Las autoridades de Marruecos han elevado a casi 2.500 el balance provisional de fallecidos por el terremoto que sacudió la zona centro del país el viernes por la noche, si bien no se descarta que la cifra pueda seguir aumentando por el elevado número de heridos y la búsqueda de más posibles víctimas entre los escombros
En concreto, el Ministerio del Interior tiene registrados hasta este lunes 2.497 muertos y 2.476 heridos por el seísmo registrado en la región del Alto Atlas, cerca de Marrakech. Sólo a la provincia de Al Hauz corresponden más de 1.400 víctimas mortales, mientras que en Tarudant han perecido más de 760 personas, según el recuento oficial. La Unión Europea ha mandado ya una primera ayuda de un millón de euros para los damnificados del terremoto.
Desde Bomberos Unidos Sin Fronteras España se ha enviado un contingente humanitario compuesto por 13 bomberos, de los cuales tres son bomberos municipales de Huelva y uno del Consorcio Provincial, más cuatro perros de rescate equipados con material de desescombro y salvamento. Además, y teniendo en cuenta que este dispositivo tiene que ser lo más polivalente y autónomo posible para poder afrontar todas las fases que se presentan en un rescate de estas características, cuentan en su equipo con material sanitario para que el personal de la unidad médica pueda estabilizar a las víctimas que se localicen.
Por su parte, el presidente de Bomberos Unidos Sin Fronteras, Antonio Nogales, ha concretado que, en estos casos, «la rapidez a la hora de actuar es crucial». En este sentido, el representante de los Bomberos Unidos Sin Fronteras ha concluido afirmando que va a ser una actuación complicada por la extensión de la zona afectada, «que sabemos que es muy amplia y difuminada, ya que el terremoto ha sido muy potente».
«Conocí a una profesora, con todos los niños que estudian con ella muertos»
«Muy triste» y «con miedo». Así han definido su experiencia los pasajeros del vuelo procedente de Marrakech que ha aterrizado este lunes por la mañana en el Aeropuerto de Valencia, después de ser testigos en primera persona de los estragos causados por el fuerte terremoto que sacudió Marruecos el pasado viernes.
«Hay pueblos en los que todo está caído y solo queda una mezquita y algunas casas. Hay muchos muertos. Conocí a una profesora, con todos los niños que estudian con ella muertos. Más de 30″, ha relatado Hamid a Europa Press Televisión a su llegada a Valencia.
Llegó a Marruecos hace 15 días y, al final de su viaje, pudo ver los daños causados por el seísmo. Ha explicado que muchas personas están durmiendo en la calle y que la población está proporcionando comida a las víctimas que lo necesitan.
Por su parte, el valenciano Betto García llegó a Marruecos justo el mismo día del terremoto. Nada más aterrizar, mientras pasaba por controles del aeropuerto, empezó el primer temblor y se fue la luz. «No sabíamos realmente qué pasaba, era un estruendo muy grande y la policía empezó a gritar que nos fuéramos. El aeropuerto estaba completamente a oscuras, salimos corriendo y no sabíamos si había sido un atentado, un avión que se había estrellado o un derrumbamiento», ha explicado.
García sintió «miedo» pero «no fue consciente de la magnitud de lo que había ocurrido» hasta después, conforme consiguió un taxi y se acercó a la zona de la Medina, la zona antigua de la ciudad, donde se encontraba el riad en el que se iba a alojar. «Estaba la gente durmiendo en la calle, la gente con las maletas, había heridos y muchísimos escombros, sobre todo en la entrada de la Medina, que era un caos. Nada más llegar el dueño de la riad me dijo que no podíamos dormir dentro y dormimos todos en un parking esa noche», ha detallado.
A partir de entonces y durante su estancia, mantenía la maleta preparada por si tenía que volver a salir. También acudió a Fundación Madrina -de protección a la infancia- por si podía prestar alguna ayuda.
Betto García ha indicado que «el sentir es triste» y ha destacado la solidaridad de la población marroquí y cómo se ha unido frente a la catástrofe. «Se ayudan muchísimo, porque por desgracia no tienen ayudas de su gobierno. No he visto ningún tipo de militares ayudando en la zona del Zoco, supongo que estarán en los pueblos, eso espero», ha comentado.
El viajero ha explicado que el taxista que le ha llevado al aeropuerto para su regreso le ha contado que «se ha quedado sin ropa para este invierno porque ha metido toda la suya y de sus hijos en 14 cajas, que iban a mandar a los pueblos de las afueras porque había aldeas que se habían quedado con cuatro habitantes y pueblos cuya población había pasado a la mitad».
«Yo no me puedo quejar -ha añadido-, soy una afortunado porque ahora mismo estoy aquí, pero el percal que se queda allí es tremendo y viven del turismo. Se están recuperando a pasos agigantados. El sábado estaba todo destrozado, la zona del Zoco y tal, pero ayer domingo ya empezaron a abrir comercios y ya están peleando al máximo para que, en una semana o dos, pueda estar todo lo más restablecido posible».
Otro de los pasajeros aterrizados este lunes es Abdul, que se encontraba cerca de Marrakech, pero no llegó a ver las zonas afectadas, aunque ha seguido la catástrofe por las noticias. «La gente tiene miedo, tenemos miedo«, ha manifestado.
También ha coincidido en el aeropuerto un joven marroquí que iba a tomar un vuelo con destino a Tánger, al norte del país y que no se ha visto afectada. En las últimas horas ha podido hablar con amigos que viven en las zonas dañadas: «Cuentan cosas muy tristes, esperemos que esto se pase rápido y que no haya más movimientos».
«Es muy triste para las familias. Hay gente que ha perdido a su madre, a sus hermanos…«, ha lamentado. Además, ha explicado el sufrimiento también para las personas que viven en España y tienen allí a sus familiares. «Estamos todos afectados», ha comentado.
No se modificará la Operación Paso del Estrecho
España y Marruecos no tienen previsto modificar la Operación Paso del Estrecho (OPE), que termina el próximo 15 de septiembre, con motivo del terremoto que afectó al país vecino el pasado viernes por la noche y que ha dejado ya 2.500 fallecidos, según ha confirmado a Europa Press la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, que coordina la operación.
La Operación Paso del Estrecho comenzó el pasado 15 de junio y terminará el 15 de septiembre. Se trata del mayor movimiento migratorio entre Europa y África para el que España dispone 18.593 agentes de Policía Nacional y Guardia Civil, a los que hay que sumar otros 648 efectivos en servicios especiales en los puertos de embarque.
Este verano, el Ministerio del Interior ha desplegado un total de 19.441 agentes policiales, lo que supone un incremento del 21,4 por ciento respecto al desplegado en 2022 para que miles de ciudadanos de origen magrebí atraviesen España para ir a y volver de sus países de origen durante el período estival.
El dispositivo de seguridad está formado por 18.593 agentes (4.520 de Policía Nacional y 14.073 de Guardia Civil), a los que hay que sumar 648 policías destinados en los puertos y fronteras de Valencia, Alicante, Almería, Málaga, Motril, Algeciras, Tarifa, Ceuta y Melilla. Además, en el dispositivo de seguridad participan también las policías locales de las localidades con puertos de embarque.
Durante 2022, el primer año después de dos años suspendida, cruzaron el Estrecho, de ida o de vuelta entre ambos continentes, 2.912.283 pasajeros y 695.487 vehículos.
Este mismo domingo, 10 de septiembre, cruzaron el Estrecho 21.592 pasajeros y 4.924 vehículos y a falta de cuatro días para concluir la OPE, han pasado 1.573.588 personas en 368.433 vehículos.
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