La libertad es el regalo más inestimable que poseemos las personas. La libertad es elegir, y sin elegir no puede conseguir su cenit el ser humano. Si no escogemos y nos exigen imposiciones, la libertad esencia primordial se disipa
Con todo esto llegamos a la conclusión de que, si nos despojan de esa realidad, surge en la humanidad, la desdicha y el hundimiento. No debemos olvidar que la elección obedece a la situación del momento, ejemplo lazos sociales, tradiciones vividas, etc.
El conocimiento, el respeto a las ideas, creencias etc., son primordiales. Sin embargo, la libertad se eleva sobre todo esto, y esta, de ningún modo nadie nos la puede arrebatar.
¿Qué le acontece a nuestra sociedad? Estamos destruyendo los auténticos valores que obtuvieron millones de personas en las guerras mundiales para lograr la libertad que hoy tenemos.
No olvidemos jamás que los totalitarismos fascistas y comunistas acabaron con millones de muertos en los campos de batallas y en los campos de concentración, no consintamos manipulaciones de la historia. No permitamos, actualmente, que por ideologías radicales, raíz de aquellos totalitarismos, desaparezca nuestra libertad, que tanto costó a nuestros padres y abuelos conseguir.
Es obligatorio, señalaría considerablemente eminente, educarse e informarse. Sensibilicemos a la ciudadanía para que intervenga de forma activa en política para hacer real este objetivo.
¿Por qué todas las fuerzas políticas no hacen un Pacto de Estado en Educación dónde prevalezca la libertad y el respeto, no imposiciones sectarias ni partidistas?
Si se instruyeran desde jóvenes en los colegios, institutos, universidades etc., la variedad política proveniente sería íntegra y consecuente con la responsabilidad que le encargan sus compatriotas.
Qué desesperanza causa la activación de políticas demagógicas, que con reiteración nos han platicado en mítines, debates televisivos, etc., y que como hemos comprobado, sus resultados han sido nefastos para la población.
Finalizo con esta reflexión y documento histórico, con el fin de aclarar ideas.
Sobre el año 200 a.C., Polibio, historiador griego, en su obra Historiæ, VI, 3, 5-12; 4, 1-11 llamó oclocracia al fruto de la acción demagógica y la definió como, la tiranía de las mayorías incultas y uso indebido de la fuerza para obligar a los gobernantes a adoptar políticas, decisiones o regulaciones desafortunadas. Cuando ésta, la democracia, a su vez, se mancha de ilegalidad y violencias, con el pasar del tiempo, se constituye la oclocracia.
Por favor, no permitamos sectarismos de ningún tipo y fortalezcamos la democracia.
Gobierne quien gobierne, sean izquierdas, derechas o medio-pensionistas, se sigue cumpliendo en mayor o menor medida aquella famosa frase de Max Stirner: «El Estado no te da la educación que necesitas, te da la que él necesita que tengas».
Tenemos que abrir los ojos, en masa, para empezar a darnos cuenta de ello. Si no, los que peleamos por una educación limpia de manipulaciones seguiremos siendo llamados «conspiranoicos», unas veces por los unos, otras por los otros.