Los signos primeros de presencia humana en el lugar geográfico de la actual Barcelona están datados en el año 2.500 a. C.; quedaron algunos restos de poblados íberos en Montjuic, en donde precisamente ubicaron luego los romanos un pequeño poblado fortificado en 218 a. C., siendo en la llanura comprendida entre el Tibidabo y Montjuic donde se fundó la que fue la Barcino romana
Durante un tiempo su crecimiento fue algo lento. Es comprensible, pues por razones históricas, el Imperio Romano, algunas ciudades y sobre todo Tarraco, acaparaban más notoriedad, especialmente esta última por ser la capital de la Provincia Tarraconense.
A partir de entonces, siguiendo el curso de la historia de Hispania (llegan los visigodos, la invasión musulmana, la reconquista…). En el año 718, los musulmanes han de retroceder en la zona nororiental ante la llegada de los francos y Barcelona queda convertida como avanzadilla indiscutible de la Marca Hispánica del Imperio franco.
En el siglo IX, Wilfredo el Velloso, de quien se piensa que es creador de la actual bandera catalana, recibió de su padre el título de Conde de Barcelona y logró que fuera hereditario. Algo después, en el año 988, el Condado de Barcelona logró la independencia del Imperio Franco y, desde la unión de Cataluña con Aragón, tuvo un gran auge, de modo que, en los siglos XII y XIII, la ciudad de Barcelona ve crecer su área urbana y su población. Tiene lugar en el año 1451 la fundación de la Universidad por parte de Alfonso el Magnánimo.
En el siglo XVIII registra uno de sus períodos más florecientes, ya que vivió sus etapas más laboriosas y fecundas, en las que su industrialización creció a un ritmo meteórico gracias a la actividad textil y portuaria, por lo que pronto alcanzó el reconocimiento de ser una de las grandes ciudades europeas.
La Expo de 1888
El período comprendido entre 1888 y el primer tercio del siglo XX es casi seguro el más expansivo; en él se celebra en Barcelona la Exposición Universal (1888) y, años más tarde, la Exposición Internacional de 1929.
Como consecuencia de todos estos procesos históricos nos han ido quedando en la ciudad plazas de diferente índole y utilidad. Comencemos por mencionar la Plaza del Rei, en la que se hallan algunos de los edificios más bellos de aquella época: Palacio Real Mayor, Palacio del Lugarteniente, Capilla de Santa Águeda y la Casa Clariana Padellás.
Plaza que está comprendida en el Barrio Gótico.
El Palacio Real Mayor fue la primera residencia de los condes catalanes y luego, de los reyes de Aragón. A él se accede por una escalinata en cuarto de círculo; conserva aún su puerta románica, en su interior destaca la Sala Mayor o Saló del Tinell, que fue encargado por el rey Pedro el Ceremonioso en 1359 y mide 33 metros de longitud por 17 de anchura. En el Palacio han tenido lugar destacados hechos históricos; parece ser que en él los Reyes Católicos recibieron a Cristóbal Colón al regresar del viaje del descubrimiento del Nuevo Mundo.
En esta plaza se halla el Museo de Historia de la ciudad, en el que se pueden ver una gran cantidad de restos arqueológicos, la maqueta del templo romano dedicado a Augusto, una reconstrucción de los baños árabes y un gran número de obras de arte.
El Palacio del Lugarteniente se construyó para albergar a lugartenientes y virreyes. Actualmente es sede del Archivo Histórico de la corona de Aragón; su colección documental es una de las más importantes de la Edad Media. A espaldas de una de las fachadas de la plaza, está el Carrer dels Comptes (calle de los Condes), en la que se encuentra la Catedral.
Actualmente, la plaza más destacada de Barcelona es la Plaza de Sant Jaume -también en el Barrio Gótico-, en la que están los dos edificios más importantes de la Administración autonómica: el Palau de la Generalitat y la Casa de la Ciutat o Ayuntamiento, su fachada es de estilo neoclásico y se terminó de hacer en 1823, año en que finalizaron las obras de la plaza.
Igualmente son destacables en la visita a Barcelona las plazas de España y de Cataluña. El centro de la primera lo ocupa su gran fuente declarada monumento escultórico, que se construyó para la Exposición Internacional de 1929. La segunda está situada en la hermosa zona del distrito de Ciutat Vella, en el Barrio Gótico.
El conocer la creación y función, más su evolución y los hechos históricos sucedidos en sus plazas, es quizá una de las mejores formas de adentrarse en la historia de la ciudad que estamos visitando. Razón por la que añadimos el nombre de otras plazas barcelonesas: Plaza Real, Plaza de Prim, Plaza del Diamante, Plaza Gaudí, Plaza de Europa, Plaza de la Barceloneta, Plaza de Sant Felip.
También son de utilidad los varios circuitos turísticos urbanos para el conocimiento de monumentos y edificios denominados modernistas por la época y el estilo de su construcción bajo diseño y dirección de destacados arquitectos, entre los que sobresale el prodigioso Antonio Gaudí, natural de Reus, Tarragona (1852-1926), muerto en Barcelona atropellado por un tranvía. Ha dejado construídas para la posteridad un buen número de admirables obras que dan fe de su genio creativo.
