Inhalar y exhalar humo es un factor de riesgo, un ventilador que facilita el contagio por coronavirus. Los expertos apelan a la responsabilidad y al compromiso social para que los fumadores dejen de fumar o, en su defecto, respeten escrupulosamente la distancia social, reduciendo al mínimo la práctica de esta droga legal en la calle
Están ahí. Acechando y utilizando la excusa de que esta droga legal entra por un orificio que no puede ser tapado (boca) para andar por la calle sin mascarilla. Son esa clase de fumadores irrespetuosos (los habrá que respeten escrupulosamente las normas, pero hay muchos que se las saltan a la torera) que pululan por el mundo, por España, por Andalucía, sin miramiento alguno con el prójimo cuando cada día siguen muriendo cientos de personas por la maldita Covid-19. No importa cuántos informes saque la OMS para concienciar. No importa que los médicos alerten públicamente una y otra vez sobre el peligro extremo de inhalar y exhalar humo, de que la nicotina se encuentre con el Sars-Cov-2 dentro un organismo y, juntos, penetren en los pulmones de otro individuo que corra el riesgo de morir. Nada importa en esta sociedad en la que abundan los ignorantes, los irresponsables y los egoístas. Pero aquí está el periodismo para recordar la cruda realidad una vez más.
El consejero de Salud, Jesús Aguirre, tampoco ayudó a la causa cuando quiso quitarle importancia al tema del tabaco. Menos mal que salió al paso un experto de la la Sociedad Española de Patología Respiratoria para contradecirle rápidamente y Aguirre tuvo que recular: «Al fumar y exhalar el humo, ya sea tabaco convencional o dispositivos electrónicos, se expulsan diminutas gotitas respiratorias que pueden contener carga viral y ser altamente contagiosas».
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año. Más de siete millones de esas muertes se deben al consumo directo del tabaco y aproximadamente 1,2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores.
Los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19 en comparación con los no fumadores
Fumar tabaco es un factor de riesgo conocido en muchas infecciones respiratorias que aumenta la gravedad de este tipo de enfermedades. Tras revisar diversos estudios, un grupo de expertos en salud pública reunido por la OMS el 29 de abril de 2020 estableció que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer Covid-19 en comparación con los no fumadores.
La Covid-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. El tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. El consumo del tabaco es, además, un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias y la diabetes. Y las personas que padecen esas enfermedades tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por la Covid-19. Los datos de investigación disponibles hasta la fecha parecen indicar que los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa de la COVID-19.
Los tratamientos de sustitución con nicotina, como los chicles o los parches, están pensados para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. La OMS recomienda a los fumadores intentar dejar de fumar lo antes posible mediante métodos de eficacia comprobada, como líneas de atención telefónica gratuitas para ese fin, programas que se basan en mensajes de texto por móvil o tratamientos de sustitución con nicotina.
A los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la disnea.
La OMS subraya la importancia de que los gobiernos realicen estudios sistemáticos, de gran calidad y éticamente aprobados que contribuyan a mejorar la salud individual y pública.
Galiana: «Esta infección es más grave en sujetos fumadores»
El doctor Javier Galiana, tesorero de la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo (SEDET) y miembro del Comité Nacional de Prevención Tabaquismo (CNPT), se muestra taxativo con este asunto: «En el brote de Mers-Cov (Síndrome Coronavirus Respiratorio del Mediano Oriente), que se produjo en el año 2012, el consumo de tabaco se identificó como un factor independiente para padecer la infección. Ahora, estudios recientes sugieren que los fumadores tienen un mayor riesgo de infectarse por Sars-Cov-2, que es el causante de la Covid-19, y además tienen un mayor riesgo de padecer esta enfermedad con mayor severidad. Queda totalmente demostrado que esta infección es más grave en sujetos fumadores que en aquellos que no lo son».
Además, el uso de sistemas electrónicos (conocidos como cigarrillos electrónicos, e-cigs o vapeadores), los productos del tabaco calentado y la exposición pasiva al humo del tabaco «exponen a los usuarios a partículas y a tóxicos que generan interacciones en el mecanismo de defensa respiratorio similares a las producidas por el tabaco combustible«, agrega el doctor Galiana.
La ansiedad, mal compañero de viaje en plena pandemia
Un 40 % de los fumadores asegura haber consumido más tabaco desde que empezó la crisis de la Covid-19, según una encuesta de Top Doctors, una plataforma en línea para contactar con especialistas médicos de la sanidad privada.
En un comunicado, Top Doctors señala que la encuesta también indica que aquellos que se consideran fumadores habituales o sociales afirman estar fumando el doble, y hasta el 20 % de los casos declara «no saber calcular la cantidad de cigarros adicionales».
El jefe del servicio de Neumología del Instituto Universitario USP Dexeus y miembro de Top Doctors, José Felipe Coll Klein, ha destacado que, «en aquellos fumadores con un carácter más ansioso, la repercusión del confinamiento en relación con el consumo del tabaco es más alta de lo habitual”.
«El confinamiento nos ha llevado a situaciones casi límites, y esto puede haber favorecido en algún caso la vuelta al tabaco», añadió.
El 78 % de ex fumadores indica tener totalmente superada la adicción al tabaco. Un 16 % confiesa haber pensado en él durante el confinamiento y 8 de cada 10 asegura haber superado la tentación.
La situación personal y profesional puede haber sido un desencadenante para todos aquellos ex fumadores que han vuelto a fumar, pues prácticamente dos de cada tres que aseguran haber sucumbido durante el confinamiento se encuentran en situación de ERTE o paro en estos momentos.
En este sentido, la Universidad de California, ubicada en San Francisco (Estados Unidos), ha hecho un estudio en el que se apunta que el riesgo de desarrollar un cuadro médico grave en pacientes de Covid-19 es el doble entre los fumadores y ex fumadores, lo que en España implica casi un cuarto de la población, según las cifras de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria.
Por último, la encuesta muestra que la ansiedad (36%), el cansancio, la pereza (36%) y la tristeza (35%) son las sensaciones experimentadas con mayor frecuencia durante la cuarentena.
Mano dura
Después de todos estos datos, una conclusión con el corazón en la mano: hace falta mano dura para prohibir y sancionar fuertemente las reuniones-fiestas-celebraciones de personas de todas las edades (no solo hay irresponsables entre los jóvenes), porque la siguiente fórmula, ribeteada con tabaco, es la que más puede propagar el virus y hay que evitarla a toda costa en esta alarmante coyuntura:
Reunión de más de 6 personas + tabaco + alcohol + varias horas sin mascarilla hablando y gritando + espacio cerrado (sin distancia social).
Nos va la vida en ello.
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