animales. Horus vuelta alto como un halcón y Hathor es una diosa que escucha, por lo que tiene orejas grandes de vaca. Las influencias religiosas egipcias suavizaban estas características en otras culturas, pero dejaban lo esencial. Por ejemplo, el tartésico Bronce Carriazo mantiene las orejas muy visibles, influencia de Hathor, pero humanizadas.

La evolución teológica de Egipto hizo que en los templos de esos dioses que, al tener características de animales, se representaban como ellos, se hiciesen ofrendas de animales que representaban a esa divinidad.

Se creó un negocio muy lucrativo

Las primeras ofrendas eran estatuas de animales, pero eso era muy caro, por lo que se sustituyeron por animales criados en el templo y momificados por el propio templo, con lo cual el negocio era directo y sin intermediarios.

Los fieles pagaban a los templos por la ofrenda al dios de un animal que representaba al dios. Debía ser un negocio muy lucrativo porque, bajo el inmenso cementerio de Menfis, discurren kilométricas galerías de catacumbas repletas de animales momificados.

Existían sacerdotes deshonestos, ya que se ha descubierto que muchas de las jarras que debían contener un halcón momificado estaban llenas de arena o de desechos, razón por la que el pobre devoto no habría recibido el favor del dios.

Procedimientos industriales

A medida que esta práctica religiosa fue alcanzando gigantescos volúmenes que requerían procedimientos industriales, el resultado fue menos cuidado. El Serapeum tiene monumentales galerías de toros Apis.

También se encontraron galerías de babuinos en varios niveles, por debajo de los seis metros de la superficie de la arena. Sus enterramientos se encontraban a ambos lados de una especie de avenidas forradas con fina caliza blanca de Tura.

Estaban dispuestos en nichos a un metro del suelo de la galería. Conectando con éstas, se hallaron otras galerías, repletas de suelo a techo, que albergaban los restos momificados de miles de ibis, que antes se esculpían en piedra y bronce. Asimismo, se hizo el hallazgo de los enterramientos de gigantescas cantidades de halcones, cuyas momias se habían introducido en recipientes cerámicos que se amontonaban por cientos de miles, a ambos lados de los largos túneles.

Un halcón momificado.

Estas auténticas catacumbas de animales pertenecen, en su mayoría, a la época ptolemaica y, en realidad, eran el complemento al santuario de un dios asociado a una forma animal.

El templo del Bubasteion estaba dedicado a la diosa gata de Bubastis, Bastet; el Anubeion, santuario del chacal Anubis; las galerías de los ibis y babuinos dedicadas a Thot, de cuyo santuario dependían, y las de los halcones que estaban bajo los auspicios del sacerdocio de Horus.

Un gato y un ibis del antiguo Egipto.

A estos templos acudían los fieles que, esperando una gracia del dios de su devoción, ofrecían un enterramiento digno al animal sagrado santamente fallecido. Pagaban su óbolo a los sacerdotes y éstos procedían a la momificación y preparación de la ofrenda del animal.

Tanto en las autopsias efectuadas a los gatos momificados como de aves, se ha sabido que, en su mayoría, se trataba de ejemplares sanos y jóvenes, por lo que hace podrían haber sido criados en cautividad para su posterior sacrificio. Se les rompía el cuello o eran estrangulados.


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Un comentario

  1. M. Reyes Fdz Loaysa

    Muy interesante, buen trabajo de divulgación y muy preciso en datos históricos según me comenta mi hermana menor, que es la que sabe de estos temas en mi familia. (ya jubilada, por anticipado, pero jubilada)

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