José Luis Garci cumplió el pasado sábado 20 de enero 80 años. Un hombre que es atemporal y eterno. Que no tiene móvil ni ordenador, pero que mueve sus meninges en fotogramas que son cuadros perfectos con una luz nada crepuscular
Garci es el Greco que nos muestra la realidad de una manera que la bebemos como el mejor vino griego. Uno se bebe a Garci con la tranquilidad de que te va a sentar bien. Da igual que hable de cine, fútbol o boxeo. Transmite la paz de los que saben de lo que hablan, pero que no se dan importancia. Eso se lo deja al resto de fantoches que tanto proliferan ahora. Todo el mundo sabe de todo, incluso los tertulianos, los más tontos de todos.
Garci es un clásico porque no hay otra manera de no pasar de moda. Su modernidad y elegancia nacen de su estética tan cuidada como casual. Barba de tres días, llevar ropa de invierno o complementos de esta época diez meses al año, ser friolero puede que sea su secreto de belleza que le hace tener el mismo aspecto que hace veinte años. Lo que no se congela es su cerebro, las ideas le queman en la cabeza, un incendio de imágenes que hace cine de la vida.
Hizo de Gijón una ciudad oscarizada. Umbral dijo que Madrid era un género literario y Garci la convirtió en una ciudad cinematográfica. Hacer crack con la ciudad para hacer con esos pedazos un lugar más compacto que nunca. La Gran Vía jamás estará más colorida que en el blanco y negro de su cámara. Y su Gijón del alma se muestra señorial, elegante, tranquilo, sabio, como los demás le vemos a él.
Garci disfruta hablando de cine. En su casa, en el Retiro, en la radio, en la televisión. También lo hace hablando de fútbol o boxeo, en definitiva, de la vida. El mejor conversador es el que espera a hablar cuando le toca y mientras tanto escucha sin interrumpir. Que sean otros los que emborronen el cuadro o lo vayan llenando de pensamientos abstractos. Cuando le toque a Garci, sabrá dar esa pincelada exacta, sutil, totalizadora.
Pero Garci sobre todo es un gran escritor, guionista de películas propias y ajenas, de series de televisión. Escritor de novelas y de relatos cortos, como ese maravilloso libro que es Insert coin. Además de haber ganado todos los premios prestigiosos del periodismo escrito y, por tanto, ser un articulista maravilloso. Humildad, trabajo, elegancia y talento, y todo ello siendo del Atlético de Madrid, pero no antimadridista.
Espero que me contagie alguna de sus muchas virtudes, pero siempre sufriré la enfermedad zaragocista. En la vida hay que intentar disfrutar y el fútbol no deja ser medicina paliativa, quizá la mejor, pero las mejores películas y partidos son en los que puedes tocar a las actrices y a los jugadores. La mejor realidad es la que viene ficcionada por nuestra cabeza y no sabemos diferenciar. Garci quijotea feliz siendo él el que se escribe a cada instante. Y es esta sociedad distópica la que hace tiempo que se quedó manca.
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