Final y merecidamente, es preciso destacar dos obras inimitables, ambas de Gaudí: el Parque Güel y el templo de la Sagrada Familia, maravilla visitada por millones de personas de multitud de países; su construcción comenzó en 1882 y se espera terminar en 2026.
Tiene Barcelona zonas y calles que conviene pasearlas (recorrerlas a pie) por su belleza o tipismo. Ejemplos son el Barrio Gótico, donde encontramos las plazas Del Rei y la de Sant Jaume, calles aledañas a la Catedral; el Paseo de Gracia (calle y barrio); tramos, solo por su longitud, de la Avenida Diagonal; así como interesante y turística es la denominada Rambla de las Flores, que va desde la Plaza de Cataluña hasta la estatua de Colón y el Puerto marítimo, festoneada de kioscos para la venta de macetas de bonitas plantas, flores, pájaros, postales y souvenirs.
En esta vistosa avenida se halla el Liceo, teatro célebre tanto por su bello interior como por la representación de las mejores óperas interpretadas por los más destacados tenores y las mejores divas, entre las que recordaremos siempre a nuestra gran soprano Montserrat Caballé. Siguiendo en línea artística y musical, hay que hacer mención a la joya modernista que supone el Palau de la Música, cuyo interior es de una singular belleza.
Hay lugares a los que vale la pena dedicarles una visita y, quizás, llevarse imágenes en la cámara fotográfica. En esta categoría, además de los que ya se han mencionado, está el conjunto denominado Montjuic. Podemos acceder desde la Plaza de España pasando por las Torres Venecianas, principio de la amplia Avenida de María Cristina; se llegará a la Fuente Mágica de Montjuic, e inmediatamente al grandioso Palacio Nacional de la Expo. Todo ello se erigió con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona (1929). En este entorno, actualmente, se encuentran el Pueblo Español y el Teatro Griego.
Rodeando el Palacio y siguiendo hacia la izquierda, está el Palacio Albéniz y a continuación ese camino, que va descendiendo, pasa por la Font del Gat, lleva a las instalaciones de la gran Villa Olímpica (Juegos Olímpicos de 1992).
Interesante también es subir al Tibidabo. Si se desea, se puede hacer utilizando el funicular, que asciende hasta el Parque de Atracciones, extenso, desde el que es admirable la vista panorámica de Barcelona.
En la cima de este bello lugar se comenzó a edificar una sin par iglesia que más tarde se denominaría Templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús, cuya gran imagen lo culmina. Se propuso su colocación en esa altura ante la celebración del XXXV Congreso Eucarístico Internacional, que se llevó a cabo en Barcelona el año 1952. En las cercanías del templo se halla el Observatorio Astronómico Fabra.
Para Barcelona quedó marcada una fecha memorable, 1929, gracias al evento de fama mundial que fue la Exposición Internacional, que se desarrolló con gran éxito y que aumentó el prestigio de la ciudad. Es de dominio público el reconocimiento de su consideración como una de las grandes ciudades europeas. Conocida por la variedad e importancia de los eventos que organiza, a los que acuden miles de personas de todos los países y culturas, por los atractivos de negocios y turismo.
Otro hito importantísimo más reciente pero histórico, ha sido la celebración de los Juegos Olímpicos de 1992, que dejaron profunda huella por su organización y desarrollo. Hasta tal punto que se dijo que sería modélica. Esta se celebró desde el 25 de julio de 1992 hasta el 9 de agosto. Tuvo desde su apertura por lema Amigos para siempre.
En la inauguración estuvieron presentes los Reyes, Juan Carlos I y Doña Sofía, y junto a ellos, las autoridades de Cataluña y países participantes, siendo Juan Carlos I quien pronunció la fórmula : » Quedan inaugurados los Juegos de la XXV Olimpiada «. A partir de ese momento todo resultó espectacular, tanto el colorido desfile de las 169 delegaciones de los países participantes (9.364 atletas), siendo el abanderado de la nuestra el Príncipe Felipe, como las dos emotivas canciones que se interpretaron: la titulada Barcelona, cantada a dúo por Montserrat Caballé y Freddie Mercury, y la de Amigos para siempre, que cantaron en la clausura José Carreras y Sarah Brightman.
Muy pocas fechas después se desarrollaron los IX Juegos Paralímpicos, con numerosa participación y excelentes resultados, que tuvieron lugar desde el día 3 hasta el 14 de septiembre.
Igual que en capítulos anteriores, no terminaremos sin hacer recomendación de otros viajes o vacaciones para conocer poblaciones de la provincia, interesantes también en variados aspectos, culturales, históricos, industriales y costumbristas. En sus fiestas no faltará la exhibición de las torres o castillos humanos, realmente son impresionantes.
Recuerda siempre: leer y viajar con sentido aumentan tu cultura.
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