En el anterior artículo, alertábamos de los funestos resultados de una educación o muy autoritaria o muy permisiva. Al pensar esto, me ha venido a la mente una frase de Pitágoras (569-475 AC): «Educad a los niños y no tendréis que castigar a los hombres»
Para que sirva de aviso y apoyo a padres y jóvenes, expondremos algunos de los que se pueden considerar factores de riesgo. Los hay individuales y sociales; su conocimiento servirá de prevención.
Factores individuales
- Las edades de mayor riesgo están plenamente dentro de la adolescencia, 13 a 18 años. Pero montemos la guardia más temprano, ya que el inicio al consumo de tabaco se puede situar poco antes de los 13 años, y el de alcohol, hacia los 13 y medio.
- Características de personalidad. Falsa autosuficiencia (yo sé lo que hago, yo controlo); cubrir su inseguridad (si bebo seré capaz, tengo más confianza en mí, soy capaz de ligar); necesidad de autoafirmación (pruebo la droga o bebo para ser como algunos adultos que triunfan); llamada de atención (así soy alguien); identificarse con el grupo (bebo y fumo porque mis amigos lo hacen, no voy a ser distinto); falta de autonomía (necesitan siempre quien le marque el camino, dependen de otros, no saben organizarse, poca o ninguna iniciativa).
- Consecuencias del sistema educativo familiar. Escaso sentido crítico (no distinguir o valorar lo bueno y lo malo, lo conveniente o no); baja autoestima (sin confianza en sí y en sus capacidades, son muy influenciables); bajo autocontrol (se deja llevar por sus apetencias, no rechaza lo que le ofrecen o dicen a pesar de saber que no es bueno, no prevé las consecuencias de sus actos). Las consecuencias de este apartado, y otras, se deben a modelos de familias de padre/madre superprotectores, excesivamente exigentes, muy ocupados o muy permisivos. O ellos mismos son modelos no aconsejables.
Factores sociales
- La escuela. Si no se ha producido una adaptación normal y buena integración o si hay acoso escolar. En estos casos, la exclusión por parte de los otros escolares dificulta en el sujeto el desarrollo de la personalidad equilibrada, ya que aumenta la inseguridad y la ansiedad y disminuye la autoestima. Otro dato en el ámbito escolar es el bajo rendimiento o fracaso escolar, o la ausencia de motivación: darán lugar a desvíos de conducta, buscando otros caminos.
- El grupo de amigos. El consumo de drogas o alcohol en los adolescentes se lleva cabo, casi siempre, en forma grupal y en fin de semana. A veces, los adolescentes dependen casi exclusivamente del grupo, porque no encuentran solución a sus problemas en casa por falta de disponibilidad de sus padres, por ausencia de comunicación con ellos.
- Influencias de la publicidad con sus, a veces, técnicas engañosas que inducen al consumismo. El uso o abuso de la TV, del ordenador y de los móviles. La verdadera batalla contra los factores de riesgo, con grandísima posibilidad de éxito, está en manos de los padres en cada familia. Y ello no es un secreto: se trata de con-vivencia con los hijos, mucho diálogo con ellos, compartir actividades como jugar, cocinar, leer, ver la tv juntos, contarse todo con confianza, tener un deporte en común… Las madres suelen tener un olfato especial para todo esto. Por favor, no me hablen de tiempo, porque siempre comprobarán que el que dedican a sus hijos es el más rentable que se conoce.
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