De ser considerada Andalucía como una de las comunidades con mejor sanidad, año tras año va descendiendo en ese escalafón a pesar de tener el mayor presupuesto de su historia y ya es el segundo problema en importancia para los andaluces
La consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Catalina García, no pasa por sus mejores momentos. Ha fracasado en todo cuanto ha ideado para controlar las listas de espera y, día a día, se suceden dimisiones en cascada de sus dirigentes, siempre argumentadas «por motivos personales» por parte de los protagonistas y que son debidas, según la consejería, a reubicaciones de altos cargos.
Mientras esto sucede en plena lucha por las listas de espera, el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz (de sus 55 años, 40 en política en los que ha desempeñado diferentes cargos en la Junta de Andalucía porque igual vale para un roto que para un descosido), sale ahora en defensa del nuevo plan de choque contra las listas de espera que nos va a costar a los andaluces 734 millones de euros.
Este consejero de la Presidencia está tan documentado en el tema que tacha de no serlo a quien diga que este plan tiene que ver con la privatización de nuestra sanidad pública. Dice no ser novedoso que se hagan estos conciertos con la sanidad privada porque ya el PSOE los hacía y que lo realmente novedoso es dedicar más de 700 millones a reducir las listas de espera «para que la gente tenga un servicio de calidad y más eficiente».
Una oda a la privada
Lo realmente novedoso, Sr. Sanz, es que un dirigente del partido que nos gobierna haga esas declaraciones porque, dicho así, se podría interpretar que, sin la privada, nuestra sanidad pública ni es eficiente ni de calidad, poniendo en duda con ello la profesionalidad y el buen hacer de su personal, cuando ni usted ni la consejera de Salud pueden demostrar cómo es de eficiente y de calidad el servicio dado por los centros sanitarios privados con los que conciertan.
En el acuerdo marco firmado dice que este plan de choque es necesario por insuficiencia de medios al no disponer de suficiente infraestructura en el sector público para dar respuesta a la demanda generada. De ser esto cierto, ¿cómo se puede explicar que la Consejera de Salud quisiera poner a disposición de la privada las instalaciones públicas? Ni los recursos propios se han agotado ni se han usado de forma óptima al 100%.
Hospitales públicos paralizados
No se puede justificar el concierto con la privada cuando nuestros hospitales se paralizan fuera de su horario habitual. Transitar por nuestros hospitales entre las 15:00 y las 8:00 horas del día siguiente pone los vellos de punta. Su aspecto de semiabandono estremece y hace que aligeres la marcha para así poder llegar pronto a tu destino. El índice de utilización de quirófanos no es el óptimo (lo consideran aceptable si es igual a un 80%). Debe ser difícil alcanzar este porcentaje cuando premian en su productividad si se consigue superar, como así se puede comprobar en el contrato programa del SAS para el año 2023. Ante este panorama, es vergonzoso e indignante que se prive a nuestra sanidad pública de esos 734 millones con los que la privada se verá de nuevo reforzada.
Por narices no quieren implantar la privada,yo me niego en rotundo,de echo cuando me han llamado para alguna prueba, les he dicho que no ,que para eso tengo mi hospital de referencia y público y me tienen que atender allí. Una lástima que no todos hiciésemos lo mismo,y una pena que nuestro Jesús 😢 se nos fuera tan pronto, he luchado junto a justicia por la sanidad pública desde el minuto 1,pero la gente no recuerda ya lo que se consiguió, porque no tienen un líder a la cabeza que les haga darse cuenta y rebelarse contra los políticos nefastos que hemos tenido y tenemos,a cual peor